Obituario

Muere el artista Àngel Jové

Fue uno de los pioneros del 'arte povera' y conceptual catalán

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Angel Jove en una imagen de Santa&Cole, donde ejerció su faceta como diseñador industrial

BarcelonaEl artista Àngel Jové, nacido en Lleida en 1940, ha fallecido este miércoles en Girona a causa de un ictus que sufrió el domingo, segundo ha podido saber el ARA. Entre los artistas catalanes de la generación de los años 60, Jové aparece como un personaje singular que deja un legado muy poliédrico. Además de su vertiente como pintor, realizó la primera obra de videoarte realizada en España, titulada Primera muerte, de la mano con los también artistas Antoni Llena, Sílvia Gubern y Jordi Galí entre 1969 y 1970, e interpretó papeles protagonistas en algunas de las primeras películas de Bigas Luna, como Bilbao (1978), Caniche (1979) y Angustia (1986), y diseñó decenas de portadas para la editorial Anagrama. Asimismo, ejerció de guionista y director artístico en TVE y TV3 y realizó el interiorismo de la discoteca Zeleste.

“Àngel Jové es uno de los grandes artistas del siglo XX, pero es muy poco conocido porque no le interesó ser lo”, afirma la directora de la Fundació Antoni Tàpies, Imma Prieto. "Ángel tenía una visión del mundo brutal y al mismo tiempo precisa, era como un láser", subraya Prieto, que tuvo un vínculo muy fuerte con el artista. "Mi historia con Ángel fue fundacional, porque fue el primer artista que me pidió un texto, cuando todavía yo era un estudiante, que se tituló Réquiem", dice Prieto, sobre una colaboración cuyo título ahora parece tristemente premonitorio. Más adelante, volvieron a encontrarse cuando Prieto dirigió en el 2017 el documental Eco de Primera Muerte.

Antoni Llena y Àngel Jové en una imagen utilizada para un póster de una exposición conjunta de los dos artistas.

Entre las últimas exposiciones de Àngel Jové se encuentran Über alles, que pudo verse en el Museu Memorial de l'Exili (MUME) de La Jonquera en el 2021 y con la que planteó una reflexión sobre la pérdida de libertad. La muestra estaba compuesta por cincuenta y cuatro pinturas y un conjunto de objetos evocadores de las emociones y pensamientos de las personas privadas de libertad. Antes, Jové había brillado con series como Cristóbal-Pavese 1908-2008 y en 2016 su cartel para la Fiesta Mayor de Lleida, caracterizado por una imagen distorsionada de la ciudad, levantó polvareda entre los sectores más conservadores.

Algunas de sus obras de los años 60 se pudieron ver en la exposición del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) Liberxina, Pop y nous comportaments artístics, 1966-1971, cuyos comisarios fueron Imma Prieto y el conservador de arte de las segundas vanguardias del museo, Àlex Mitrani. "Àngel Jové, como sus compañeros de dicho grupo del Maduixer, con su personalidad propia y su diferencia irreductible, es una de las figuras clave del arte contemporáneo catalán", dice Mitrani, que mantenía unas conversaciones incipientes con la familia del artista para encontrar la forma de incorporar obras suyas a la colección del museo.

“Su comprensión semiótico-emocional de la imagen fotográfica se combinaba con una aproximación a la pintura sutil y romántica a la vez. Hermético y fascinante, Jové es una de las grandes figuras que habrá que estudiar a fondo para situarlo correctamente en la historia y redescubrir las diferentes vertientes de una obra que va desde los posicionamientos conceptuales a la pintura poética, pasando por el análisis del imaginario fotográfico”, explica Mitrani. Precisamente en la exposición Liberxina los comisarios profundizaron en el conocimiento de su obra sacando a la luz una película suya,After, y recordaron su trabajo como programador de la Petite Galerie de Lleida.

La formación de Àngel Jové empezó en el campo de la arquitectura. En 1964 fue uno de los fundadores del Grupo Cogul, un colectivo que reivindicó el informalismo tras el estallido del pop art. El grupo lo disolvieron al año siguiente, ya partir de ese momento Jové se convirtió en uno de los pioneros del arte pobre y conceptual en Cataluña. A lo largo de su trayectoria, recibió reconocimientos como el premio Ciutat de Barcelona de artes plásticas en 1991 por la exposición Capiscar la flor de la mano muerta, una muestra retrospectiva con obras desde 1975, que había presentado en el Centro de Arte Santa Mònica de Barcelona el año anterior.

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