San Sebastián bendice 'Los domingos' con la Concha de Oro

Enviado especial a San SebastiánTriunfo de Los domingos en el Festival de San Sebastián. La Concha de Oro que le ha concedido a la película el jurado consagra a una de las mejores cineastas de la generación de mujeres directoras surgida en los últimos años, Alauda Ruiz de Azúa (Barakaldo, 1978), que después deun precioso debut con Cinco lobitos y de la aclamada serie Voler firma en Los domingos su obra más ambiciosa y compleja. La película es un drama sobre el impacto que tiene en una familia vasca la intención de la hija adolescente de ingresar en un convento de clausura después del instituto.

Esta coproducción catalana, que también se ha llevado el premio Zinemira del cine vasco, fue una de las favoritas en la Concha de Oro desde la primera proyección. Los domingos no sólo fue aplaudida sino que provocó muchos debates posteriores, sobre todo por la ambigüedad con la que aborda el debate que plantea sobre la libertad individual y el adoctrinamiento religioso, sin presentar una posición unívoca sobre la cuestión ni soluciones dramáticas fáciles de digerir. Por el contrario, en algunos momentos es una película incómoda, pero eso también la hace más interesante y atrevida, porque renuncia a la identificación ideológica y afectiva sobre la que orbita demasiado a menudo el discurso del cine social. "Si quiero el cine es porque siempre me enseña que se puede tratar de entender lo diferente de ti –dijo la directora al recibir el premio–. Y no creo que tratar de entender algo signifique validarlo o legitimarlo. Pero vivimos en un mundo en el que siempre hay gente diferente de ti, y vale la pena que el cine sea un.

En el premio también hay que reconocer el primoroso trabajo interpretativo de los protagonistas, sobre todo de una fabulosa Patricia López Arnaiz en el papel de la tía que trata de ejercer de contrapeso a la influencia religiosa que recibe su sobrina, la debutante Blanca Soroa. La sobria dirección y una escritura equilibrada y precisa hacen de Los domingos una Concha de Oro más que digna. Lástima que el veredicto esté, en parte, manchado por una decisión que se ha revelado poco acertada por parte del festival: invitar a Bayona a presidir el jurado de una sección en la que la productora de uno de los filmes, precisamente Los domingos, es Sandra Hermida, directora de producción de las primeras tres películas del director de Lo imposible y productora de las últimas dos. Es cierto que el mundo del cine español es pequeño, pero la presencia de tan estrecha colaboradora del cineasta introduce la innecesaria sombra de una duda sobre la Concha de Oro.

La de Los domingos es, por cierto, la tercera Concha de Oro consecutiva que gana una producción española en San Sebastián, después de Tardes de soledad (2024) y O cuerno (2023). Es una buena noticia para el cine español, que sin duda vive un gran momento, pero quizás no tan buena para el festival, porque evidencia sus dificultades en los últimos años para atraer títulos internacionales competitivos y de calidad por culpa del dominio que Venecia y Cannes ejercen sobre el circuito de festivales.

Reconocimiento para José Luis Guerín

El resto del palmarés de San Sebastián se ha hecho eco de la vitalidad y pluralidad del cine español, empezando por la mejor obra vista en festival: el documental Historias del buen valle, de José Luis Guerín, que se ha llevado el premio especial del jurado, el segundo en importancia y, casualmente, el mismo que el director barcelonés ganó hace veinticuatro años por En construcción. Hay muchas conexiones entre ese documental sobre las transformaciones del Raval y el extraordinario retrato que ha dirigido ahora sobre el barrio barcelonés de Vallbona. Filmada a lo largo de dos años y medio, Historias del buen valle es una obra que da voz a los vecinos para explorar el pasado, presente y futuro del barrio, así como un poema sobre las periferias urbanas que consigue ser a la vez popular y trascendente. Al recibir el premio, Guerín recordó que Bayona es de La Trinidad, un barrio vecino de Vallbona ("Conoce bien el material que he tratado, por tanto"). Y dedicó el premio a los vecinos de Vallbona "porque, aunque ellos no lo sepan, son guionistas de la película, e incluso realizadores".

La tercera obra más valorada del palmarés es Six jours ce printemps-là, que acompaña a una madre divorciada y sus dos hijos durante unas improvisadas vacaciones que pasan a escondidas en la casa de los abuelos paternos en la Costa Azul con la nueva pareja de la madre. Pequeña, sensible y de un naturalismo nada afectado, es una de las mejores películas del belga Joachim Lafosse, un director habitual de San Sebastián al que varios colaboradores acusaron el año pasado de tener comportamientos tóxicos en los rodajes. Six jours ce printemps-là, la primera película que presenta en un festival desde la polémica, se ha llevado una buena cosecha de premios en San Sebastián: mejor dirección y mejor guión.

En cuanto a los premios interpretativos, que en San Sebastián no están separados por género, el jurado optó por repartir ex aequo el de mejor interpretación protagonista entre el protagonista del drama sobre un abuelo gay que vuelve al armario de Maspalomas (el popular actor vasco de televisión y teatro José Ramón Soroiz) y la protagonista de la china Her heart beats in its cage (Xiaohong Zhao, que interpreta en el filme su propia historia real de reencuentro con el hijo tras pasar diez años en prisión por haber muerto su marido). Y por no dejar marchar ningún título español sin galardón de San Sebastián, el premio a la mejor fotografía fue para Pau Esteve por Los tigres, el vibrante thriller de Alberto Rodríguez.