Cómo era de pequeña...

Raquel Sans: "Nuestra madre se quedó viuda con 42 años y tres hijas"

Su padre, que murió cuando ella tenía 15 años, le inculcó su pasión por la música y antes de dedicarse a la televisión quiso ser actriz

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Raquel Sans de pequeña.

Raquel Sans (Barcelona, 1974) nos informa de la actualidad cada mediodía desde la televisión pública catalana. Hace pocas semanas se convirtió en la periodista que más Telenotícies ha presentado en TV3, 5.000. Forma parte de TV3 desde 1997.

A Raquel Sans le gustaba ir a la English School, en el barrio de Gràcia de Barcelona, donde cursó la primaria. "Era pequeña, de una sola línea, fundada por unas matriarcas que crearon una escuela donde se enseñaba inglés desde los 3 años. En sexto tuve un profesor que nos hacía aprender de una manera innovadora, a través de canciones de los Beatles, The Police y Bob Dylan, de obras de teatro y películas".

Como extraescolar estudiaba piano en una academia de barrio que todavía lleva Maria Rosa, con 80 años. "Hacíamos un festival de piano en Navidad y allí Maria Rosa le decía a mi madre que cuando yo subía al escenario crecía". Hemos visto a Raquel cantar en programas de TV3. "La pasión por la música me viene de mi padre. Tenía muy buen oído, era capaz de tocar un instrumento sin saber. Y nos introdujo en el jazz, en el blues. De pequeña nos enseñaba a cantar tunas antes de ir a dormir".

Raquel tiene dos hermanas. Ella es la mediana. Con la mayor se lleva tres años y con la pequeña, dieciséis meses. "Por las tardes, en casa, merendábamos, veíamos los dibujos, y cuando se acababan, hacíamos deberes, jugábamos a muñecas, a juegos de mesa, y cuando éramos adolescentes, como estábamos cerca de Collserola, íbamos en bici de montaña". Lo que más recuerda son los veranos en Creixell. "Con mis primos jugábamos al frontón, no parábamos quietos. Estábamos siempre ocupados con el mantenimiento de la casa, pintar, rascar rejas... y con mi abuela cantábamos canciones, hacíamos sardinadas".

La periodista Raquel Sans fotografiada en Barcelona

El padre de Raquel murió cuando ella tenía 15 años. "Mi madre se quedó viuda con 42 años y tres hijas. No tuvimos que mudarnos porque lo gestionó muy bien, pero no podíamos poner la calefacción en casa y entonces nos calentábamos en el fuego de la cocina. Recuerdo hacer rutas por los mercados de Barcelona con el Dos Caballos de nuestra madre buscando cuál era el más barato, y no nos podíamos comprar zapatos hasta que se rompían. Nosotras sacamos buenas notas y el primer año de universidad, tanto mi hermana como yo, como sacamos. matrícula de honor no pagamos el primer curso".

Vivir fuera

Su padre era arquitecto, su madre, bibliotecaria. La hermana mayor es arquitecta y la pequeña es médico. Raquel es la única periodista, pero tuvo otras vocaciones. "De adolescente me cogió un ataque que quería ser actriz y quería irme a Hollywood. También, como a mi padre le gustaban mucho las motos y mirábamos los premios, admiraba a una piloto finlandesa, Taru Rinne, y quería ser como ella". ¿Y cómo llegó el interés por la televisión? "En COU todavía no sabía qué quería hacer. Puse periodismo de primera opción porque me interesaba la imagen. Cuando cursaba segundo empecé a trabajar pagando en la tele local de Horta Guinardó. Era una asociación que tenía unas cámaras y unos VTR que debían mantenerse. Pagabas mil pesetas al mes y entrabas en el club. Pude tocar muchas teclas delante y detrás de la cámara y se me abrió un mundo".

En 2014 se instaló en Washington como corresponsal de TV3. "Hacía 15 años que lo deseaba". El amor por la cultura anglosajona le viene de pequeña. "Cuando acabábamos octavo, a los 13 años, mi madre nos enviaba a Dublín con una familia que tenían cuatro niñas, los Lynch. Pasábamos un mes en verano. Mi hermana mayor acudió tres veranos consecutivos. Luego fui yo dos, y la pequeña sólo uno porque mi padre murió cuando ella estaba allí. Yo cumplí los 14 en Dublín y pensé que lo de vivir fuera era muy interesante".

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