En 1862, el escritor danés Hans Christian Andersen estuvo en Medinyà al ser sorprendido por unos fuertes aguaceros mientras se dirigía a Barcelona. La estancia del autor de La sirenita , El vestido nuevo del emperador y La princesa y el guisante , entre otros, dio pie a organizar la Feria del Cuento de Medinyà, que el próximo 14 de septiembre llega a la decimoquinta edición. El cuento para niños, jóvenes y mayores es el eje central de esta jornada, que programa espectáculos literarios, presentaciones, mesas redondas, exposiciones y talleres. Como cada año, se realizará un acto de reconocimiento a un ilustrador, que en esta ocasión recaerá en Ignasi Blanch. Además, también se entregará el galardón del concurso de imagen gráfica de la Fira y se presentará el nuevo premio de concurso de cuento infantil ilustrado con la editorial Takatuka.
¿Es necesario edulcorar los cuentos infantiles?
Medinyà, el pueblo donde el escritor danés Hans Christian Andersen hizo estancia, celebra la 15ª edición de la Feria del Cuento
BarcelonaLeer es un viaje hacia un mundo desconocido lleno de vivencias que guían al lector página tras página. En el caso de los niños, acompañarles a esta lectura les permite abrir una ventana hacia nuevos mundos. "El niño lector, cuando recibe un mensaje a través de una lectura acompañada, imagina la historia a través de esta voz, la recrea y la hace suya. Además, esta intervención ayuda a despertarle el sentido de la creatividad", observa Margarida Falgàs, maestra jubilada, pedagoga, coordinadora de clubes de lectura infantil y miembro de la organización de la Fira.
La importancia de un buen acompañamiento lector, con lecturas con voz alta y comentando lo leído, es esencial para que los niños abran también la mirada a nuevas realidades. "Nosotros somos partidarios de hacer lecturas compartidas porque, a partir de un cuento, se puede hablar de todo, es una vía de entrada a todos los temas", explica Mertxe París, propietaria de la librería El Genet Blau, editora y narradora oral. En su librería organizan clubes de lectura para niños en franjas de distintas edades y reconoce que siempre, a partir de una misma historia, los pequeños lectores extraen mensajes diferentes y perciben ideas diversas. "Tener un acompañamiento lector mejora su comprensión y así les es más fácil captar los mensajes que contienen los cuentos. Al mismo tiempo, mejora su capacidad de atención", afirma.
París indica que es clave que el acompañamiento lector no se haga sólo en edades tempranas y recomienda a las familias ya los centros educativos que lo alarguen todo lo posible. "Que lean solos está bien y es necesario, pero este acompañamiento se puede alargar hasta que sean ellos quienes digan lo suficiente. Hacerlo también alarga el vínculo que creas con la persona con la que compartes la lectura, que, además de ser enriquecedor, invita a mantenerlo ya leer más", señala.
Endulzar o no los cuentos
"Es hablando de lo que se lee que también se estructura el pensamiento lingüístico. Por eso, es necesario que las lecturas elegidas tengan calidad lingüística, un buen léxico y una buena estructura gramatical, y que cuenten buenas historias sin que sean azucaradas", sostiene Falgàs. Este último punto genera cierta controversia: ¿hay que suavizar según qué historias? ¿Es necesario reformularlas para que no sean tan duras? "Hay cierta tendencia a cubrir de algodón algunos cuentos infantiles, velar por que determinadas palabras no aparezcan o vigilar si aparece algún episodio violento, sobre todo en el caso de los clásicos. Pues yo creo que las cosas deben decirse por su nombre y si en un cuento hay una muerte, pues hay una muerte", considera París.
"Los cuentos y las historias forman parte de una sociedad, de un entorno y de un momento. A alguien le apetecería leer Guerra y paz o elUlises endulzados? Es importante saber que las historias, sobre todo las clásicas, hablan de nosotros y nuestra sociedad en un momento determinado. Por eso es necesario que las interpretemos y las entendamos desde el fondo, porque nos hacen hablar y cuestionarnos", expresa Falgàs. Pone de ejemplo el cuento de El patito feo, de Hans Christian Andersen, que puede servir para hablar con los niños sobre cómo se sienten entre iguales, pero también cómo lo hacen cuando se encuentran entre diferentes. "¡No podemos quedarnos sólo con la historia del pobre patito que llora!"
París coincide en este punto, ya que considera que es importante que los jóvenes lectores tengan contacto con los clásicos, siempre contextualizándolos y revisándolos a través de una mirada crítica, pero siempre después de haberlos leído. "A mí las versiones me encantan; sin embargo, para poder disfrutar de las muchas versiones que hay de Caperucita Roja, primero debes conocer de dónde viene Caperucita". París señala que, a veces, hay libros que tratan a los niños como si fueran "lectores estúpidos", aunque quizás están más preparados que los adultos a la hora de posicionarse ante ciertas situaciones. "Para educar a niños críticos debes saber a qué son críticos. Por eso, primero debes conocer y después, criticar, revisar o hacer una versión. La clave es contextualizar y explicar; si no, estamos educando a niños con poca base cultural, y eso se convierte en un problema si quieres que se conviertan en personas críticas y con un criterio propio", remacha París.