Con ojos de juego

Los juegos que no deberían perderse nunca

Es necesario recuperar los juegos tradicionales que actualmente están casi extinguidos

Niños jugando en el patio

BanyolesHay juegos que impregnan nuestra piel y memoria. Quizás porque se han repetido de generación en generación hasta formar parte de nuestra identidad social. Cuando pensamos en juegos tradicionales, vemos a niños en grupo y de edades diversas tomando decisiones con autonomía y jugando en el exterior, en libertad. Libertad de elección y libertad sin adultos. Estos juegos se han ido construyendo de acuerdo con costumbres, tradiciones y una identidad colectiva que los niños hacen propia y que nunca debería perderse.

¿Definimos los juegos tradicionales?

Juegos analógicos que llevan décadas, algunos siglos, formando parte de nuestro imaginario y que apenas han sufrido cambios, pasan de generación en generación sin instrucciones, por el boca a boca. Cocido y esconder, el juego del pañuelo, arrancar cebollas, el pañuelo, fregadero pared o lo mata conejos.

¿A qué edad se juegan?

Para este tipo de juegos es necesario seguir normas y suelen estar preparados a partir de los 6 o 7 años.

¿Por qué intentar preservar?

Porque albergan una dimensión que va más allá del juego en sí, porque implican socialización, autonomía, independencia y movimiento. En una sociedad cada vez más volcada en la virtualización, es necesario crear espacios de encuentro sin supervisión adulta.

¿Cómo conseguirlo?

Permitiendo que los niños jueguen en el exterior sin supervisión adulta, no hace falta hacerlo de golpe, puede ponerse de acuerdo con otras familias de la escuela y decidir que un día a la semana no los va a buscar y que hayan de ir juntos a una plaza cercana y los pasa a buscar una hora más tarde. Por eso hay que dejar un día libre de extraescolares, no es fácil, pero es posible y rápidamente notará que su autonomía, autoconfianza y capacidad de resolución de conflictos salen muy beneficiadas.

Conclusión

El otro día oíamos a Eduard Carbonell, geólogo y, como dice él, “Homo sapiens en proceso de humanización”, que decía que quizás el peor error como humanos ha sido la globalización, porque ha uniformizado a las sociedades rompiendo la memoria de los sistemas lingüísticos, culturales sociales y económicos. El juego ha estado históricamente arraigado a las tradiciones y costumbres de cada sociedad, es hermoso este hilo que crean los juegos tradicionales, saber que has jugado lo mismo al que jugó tu abuela te vincula a ella aunque no la hayas ni conocido . Afrontar los mismos miedos, tomar decisiones en el momento de jugar, todo te hace crecer con sentido de pertenencia que, al fin y al cabo, es lo que tanto niños como adultos anhelamos.

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