"Donald Trump me invitó a salir después de que me divorciara de Kenneth Branagh"
La actriz Emma Thompson recibe el Premio del Club Leopardo en el Festival de Locarno, donde presenta el 'thriller' dramático 'The dead of winter'
LocarnoQuizás porque le asociamos sobre todo a dramas británicos de época, sorprende comprobar en directo que Emma Thompson es de las estrellas más divertidas del panorama actual. En la conversación que compartió con el público este sábado con motivo del premio que le concedía el Festival de Locarno, el Premio del Club Leopardo, justo recordó sus inicios en el mundo de la comedia. “Cuando era joven, no quería ser actriz como mi madre (Phyllida Law) porque me parecía un trabajo muy precario. Pero me convertí en comediante. Hacía monólogos en manifestaciones políticas, llenos de chistes sobre Margaret Thatcher. Y sobre el herpes. dar trabajo como actriz algo de casualidad. No lo había buscado, y en ocasiones lo que sale mejor es justo lo que no se busca", dice.
La actriz ha presentado en el certamen suizo su nueva película, Dead of winter, de Brian Kirk, uno thriller dramático que le llamó la atención por el perfil de la protagonista, "una de esas mujeres que difícilmente ves en pantalla, una mujer mayor, normal ya la vez heroica". "De hecho, creo que la mayoría de mujeres somos así, grandes heroínas cotidianas. No nos queda más remedio, porque vivimos en un patriarcado", dice Thompson, que es tan contundente en las apreciaciones políticas como hilarante a la hora de contar múltiples anécdotas de su carrera. Como cuando recuerda cómo la ficharon para escribir la versión de Sentido y sensibilidad de Ang Lee, que también protagonizó, y donde conoció a su actual marido, el actor Greg Wise. "Trabajaba en un programa de televisión de sketches, y hice uno sobre una mujer de la época victoriana que va a ver a su madre porque tiene un problema con el marido. Se ve que el marido tiene un bicho pegado al cuerpo y no sabe qué es. Él intenta explicarle, pero ella no lo acaba de entender. Era un sketch sobre el a. Sentido y sensibilidad lo vio y parece que pensó [pone voz masculina]: esta mujer podría adaptar Jane Austen. Así que un chiste sobre una vida sexual insatisfactoria me llevó a Sentido y sensibilidad, una película que me cambió la vida".
Antes, Thompson ya había adquirido prestigio como actriz sobre todo a partir de dos películas, Regreso a Howards End y Lo que queda del día, con distintos puntos en común. Ambas son adaptaciones literarias dirigidas por James Ivory, y en ambas comparte protagonismo con Anthony Hopkins, al que define como "el mejor actor" con el que ha trabajado nunca, "una persona maravillosa y un gran maestro". En cuanto al personaje de la primera película, Margaret Schlegal, la actriz confiesa que es la única vez que ha escrito a un director para decirle que sabía perfectamente cómo interpretar a un personaje porque "era como todas aquellas pioneras que luchó por la educación de las mujeres y que después hemos olvidado". "Con Lo que queda del día conecté allí porque mi abuela empezó a trabajar de criada cuando tenía 13 años para un matrimonio sin hijos. Era la Primera Guerra Mundial y durante un bombardeo de un zepelino, se quedó sola con el dueño, que la violó. La dejó embarazada. Entonces, esta violencia sexual contra las criadas era una forma de acceder a una gestación subrogada. Pero mi abuela se quedó la criatura. Esto la marcó de por vida; nunca fue feliz del todo. Y yo me inspiré en ella para el personaje de Miss Kent", explica.
En 1998 Emma Thompson da el salto a Estados Unidos, donde protagonizó, entre otros títulos, Primary colores, de Mike Nichols. "La principal diferencia entre trabajar en Hollywood y en Europa es la relación con el resto del equipo en un rodaje. A mí me gusta conocer a las personas que están detrás de la cámara, quiénes son y cómo se dicen. Porque cuando las conozco, me puedo olvidar mientras me rodo. En cambio, si me resultan extraños me cuesta más distanciarme a Estados Unidos y pero me cuesta más distanciarme. el equipo técnico. Por eso prefiero trabajar en Europa", dice. Y la actriz acaba confesando que durante el rodaje de esta película, un día, mientras estaba en su trailer, recibió una llamada de un número desconocido. Era Donald Trump. "Pensaba que era una broma. Pero me propuso que sopáramos juntos en una de sus espléndidas mansiones. Contesté: que amable, muy agradecida, ya te diré algo. Yo me acababa de divorciar [de Kenneth Branagh] y pensé que la cosa iba por aquí, que Trump buscaba por aquí, que Trump buscaba por aquí, que Trump buscaba por aquí, que Trump buscaba por aquí. ¡Imagínense, pudo cambiar la historia de Estados Unidos!"