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"El cuerpo de la mujer se utiliza siempre como un arma de guerra"

El escritor y policía Pere Cervantes vuelve a Kosovo con la novela 'La espía de cristal'

Pere Cervantes al 1999, cuando estuvo en Kosovo como Observador de las Naciones Unidas
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BarcelonaPere Cervantes (Barcelona, 1971) tenía 28 años cuando, en 1999, fue a Kosovo como observador para la paz. Estuvo allí hasta febrero del 2000 y, después, pasó un año en Bosnia. Han tenido que pasar 23 años antes de que se sintiera capaz de escribir sobre lo que vivió. La espía de cristal (Destino) ha necesitado su tiempo, en parte por el trauma vivido y porque, según él, tenía que crecer como escritor. El desencadenante definitivo, sin embargo, fue su anterior novela, El chico de las bobinas (Destino): "La posguerra de Barcelona, en concreto del Poble-sec, de la cual hablo en El chico de las bobinas, me conectó con la posguerra de Kosovo, y lo hizo a través de las mujeres", detalla. Soledad de El chico de las bobinas sufre las torturas de la Policía Nacional. Y la traductora, periodista y espía albanokosovar de La espía de cristal, Taibe Shala, es violada por los soldados serbios: "Tanto Soledad como Taibe son heroínas silenciadas que ayudaron a levantar un país”, explica Cervantes, que combina el trabajo de escritor con el de policía de delitos informáticos. “En Kosovo se documentaron 20.000 violaciones; en Bosnia, 30.000, y vete a saber cuántas se documentarán en Ucrania. El cuerpo de la mujer se utiliza siempre como un arma de guerra”, lamenta.

Cervantes pasó un año y medio en Kosovo, respondió a una convocatoria porque tenía ansias de aventura, y otro año en Bosnia, pero los protagonistas de su libro no son observadores, sino reporteros de guerra y espías. “Tuve mucho contacto con la población, porque las Naciones Unidas te ponen alojamiento para una semana, pero después te tienes que buscar la vida. Tanto serbios como kosovares me recibieron con las puertas abiertas, la población nunca fue hostil conmigo. Otra cosa es la institución a la que representaba”, asegura. Los dos escenarios principales de su novela son Pristina y Mitrovica, donde un puente separa a los albanokosovares de los serbios, y los conflictos entre las dos etnias se perpetúan. "Kosovo todavía vive en posguerra, con un paro del 60%, la juventud que huye, las mafias, el deseo de venganza...", explica.

Manu Pancorbo, un periodista barcelonés, y Olga Balsells, una fotoperiodista que comparte apellido con Sandra Balsells, son dos de los protagonistas del libro: cubren la guerra y posguerra el 1999 y vuelven el 2019 para buscar a Shala, que ha desaparecido. “He utilizado el apellido de Balsells porque le quería rendir homenaje, pero el personaje no tiene nada que ver con ella. Olga es una persona rota”, dice. La Sandra Balsells real es una fotoperiodista con una larga trayectoria y autora de Balkan in memoriam (Blume, 2002), un extenso recorrido por la década más convulsa de la antigua Yugoslavia.

Pere Cervantes en la actualidad, durante la presentación del libro en Barcelona.

La ingenuidad de creer que era la última guerra

Más de veinte años son muchos y la memoria es huidiza, pero Cervantes explica que se documentó a fondo y ha mantenido el contacto con algunas de las personas que conoció en 1999. “Algunas han progresado mucho socialmente, ahora una de las intérpretes que nos ayudaron es una de las responsables policiales del país”. Cervantes quería viajar a Kosovo, pero con el estallido de la pandemia las cosas se complicaron y estos antiguos contactos le enviaban documentos y fotografías. “Además, siempre he leído la prensa albanokosovar, traducida. También he leído mucho ensayo, me he releído todo lo que escribió Susan Sontag, el albanés Ismail Kadaré y Peter Handke, alemán y proserbio”, detalla. Cervantes asegura que las cosas han mejorado con el tiempo. En la novela, aparte del espionaje, la guerra, el amor y el periodismo, plana también la corrupción. “En 1989 Milosevic instaló un apartheid, los albanokosovares fueron expulsados del funcionariado, tenían que estudiar separados... y surgió el Ejército de Liberación de Kosovo. Cuando se acabó la guerra, los principales cargos del gobierno provisional eran insurgentes del Ejército de Liberación de Kosovo y había mucha corrupción, pero ahora las cosas están más saneadas”. El escritor y policía entregó la novela en septiembre del 2021: “Fui tan ingenuo que pensé que era un libro sobre la última guerra en Europa”, asegura. 

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