El León de Oro corona la transgresión de Yorgos Lanthimos
Los intérpretes estadounidenses Peter Sarsgaard y Cailee Spaeny se llevan las Copas Volpi de la Muestra de Venecia
VeneciaDesde la tercera jornada de la 80a Muestra de Venecia, cuando Poor things implosionó en las pantallas del festival y dejó una meteórica estela de irreverencia y transgresión, el destino de la edición de este año del histórico certamen italiano no podía ser otro que la entrega del León de Oro al cineasta griego Yorgos Lanthimos. Así, el jurado presidido por el estadounidense Damien Chazelle sólo tuvo que confirmar la evidencia, que Poor things, con su salvaje y humorístico retrato de una mujer empoderada, era la mejor película de la edición de ese año. Desde el escenario de la Sala Grande, con el León dorado en sus manos, Lanthimos, el autor de títulos como Langosta y La favorita, también supo sobresalir en el reparto de agradecimientos. Uno de los primeros fue para el autor británico Alasdair Grey, autor de la novela en la que se basa Poor things, un genial pastiche de elementos de relatos góticos como Frankenstein o La bella y la bestia.
El último reconocimiento de Lanthimos fue para la actriz Emma Stone, que hace suya Poor things en la piel de una mujer a la que, tras suicidarse, un médico demente, encarnado por Willem Dafoe, le implanta el cerebro de un bebé. “Esta película no existiría sin lo que Emma aportó delante y detrás de la cámara”, remató un Lanthimos que ve recompensado su audaz retrato de una mujer que sacude a la Europa de finales del siglo XIX con un viaje de liberación sexual y emancipación personal.
Un palmarés muy político
El resto del palmarés de la Muestra certificó la eminente vocación política de la programación. Así, el Gran Premio del Jurado fue para la interesante Evil dos not exist, en la que el japonés Ryūsuke Hamaguchi ofrece un retrato, entre la contemplación y el didactismo, del enfrentamiento de una comunidad de Japón rural contra los intereses capitalistas provenientes de la gran ciudad. El premio a la mejor dirección fue para el italiano Matteo Garrone, quien con la visceral y tremendista Io capitano se propone realizar el film definitivo sobre la dramática experiencia de la inmigración africana en Europa. El cineasta quiso dedicar el premio a los dos jóvenes protagonistas del film, Seydou Sarr y Moustapha Fall, “por haber llenado de humanidad y espiritualidad a sus personajes”, y también tuvo un recuerdo para las víctimas del terremoto de Marruecos, uno de los países en los que se rodó la película.
El desfile de galardones políticos se completó con el Premio Especial del Jurado en Green border, de la polaca Agnieszka Holland, protagonista de la polémica del festival, que estalló cuando su retrato de la crisis de refugiados en la frontera entre Polonia y Bielorrusia provocó la indignación del ministro de Justicia polaco Zbigniew Ziobro, quien comparó el film con la propaganda nazi. En una carta pública, Holland manifestó su intención de querellarse contra el ministro.
"En el nombre de mi sindicato"
El palmarés veneciano permitió volver a encender la llama de las huelgas que mantienen paralizado a Hollywood. El chileno Pablo Larraín, ganador del premio al mejor guión por El cuento, un satírico retrato del dictador Augusto Pinochet, recordó la lucha de sus compañeros estadounidenses y reclamó "dignidad, respeto y compasión para los guionistas de todo el mundo". Por su parte, Peter Sarsgaard, ganador de una merecida Copa Volpi por su papel de hombre golpeado por la demencia en Memory, se manifestó a favor de su sindicato y en contra de los peligros de la inteligencia artificial. "No podemos ceder nuestra humanidad a las máquinas ya los multimillonarios que las controlan", demandó Sarsgaard. Por último, la Copa Volpi femenina fue para Cailee Spaeny, protagonista de Priscilla, el biopic de Priscilla Presley que ha dirigido Sofía Coppola. La joven actriz de Missouri dedicó el premio al “liderazgo intuitivo” de la pequeña de la saga Coppola.