Arquitectura

Muere Frank Gehry, el arquitecto del Museo Guggenheim de Bilbao

En Barcelona diseñó el pez de la Villa Olímpica y entre sus últimos trabajos se encuentra el gigantesco Guggenheim de Abu Dhabi

El arquitecto Frank Gehry
05/12/2025
5 min

Barcelona"Me planteo cada edificio como un objeto escultórico", afirmó el arquitecto Frank O. Gehry, fallecido este viernes a los 96 años en su domicilio de Santa Mónica, California, tras sufrir una breve enfermedad respiratoria, según hizo público su jefe de gabinete, Meaghan Lloyd. Gehry hizo historia desde el comienzo de su trayectoria con obras como su propia casa en Santa Mónica, ya finales de los años noventa remachó su impacto con el Museo Guggenheim de Bilbao, uno de sus grandes hitos y obras más queridos por el impacto que tuvo en su carrera. De hecho, uno de los grandes decanos de la arquitectura estadounidense, Philip Johnson, le consideró como "el edificio más importante de nuestro tiempo". Precisamente, uno de los trabajos más recientes es el Museo Guggenheim de Abu Dhabi, el más gigantesco de la familia de museos Guggenheim: tiene 80.000 metros cuadrados y alcanza los 80 metros de altura. Está previsto que abra sus puertas el próximo año. Él mismo, que ha estado en activo hasta hace muy poco, le había definido como un viaje del caos a la luz.

Gehry, que recibió el premio Pritzker en 1989 –el Nobel de los arquitectos–, veía sus trabajos como "un contenedor espacial, un espacio con luz y aire, una respuesta al contexto", a los que los usuarios daban vida. "En ese contenedor, en esta escultura, el usuario lleva su bagaje, su programa e interactúa. Si no puede hacerlo, he fracasado", dijo. Por otra parte, antes del Guggenheim, Gehry había hecho la pérgola gigantesca con forma de pez junto al Hotel Arts de Barcelona. Más adelante, quedó en el cajón otro proyecto sede en la capital catalana, un museo del transporte y una torre en la Sagrera, e hizo un hotel para la bodega Marqués de Riscal.

El museo Guggenheim de Bilbao.

Entre las otras obras más destacadas de Gehry se encuentran el Museo Vitra, en Weil am Rhein (Alemania), y el auditorio Walt Disney de Los Ángeles, cuya piel de acero, en vez de la de piedra prevista, es fruto del éxito que tuvo la de titanio del museo de Bilbao. También la Torre Beekman, un rascacielos con la fachada sinuosa en Nueva York, y la Fundación Louis Vuitton de París, cuya imagen evoca un invernadero decimonónico. Sus detractores le acusaron de desatender la función en favor de la forma. Del auditorio Walt Disney dijeron que era "un montón de vajilla rota", "una galleta de la fortuna desbocada", "basura deconstruccionista" y "una papelera despejada". Gehry sacó hierro a las críticas y en el 2007 declaró a la revista New Yorker: "¡Al menos miran!"

A menudo la primera imagen de los edificios de Gehry es un croquis tan aparentemente espontáneo que parecen cuatro garabatos. Pero construirlos ha sido todo un reto: la geometría de edificios como el propio Guggenheim de Bilbao es tan compleja que, para hacerla realidad, fue el pionero en recurrir a un software surgido de la industria espacial francesa, el CATIA.

"Gehry, que sempre està obert a l'experimentació, té una seguretat i una maduresa que es resisteix, de la mateixa manera que va fer Picasso, a estar lligat per l'acceptació crítica i pels seus èxits. Els seus edificis són collages juxtaposats d'espais i materials que fan que els usuaris puguin apreciar tant l'escenari com les bambolines, revelats simultàniament", va afirmar el jurado del Pritzker.

Pero, sin embargo, Gehry siempre rechazó la idea de la arquitectura espectáculo. Cuando le concedieron el premio Príncipe de Asturias en el 2014, respondió a un periodista que le había preguntado su opinión sobre la gente que pensaba que sus edificios no pasaban de ser espectáculo: levantando el dedo para arrancarlo, dijo que consideraba que el 98% de los edificios que se hacen en el mundo eran "pura". En las últimas dos décadas, siguió manteniendo el listón alto, con edificios como la escuela de negocios dr. Chau Chak, en Sydney, cuya fachada de ladrillo parece un papel arrugado. Para construirla se necesitaron más de 320.000 ladrillos, y se le ha considerado como uno de los edificios más emblemáticos en la ciudad después de la Ópera de Jørn Utzon. Por otro lado, otra de sus grandes obras recientes es el campus de Facebook en Silicon Valley, de casi 90.000 metros cuadrados.

Gehry antes de Gehry

Gehry, nacido en Canadá en 1929 y nacionalizado estadounidense en 1950, antes de ser arquitecto se ganó la vida como camionero y repartidor de muebles en California. Provenía de una familia judía polaca, y se cambió el apellido inicial de Owen Goldberg para pasar desapercibido tras sufrir algunos episodios de antisemitismo. Como explicó él mismo, iba a clases a una escuela de bellas artes y un profesor de cerámica le comentó que debería entrar en un curso de arquitectura, y le hizo una carta de recomendación. Así fue, y se graduó como arquitecto en la Universidad del Sur de California en 1954. La formación de Gehry continuó con estudios de urbanismo en Harvard, y antes de abrir su despacho en Los Ángeles en 1962 realizó una estancia en París con la familia durante la cual estudió la obra de compañeros europeos como Le Corbus. Una anécdota que había explicado el propio Gehry de su paso por Harvard era que se había negado a colaborar con Josep Lluís Sert porque le había propuesto trabajar en el plano piloto de La Habana encargado por el dictador Fulgencio Batista.

El pez de la Villa Olímpica de Barcelona.

Entre sus trabajos iniciales se encuentran varios centros comerciales y edificios de viviendas y oficinas bastante más convencionales. Como también explicó él mismo, la primera obra en la que empezó a forjarse un camino más personal fue la casa para el pintor Ron Davis (1972), cinco años antes de la vivienda familiar que Gehry convirtió en un manifiesto de la arquitectura deconstructivista, tan de moda en los años ochenta, por la forma en que experimentaba con estructuras de madera y materiales industriales, como. Fue a raíz de aquella obra, que más adelante modificó una y otra vez, a pesar de la importancia histórica que adquirió, que decidió ser tan atrevido con los encargos externos. Así que redujo el número de trabajadores de su despacho, y arrancó una nueva etapa que le hizo famoso en todo el mundo.

Antes del Guggenheim de Bilbao, Gehry construyó otro de sus edificios, el conocido como el edificio de los prismáticos, con la colaboración de los artistas Claes Oldenburg y Coosje van Bruggen. En un gesto de pop, lo más destacado de la fachada son unos gigantescos binoculares diseñados por el dúo de artistas. Le encargó la agencia de publicidad Chiat/Day y actualmente es una de las sedes de Google.

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