Estos son los alimentos de riesgo para los niños
Hay que tener cuidado con las aceitunas, la manzana, el jamón y las acelgas en edades tempranas
BarcelonaDurante la primera infancia, cuando los dientes todavía no se han formado y el diámetro de las vías aéreas es francamente pequeño, hay que ir con mucho cuidado con los alimentos que les damos a los niños, tanto si se opta por darles papillas como si se opta por iniciarlos en el método Baby Led Weaning (BLW). Además, en los primeros meses se suman algunos ingredientes que los más pequeños todavía no están preparados para comer debido a su composición, como los nitratos y la presencia elevada de mercurio o metales pesados en algunos productos. Y más allá de los alimentos que de por sí son de riesgo por su composición o forma, hay algunas elaboraciones que también pueden convertir en peligrosos alimentos a priori inocentes. Según el manual Pediatría accesible: guía para el cuidado del niño (Siglo XXI), del doctor Joaquín de la Torre, la manipulación impropia de los alimentos, la falta de refrigeración y la conservación de los preparados durante demasiadas horas a temperatura ambiente o más elevada pueden dar lugar a situaciones de "contaminación masiva". Esto es así porque los gérmenes se multiplican rápidamente en aquellos alimentos que no se han cocinado o calentado lo suficiente, "com por ejemplo ensaladas, gelatinas, pollo picado, mayonesas, cremas batidas, marisco, carne fría, queso y leche". Por lo tanto, a la hora de dar de comer es tan importante el fondo como la forma, y siempre hay que poner atención a todos los elementos. ¿Tenemos claro con qué ingredientes no nos la tenemos que jugar?
Los alimentos esféricos son muy peligrosos para las criaturas. La uva, las cerezas y las aceitunas son ejemplos muy claros de ingredientes que pueden obstruirles completamente las vías aéreas y provocarles asfixia. También son peligrosos los caramelos duros y las chuches, imposibles de deshacer y con formas redondas, además de los frutos secos (sobre todo las avellanas y las almendras), las castañas ahora que empieza la temporada (que suelen tener la superficie dura y forma ovalada) y las pipas (a veces, discretamente presentes en las ensaladas). Eso sí, se pueden ofrecer a trozos y, en el caso de los frutos secos, en forma de harinas.
Muchos casos de atragantamiento se producen por la incapacidad de los niños de deshacer los alimentos en la boca, antes de ingerirlos, por la falta de dientes. Por eso hay que vigilar la ingesta de muchos alimentos que no se pueden masticar fácilmente y que no se llegan a deshacer, como los trozos de queso curado, la sepia y el calamar, las palomitas, el pescado crudo del sushi, las salchichas, los copos de cereales, los nachos y las crudités de verduras (como la zanahoria, el apio y el pepino) para mojar cremas. También está el imprevisible caso de la manzana, muy común en estas edades y que hay que ofrecer rallada o en compota porque no se mastica fácilmente. Todos estos alimentos se pueden dar, pero se tienen que suministrar muy bien cortados. Y en el caso del queso, es mejor ofrecerles la versión fresca, más blanda.
También por su riesgo de atragantamiento hay algunos ingredientes que forman hilos largos y bolas cuando se mastican, como el jamón, el queso deshecho de bola muy caliente y la carne. Hay que tener mucho cuidado con estos ingredientes y ofrecérselos bien cortados o directamente evitarlos (como el queso tipo gouda).
Durante los primeros años de vida hay algunos compuestos que son nocivos para los más pequeños, como los nitratos, bastante presentes en las hojas de las espinacas y las acelgas. También tienen nitratos la carne ahumada y curada –como las salchichas y el tocino– y el pescado ahumado –como el salmón y la trucha–. Según un artículo de la revista Pediatría Atención Primaria, el elevado contenido en nitratos de ciertas verduras puede incrementar el riesgo de que las criaturas de menos de tres años desarrollen una enfermedad potencialmente grave llamada metahemoglobinemia. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) consideró en 2011 que las acelgas podían suponer un riesgo para la población infantil si se ingerían en dosis elevadas.
Las bebidas también pueden ser peligrosas para los niños. Hay que evitar el café, el té y el chocolate por su composición con cafeína y compuestos análogos que, según el manual El primero año del bebé (Grupo o Editorial Norma), escrito por varios especialistas, puede poner a los niños nerviosos además de impedir la absorción de calcio. También hay que evitar bebidas a base de cítricos u otras frutas que contienen mucho azúcar y "a veces sustancias químicas". Y no son aconsejables las infusiones de hierbas, porque suelen contener sustancias "muy dudosas" con efectos no deseables.