Barón de Evel: estimulante poesía escénica
La compañía catalanofrancesa cierra el Festival Grec con un espectáculo lleno de imágenes impactantes
- Compañía Barón de Evel
- Teatro Griego
- 25 de julio de 2024
Los espectáculos de Baró d'Evel son el resultado de investigaciones artísticas ligadas a su camino, a sus dudas y certezas, al mundo que les rodea ya una gran curiosidad que les ha llevado a investigar sobre los colores, como ya vimos en Acantilado y en La, y ahora sobre la cerámica. Provienen del mundo del circo contemporáneo de influencias francesas pero poco a poco su trabajo se ha contaminado de otras disciplinas como la pintura y la danza, que en este ¿Quiénes somos? se erige en protagonista, conjuntamente con la poesía visual y la materialidad del barro (en la ficha artística aparece un ingeniero de percusión cerámica).
¿Quiénes somos?, se preguntan y nos preguntan Camille Decourtye y Blaï Mateu Trias, fundadores y directores de la compañía, en la primera parte de un tríptico que continuará con más preguntas: quién soy y dónde estoy. Y mirando el escenario, podríamos decir que de ese polvo vienen estos lodos, como queda patente en la inquietante y espectacular escena final (un espacio escénico de Lluc Castells), en el que una especie de mopa o muppet gigantesco vomita cuerpos sobre una playa que después se llenará de cientos de plásticos. Soberbia imagen. Pese a ese final, Camille Decourtye, con el micrófono en la mano, alienta al público para luchar contra lo que viene. Todavía existe esperanza, viene a decir rodeada de una banda de metal y percusión.
No hay propiamente números de circo, pero sí que hay danza acrobática. ¡Suerte que Decourtye y Mateu conservan su payaso! Ellos abren la función y sirven las primeras risas, que enseguida se enriquecen en una divertida escena de toda la compañía, inspirada en las simpáticas caídas y trompadas del clown que evoca el cine en blanco y negro de Charlot. Pero en las risas se acaban. ¿Animales? Sólo sale un perrito. El viaje sigue. Un viaje estéticamente poderoso, apoyado en una iluminación que encuentro triste, subterránea pero muy adecuada (Cube) y una muy presente banda sonora (Fanny Thollot y Pierre-François Dufour), donde cabe un aria de ópera, canciones (en la magnífica voz de Yolanda Sey) y música instrumental mecánica.
Coproducción del Festival Grec, no sabemos en estos momentos si este espectáculo estrenado en el Festival de Aviñón se verá en temporada en Barcelona cómo debería ser, por su calidad y porque es de los que crean público.