¿Son los informáticos los agentes secretos de nuestra época?

El actor como autor: Rami Malek se hizo célebre encarnando a un hacker superdotado y neurótico en la serie Mr. Robot, ya Amateur da vida a Charles Heller, un criptógrafo de la CIA desconsolado por el asesinato de su pareja en un ataque terrorista. Cuando se pone a examinar obsesivamente el material de las cámaras de seguridad que han registrado la tragedia, todo apunta a que el filme –que adapta y actualiza una novela de Robert Littell ya trasladada al cine en la década de los ochenta– seguirá el hilo de títulos como Blow up, Impacto o Blade runner, donde los protagonistas se enfrentan a imágenes que contienen un misterio que es necesario descifrar ampliándolas, descomponiéndolas o, incluso, analizando una grabación de audio.

Pero para el director James Hawes esto es simplemente un preámbulo de lo que entiende como la verdadera razón de ser de la película: explicar la conversión del inofensivo viudo tecnófilo en un espía letal y sediento de venganza. Esto no sería necesariamente un problema, si no fuera porque el desinterés de Hawes por la imagen se hace extensivo a la puesta en escena, incapaz de dar vida y juego a secuencias potencialmente jugosas, como la que transcurre en una piscina de cristal suspendida entre dos rascacielos y que amenaza con resquebrajarse. Un agravio estético que se convierte también en traición dramatúrgica, ya que para consumar sus planes justicieros Heller no puede recurrir a la agilidad, destreza y fuerza física de sus colegas agentes secretos. En su lugar, manipula códigos de seguridad remotamente, parando trampas tecnológicas a sus enemigos y perseguidores. La forma en que el film escamotea mostrarnos el diseño de estas estrategias alinea a los responsables deAmateur con quienes desprecian el trabajo de su protagonista como una actividad incomprensible y tediosa… que ni siquiera merece ser filmada.