Arte

Muere a los 55 años el artista catalán Didier Lourenço

El pintor era conocido internacionalmente por su obra expresiva y optimista

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El artista Didier Lourenço en su estudio

BarcelonaEl artista Didier Lourenço, conocido a menudo por unos personajes femeninos expresivos y empapados de optimismo y placidez, ha fallecido este jueves a los 55 años víctima de un cáncer fulminante, tal y como informa el galerista Jordi Barnadas, responsable de una de las principales salas con las que trabajó, junto con La Galería de Sant Cugat, Anquin's de Reus, la barcelonesa Pigment y El Claustre de Girona. "Nos deja una gran persona, simpático, con mucho sentido del humor, sencillo y cercano, amigo de sus amigos de siempre. Nos deja un gran artista con mucho futuro", lamenta Jordi Barnadas, que tenía que volver a exponerlo en abril del 2024. "Didier repartía alegría y felicidad a través de sus obras y con su forma de ser. Hoy es un día triste y oscuro para todos los que le hemos conocido", afirma la directora de Anquin's, Pepa Quintero, donde Lourenço tenía previsto volver a exponer en diciembre.

Didier Lourenço con los galeristas Pepa Quintero y Jordi Barnadas en la fiesta del 50 aniversario de la galería Anquin's.

Hay al menos dos momentos primordiales en la trayectoria de Lourenço: en 1991 ganó un premio para artistas jóvenes que le abrió las puertas de numerosas galerías españolas, y cuatro años después abrió su propio estudio. Por otra parte, en 2000 un impresor estadounidense le dio a conocer por todo el mundo produciendo pósters de sus obras. Para Lourenço, esa oportunidad le permitió acercar sus trabajos al gran público y, al mismo tiempo, fue un estímulo para los coleccionistas. A partir de ahí, sus galeristas catalanes también le expusieron en numerosas ferias internacionales.

El mundo visto yendo en bicicleta

Con sus obras, Lourenço reivindicó los placeres de la vida y una existencia pausada, como puede verse también en sus personajes, que eligen moverse por el mundo en bicicleta. En cuanto a la luz, de la que hablaba a menudo, Lourenco quiso evocar constantemente una atmósfera de aires mediterráneos. Coincidiendo con la exposición que realizó en la galería Anquin's en 2021, describió su evolución como un proceso de depuración: "Diría que ha evolucionado mucho... Aunque no quiero entender la evolución como algo que mejora, sino cómo el hecho de que la obra va cambiando y se va haciendo distinta", dijo Lourenço. "Al principio eran obras llenas de atrevimiento y arrebato –añadía–, con mucha espontaneidad e inocencia. Al madurar, la obra toma inevitablemente más precisión, pensamiento, matices. Creo que el artista honesto consigo mismo evoluciona sin la intención de hacerlo, porque lo que hacemos los pintores es el reflejo de nuestra alma".

Nacido en 1968 en Premià de Mar, la formación de Lourenço empezó en el taller de litografía de su padre, Fúlvio, de origen portugués, donde entró cuando tenía 19 años. En el taller del padre aprendió la técnica de la litografía y al mismo tiempo que trabajaba para otros artistas como Josep Maria Subirachs, Francesc Artigau, Josep Guinovart y Joan Pere Viladecans, empezó a realizar su propia obra. Sobre las obras más recientes, que Lourenço expuso en la galería Anquin's en 2021, el propio artista puso de relieve estas claves para definirlas: "Las formas sintéticas, la fuerza en el color, la variedad de texturas, juego de planes". Esta particular forma de hacer y los temas tratados hacían que su obra conectara enseguida con el público. En esta muestra también incluyó otra vertiente de su creatividad: las esculturas de hierro pintado.

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