Premio Nacional antes de 40 años. ¿Y después qué?
La bailarina y coreógrafa Núria Guiu estrena, junto a Ingri Fiksdal, su espectáculo más ambicioso en el Mercat de les Flors
BarcelonaHace dos años, Núria Guiu (Barcelona, 1985) ganó el Premio Nacional de Cultura 2022 y todos los focos se pusieron sobre ella. ¿De dónde había salido esa joven bailarina y coreógrafa? Guiu no era una recién llegada a la danza. Después de graduarse en el Institut del Teatre, había pasado una década exiliada en los países nórdicos bailando en distintas compañías, y finalmente había decidido volver a casa para protagonizar su propia carrera.
Guiu abordaba en sus primeras obras el cuerpo y la identidad en el entorno digital, en solos como Likes y Spiritual boyfriends, dos piezas que la llevaron a ser artista residente en el Mercat de les Flors en el 2021, desde donde coprodujo Cyberexorcismo. Por último, esta semana, del 24 al 28 de enero, cierra su residencia estrenando en Barcelona su montaje más ambicioso hasta ahora, Supermedium, un espectáculo cocreado con la noruega Ingri Fiksdal. Son nueve bailarinas en escena, incluida ella misma, que recrean varias danzas que cada una lleva dentro, y que han atravesado el tiempo y las culturas. Cogen todos estos referentes y todas las épocas (pasado, presente y futuro) y los sitúan todos en un mismo plano: "Una bailarina puede estar haciendo Dirty Dancing y otra, movimientos de la danza teatro de Pina Bausch. O una hace Chicken Teriyaki, de Rosalía, y otra hace una coreografía de Àngels Margarit", ejemplifica. Guiu defiende una idea muy popular de la danza, lejos del elitismo y la cripticidad que a veces se asocia a la danza institucionalizada. "Nosotros vamos empezar a bailar con las Spice Girls y ahora somos bailarinas profesionales, pero tenemos la misma experiencia que cualquier persona cuando baila", afirma.
La dificultad de producir danza
Supermedium se inscribe en el proyecto Célula del Mercat de les Flors, que quiere contribuir a hacer más fácil la producción de espectáculos de medio o gran formato. "Es muy importante que haya espacios públicos que produzcan danza, en especial con formatos difíciles de asumir para estructuras pequeñas", dice la directora Àngels Margarit. Es lo que le ocurría a Guiu: "Yo me sentía preparada para trasladar lo que sé, pero Cyberexorcismo fue muy difícil de producir, porque el dinero no cubría gastos, la subvención llegaba mucho más tarde y tienes que avanzar dinero –recuerda–. Te sientes que vas a todo riesgo. Ahora he podido realizar sólo mi trabajo. Es como un caramelo. Y al mismo tiempo no sé si esto podré seguir haciéndolo aquí, porque no sé si haremos gira. Los teatros de Cataluña deberían mojarse para que puedan existir estas piezas; si no, haremos solo solos y dúos", plantea. Margarit confía en girar tanto en el país como en el extranjero.
Supermedium parte del solo Medium, que Guiu estrenó en octubre en el Mercat de les Flors, y lo ha expandido. Ahora son nueve bailarinas en escena, todas artistas de Barcelona, unidas por el diseño sonoro de Uge Pañeda a través de una música ritual rítmica, como de drones, y por el vestuario-escenografía de Ronak Moshtaghi. Guiu las ve como brujas, porque las bailarinas son también personas disidentes al margen de la sociedad, con el privilegio de haber tenido unos estudios de danza pero a la vez inseparables de cierta precariedad cuando entran en el mercado laboral.
En este contexto, el Premio Nacional fue un salvavidas porque le dio "reconocimiento y validación", la convirtió en un nombre propio, una apuesta. "Me reafirma y me abre campos", dice, y asegura no sentir el peso de las expectativas. "Para mí fue un apoyo para poder desarrollar mi trayectoria. La gente te etiquetará de cierto modo, pero mi trabajo es desplegar esto, romperlo, evolucionar y no tener que respetar ser lo que dicen que eres, si no quieres perderte en esa presión", concluye.