El drama fantástico 'Lamb' triunfa en el Festival de Sitges
El film islandés sobre una niña oveja también se lleva un premio interpretativo para Noomi Rapace y el de mejor 'opera prima'
SitgesEn la edición dedicada al hombre lobo, tiene ironía que la grande triunfadora del Festival de Sitges haya acabado siendo una película sobre una niña oveja. Lamb, de Valdimar Jóhannsson, se ha llevado el premio al mejor largometraje de un palmarés lleno de menciones especiales y premios ex aequo para meter muchos de los títulos importantes de una edición que ha recuperado sensaciones de antes de la pandemia: viernes, en la primera jornada sin restricciones para el mundo cultural, se pudo comprobar en la sesión llena a rebosar de Last night in Soho. Y las entradas vendidas hasta sábado por la mañana confirman la impresión: un 76% más entradas vendidas que en la edición pandémica de 2020 y solo un 9,6% menos que en 2019, caída explicable por la limitación de horarios y de aforos de esta edición.
El buen recibimiento de Lamb en Sitges se empezó a intuir el mismo día de la proyección cuando a los aullidos espontáneos del público antes de las proyecciones de esta edición se añadieron los balidos de oveja de una parte de los espectadores. La película funciona como parábola sobre el peligro de alterar los equilibrios de la naturaleza, que es lo que pasa en una remota granja de corderos islandesa cuando una de las ovejas da a luz una criatura con cabeza de oveja y cuerpo humano y los amos de la granja deciden llevársela a casa y educarla como si fuera su hija.
Lamb impacta por la solidez dramática con la que retrata la cotidianidad de una pareja que arrastra el dolor de la pérdida de una hija y que ve en la aparición del híbrido una oportunidad para reconstruir su mundo roto de silenciosa desesperación. El elemento fantástico y el terror tienen un papel secundario durante buena parte de la película, pero cuando aparecen lo hacen en toda la plenitud. "Sitges es un festival de los excesos y del cine que se aleja de las convenciones –ha comentado sobre el veredicto el cineasta y miembro del jurado Ali Abbasi–. A menudo se consigue con mucha sangre, ruido, violencia... Pero Lamb ofrece todo esto con el mérito de hacerlo desde el minimalismo, con interpretaciones y una fotografía muy controladas".
La película también se ha llevado el premio a la mejor opera prima que concede el jurado de la crítica y el de mejor actriz para una de las estrellas de esta edición, Noomi Rapace, a pesar de que compartido con la Susanne Jensen de Luzifer . Esta producción de Ulrich Seidl ha hecho doblete interpretativo con el premio al gran actor alemán Franz Rogowski, que da vida a un tipo de eremita que vive con su madre aislado del mundo en las montañas en una burbuja de fanatismo religioso. Rogowski ha compartido el premio con el magnífico Caleb Landry Jones de Nitram , un matizado retrato psicológico del perturbado autor de una matanza real en Australia dirigido por Justin Kurzel, que se ha llevado el premio a la mejor dirección.
Con solo un galardón, pero importante, como el premio especial del jurado, la otra triunfadora del palmarés ha sido After blue (Paradise sale), un western de ciencia-ficción ambientado en un planeta habitado solo por mujeres que Eulàlia Iglesias definía en el último Festival de Locarno en su crónica para el ARA como “una película carne de culto que sintoniza con una contemporaneidad en que lo queer ya no se conforma con los márgenes”. El film de Bertrand Mandico también ha pescado el premio de la crítica, ex aequo con la inenarrable pesadilla animada de Mad God, también premio por sus efectos especiales.
Generoso, el jurado ha incluido en el palmarés obras notables como el fatalista y estilizado thriller de Hong Kong Limbo (mejor fotografía), la divertida y apocalíptica Silent night (mejor guion) y la inaugural Mona Lisa and the blood moon (mejor música). Y para contentar a todo el mundo –debe de haber sido una deliberación animada–, menciones especiales a The blazing world, The execution y The innocents. A pesar de esta prodigalidad, no ha habido lugar en el palmarés para el cine catalán ni español. Y sería una decisión justa si no fuera por la magnífica Tres de Juanjo Giménez, que al menos se ha llevado el Méliès de Plata a la mejor película fantástica europea del festival y el año que viene optará al Méliès de Oro.
