Cillian Murphy, el irlandés tranquilo que ha conquistado Hollywood

El protagonista de 'Peaky Blinders' gana el Oscar por encarnar al padre de la bomba atómica en 'Oppenheimer'

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BarcelonaOppenheimer supone la primera vez que Christopher Nolan concede un papel protagonista a Cillian Murphy (Cork, 1976) después de cinco películas trabajando juntos. El director británico conoció al actor irlandés en una audición de Batman begins (2005). Quedó fascinado por el talento de aquel joven intérprete de profundos ojos azules, pero no se vio con corazón encomendarle el rol principal, para el que necesitaba una estrella. Sin embargo, le fichó para que diera vida al Espantapájaros, elalter ego maléfico del doctor Jonathan Crane, uno de los antagonistas del superhéroe quiróptero al que Murphy encarna con perturbador atractivo y que reaparece en las dos siguientes entregas, El caballero oscuro (2008) y El caballero oscuro: la leyenda renace (2012). Murphy se convierte así en uno de los colaboradores habituales en la filmografía de Nolan, que le reserva también apariciones remarcables pero igualmente secundarias a Origen (2010) y Dunkerque (2017).

Estos títulos otorgaron fama internacional a un actor formado en el teatro y con una sólida carrera en el cine irlandés y británico, culminada este lunes con el Oscar al mejor actor por Oppenheimer. La mayoría lo descubrimos en la sorprendente 28 días después (2002), la película de Danny Boyle que revitalizó el género postapocalíptico. Su calidad como intérprete se consolidó en otros papeles protagonistas para prestigiosos cineastas de las islas Británicas como Neil Jordan en Desayuno en Pluto (2005), donde daba vida a una persona trans en busca de la madre que la abandonó, y Ken Loach en El viento que agita la cebada (2006), en la que se ponía en la piel de un miembro del IRA en la convulsa Irlanda de principios del siglo XX. También participó en filmes menos exitosos como la coproducción catalana Luces rojas (2012) de Rodrigo Cortés, junto a Robert DeNiro y Sigourney Weaver. Pero la popularidad sobre todo entre las generaciones más jóvenes le llega vía televisión. Desde 2013 encabeza el reparto de Peaky Blinders, la serie creada por Steven Knight alrededor de un clan mafioso que asciende socialmente a la Birmingham de los años veinte del siglo XX gracias a sus negocios fuera de la ley. Thomas Shelby de Murphy brilla como un ejemplo específicamente británico del carisma del gángster que convierte el estilo en una marca del orgullo de clase.

El rostro de Murphy en 'Oppenheimer'

Como producción, Oppenheimer es una película a la contra, uno blockbuster dialogado en el que la dimensión melodramática tan habitual y al mismo tiempo tan menospreciada en la filmografía del director Christopher Nolan toma una dimensión preponderante. Hasta el punto de que el equipo técnico tuvo que empescarse unas lentes especiales para solucionar una paradoja técnico-estética: que un filme rodado en IMAX, un formato adecuado para el espectáculo en gran pantalla, otorgue una importancia clave a los primeros planos . El rostro de Murphy preside así el filme desde el inicio, en el prólogo en el que el científico contempla las ondas expansivas que producen las gotas de lluvia sobre el suelo en su etapa universitaria y en la siguiente imagen con la que arranca la película película, la de un hombre atormentado después de la explosión atómica.

Los Oscars tienen debilidad por los biopicos, pero Cillian Murphy se escapa de los tópicos interpretativos que arrastra este género. Estas dos escenas del inicio concentran buena parte de su talento dúctil, el de un actor que refleja a través de la profundidad oceánica de sus ojos azules tanto el alcance intelectual de una mente brillante capaz de captar el universo de un modo inalcanzable para el resto como el tormento moral de alguien que asume la devastación humana que ha supuesto su invento. Si la expresión facial de Murphy manifiesta todo su malestar interior, su ademán desprende la firmeza ética propia del héroe de cine estadounidense postclásico en el que se convierte el Oppenheimer víctima de un juicio político en la segunda mitad del filme. La presencia elegante y carismática del actor también hace creíble que esta mente prodigiosa dirigiera con éxito al equipo de genios que elabora a contrarreloj una bomba atómica mientras mantenía una vida sexual igualmente tormentosa.

Estrella sin vocación mediática, irlandés reservado respecto a su vida privada, en una edición de los Oscar especialmente impermeable a las manifestaciones para el alto el fuego en Gaza que se producían fuera del auditorio, Cillian Murphy ha convertido el su discurso de agradecimiento en una llamada a la paz.

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