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Acting for Climate: "Solo viajamos en tren y bicicleta y comemos sobras de los contenedores"

3 min
Un momento del espectáculo 'Bark' a Los Tossols de Olot

OlotLa noruega Emma Langmoen y la finesa Heidi Mikki son dos de las cinco integrantes de Acting for Climate, una compañía de circo y danza que desde el 2014 utiliza el arte para luchar contra el cambio climático. El activismo ambiental define sus espectáculos y también la manera como trabajan: no utilizan vehículos contaminantes ni consumen nada que no sea estrictamente necesario. Ahora están en plena gira por Europa y han hecho parada en el Festival Sismògraf de Olot, donde han presentado el espectáculo Bark.

¿Cómo definiríais Bark?

Emma Langmoen: Invitamos al público a pasear con nosotros mientras van pasando cosas. En la lucha contra el cambio climático es muy importante que la gente conecte con la naturaleza, porque para poder cuidar algo primero necesitas conocerla. Queremos transmitir la idea de que todos estamos conectados y todos somos naturaleza, aunque quizás nos hayamos olvidado de ello. Hacemos acrobacias en los árboles y en el suelo con música en directo y poesía. En esta versión hemos traducido algunas partes del texto y de las canciones al catalán. Es un site specific en el bosque, con los árboles y cinco intérpretes.

¿Cuál es el papel de los árboles en el espectáculo?

E.L.: Los árboles son cruciales para el ecosistema. Durante el tiempo que hace que somos aquí, en Olot, ya ha habido una transformación del bosque, se han cortado algunos árboles. La performance sigue un plan, pero cada lugar la hace variar. Aquí, por ejemplo, tenemos un río que varía la dramaturgia. La naturaleza es cómo es y no la podemos modificar, nos adaptamos a cada espacio. El bosque representa el 80% de nuestro espectáculo, y por eso cuando acabamos la función pedimos a los espectadores un aplauso para los árboles.

Heidi Mikki: En realidad nosotras no tendríamos que estar haciendo nada. La naturaleza por sí sola ya nos da un espectáculo precioso mientras paseamos. Es la gran protagonista del show. Al final también invitamos los espectadores a subir a los árboles con nosotros.

¿Cómo influye el activismo de la compañía en el proceso de creación y exhibición de los espectáculos?

E.L.: Acting for Climate nació con el propósito de utilizar el arte para impulsar a la gente a actuar en la lucha contra el cambio climático. Esta es nuestra idea de base, y esto se traduce en los temas que tocamos en los espectáculos y en la manera como trabajamos. El año pasado, por ejemplo, hicimos una gira por todo Dinamarca en bicicleta. Cargamos todo el material con nosotros para no utilizar vehículos contaminantes. 

Ahora estáis haciendo gira con Bark por Europa. ¿Cómo viajáis?

E.L.: Solo viajamos en tren y en bicicleta y comemos sobras de los contenedores y de los restaurantes. Queremos consumir lo mínimo posible en los lugares donde vamos.

H.M.: Después de Olot iremos a Alemania y a Dinamarca. Sin el tren, necesitaríamos años para movernos por Europa. Viajar de este modo implica mucho más tiempo y más planificación.

E.L.: También nos empuja a utilizar cada vez menos materiales, para no tenerlos que cargar. Tenemos carretillas para las bicis, pero igualmente optamos por no transportar ciertas cosas, sino buscarlas en cada lugar. Las hojas, por ejemplo, forman parte de nuestra escenografía. Las cogemos del lugar que visitamos y después las devolvemos a la naturaleza.

Un momento de 'Bark' representado este jueves en Els Tossols d'Olot

¿En algún momento os habéis encontrado limitaciones a la hora de cumplir con todo esto?

E.L.: El activismo no es blanco o negro, es gradual, y nos adaptamos dentro de estos parámetros. En el caso de las comidas, intentamos comer siempre alimentos que estaban destinados a ir a la basura, pero si un día hemos hecho un ensayo de ocho horas y estamos muy cansadas, hacemos una excepción y vamos a la tienda a comprar comida. Idealmente, nos gustaría no comprar nunca, pero a veces no es posible. Intentamos contribuir al máximo, a pesar de que también es importante tener cuidado de una misma y darse cuenta de que ser una activista implica muchos sacrificios y no siempre se puede cumplir con todo.

Las últimas noticias sobre el cambio climático no son nada positivas. ¿Sois optimistas?

H.M.: Estamos intentando poner toda nuestra energía en conseguir acciones. A veces me desespero, pero también siento que no puedo no luchar por eso. Y sabemos que seguramente nuestra manera de hacerlo no es la única que es correcta.

E.L.: Como individuo yo puedo influir muy poco, pero si formo parte de un movimiento más grande hacia el cambio, la lucha se transforma en una fuerza colectiva enorme. Estoy convencida de que si cada cual hace lo que puede, podemos generar grandes cambios y salvar el planeta.

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