Artes Escénicas

Una 'Coppél-i.A' peligrosa y futurista lleva la inteligencia artificial al Liceu

Jean Christophe Maillot presenta en el Liceu un espectáculo de danza con impactante puesta en escena

2 min
Un momento del espectáculo 'Coppèl-ia' en el Liceu
  • Jean-Christophe Maillot
  • Gran Teatro del Liceo. Hasta el 30 de julio

Jean Christophe Maillot ha vuelto a cautivar al público del Liceu con la adaptación de uno de los grandes ballets del repertorio, Coppélia. Pero más allá de revisitar al gran clásico de Arthur Saint-Léon, nos ha enfrentado a uno de los grandes temas que preocupan actualmente: la inteligencia artificial. El coreógrafo y director de los Ballets de Montecarlo ha creado un espectáculo aparentemente amable, estéticamente potentísimo, en blanco y negro, con música de Bertrand Maillot sobre la partitura original de Léo Delibes, que puede agradar a los más neófitos, con una puesta en escena impactante, cómo nos tiene acostumbrados. Pero también puede seducir a los amantes de la danza clásica con unos bailarines de gran precisión técnica en una coreografía volátil que crea espectáculo por sí misma, con infinidad de ideas que combinan el lenguaje clásico y el contemporáneo y que cuenta con un protagonista indiscutible, Lou Beyne.

La primera escena es impactante: el Doctor Coppelius se maravilla al ver su robot Coppélia ejecutando sus primeros pasos, como nos maravillamos nosotros al ver a la bailarina/androide evolucionar sobre las puntas con movimientos angulosos y mecánicos de técnica impecable y dotes interpretativas excepcionales. Sólo por ese paso a dos y un solo en el segundo acto de Lou Beyne ya vale la pena pagar la entrada. También está poderosa y fantástica Anna Blackwell como Swanilda, de una técnica ligera y excelente, que pone el contrapunto de luz en la obra.

Pero más allá de la danza, Maillot nos enfrenta a un tema de rabiosa actualidad: el ansia de crear vida más allá de la vida humana. Desde un punto de vista visual, el coreógrafo y la escenógrafa y figurinista Aimée Moreni nos remiten al expresionismo alemán, a los robots de Metropolis de Fritz Lang y al Ballet Triádico de Oskar Schlemmer, mientras el cuerpo de baile juega ajeno al gran ojo que todo lo ve en un musical hollywoodiense de los años 30.

Y si el autómata de Coppélia, obra estrenada hace 150 años, era una revisión amable del mito del Frankenstein de Mary Shelley, la Coppél-iA de Maillot, estrenada en Mónaco en el 2019, sobrepasa al Yo, robot de Isaac Asimov al recordarnos que la inteligencia artificial y las muñecas sexuales son ya una realidad. Y es aquí donde una Coppél-iA indudablemente inteligente no permitirá seguir subyugada a su creador, en un final inquietante que deja al espectador abrumado.

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