Fotografía

Jugarse la vida para conseguir una imagen

El festival Visa pour l'Image vuelve a premiar un reportaje de la guerra en Birmania

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'Alice, Stanley y Najin. Kenia 2020', de Nick Brandt

BarcelonaTrabajar como reportero en la guerra civil de Birmania es una misión casi imposible: según la ONG Detained Journalists Information, al menos 156 periodistas han sido arrestados desde que estalló la guerra en el 2021, de los que unos cincuenta permanecen en prisión. Hace una semana un tribunal condenó a veinte años de cárcel a un fotoperiodista que cubría los estragos de un tifón para un medio disidente. Se trata de la sentencia más dura contra un profesional de la información desde el golpe de estado del 1 de febrero de 2021. Asimismo, los reporteros internacionales tienen la entrada prohibida en Birmania desde entonces. El reportero italobritánico Siegfried Modola no se ha dejado amedrentar por todos estos peligros y el sábado ganó el premio más importante de la 35 edición del festival internacional de fotoperiodismo Visa pour l'Image, el Visa de Oro en la categoría de Noticias, galardonado con 8.000 euros, por el reportaje que realizó en Birmania para el diario canadienseGlobe and Mail.

Soldados karen que luchan contra las fuerzas armadas de Tatmadaw en un afloramiento con vistas a un valle el 9 de octubre del 2022, en el estado de Kayah, en el este de Birmania.

El reportaje de Siegfried Modola lleva por título "Dentro del levantamiento armado de Myanmar". Tras la publicación, el 6 de diciembre, Modola ha vuelto por su cuenta. "No es fácil [poder ir], debido a las historias más importantes que están teniendo lugar en todo el mundo, como la guerra de Ucrania. Myanmar es un conflicto algo olvidado", afirma Siegfried Modola en una entrevista concedida a Globe and Mail con motivo del galardón. Tras entrar ilegalmente en el país, Modola siguió una unidad de milicianos por la selva del estado de Kayah, una región que está bajo el control de la rama armada del gobierno en el exilio y del ejército karen, que ha luchado contra las fuerzas armadas de Birmania durante más de setenta años. "En Myanmar las esperanzas de un progreso pacífico y democrático se han desvanecido", lamenta Modola en los textos que acompañan a su trabajo. "Esta nación del sudeste asiático está ahora envuelta en conflictos y caos. Décadas de mala gobernanza y un gobierno militar represivo han creado un clima de violencia, violaciones de derechos humanos y pobreza crónica".

Niños trabajando en una fábrica de ladrillos en las afueras de Kabul, en Afganistán. 20 de agosto de 2022.

La tristeza en la que está inmerso Afganistán

Antes de Siegfried Modola, la guerra civil de Myanmar fue reconocida en Visa pour el Image en el mismo 2021 a través del trabajo de un reportero del que no se hizo pública su identidad para no ponerlo en peligro. En paralelo a este conflicto, este año el Premio Visa de Oro Magazine, también dotado con 8.000 euros, ha recaído en el fotógrafo iraní de la agencia Associated Press Ebrahim Noroozi, por un reportaje de Afganistán de largo recorrido titulado El país más triste del mundo y el peor país para las mujeres. Y el Premio Visa de Oro de prensa diaria se lo ha llevado el fotógrafo Tyler Hicks por el reportaje de la guerra de Ucrania, publicado en The New York Times, "Bakhmut, una ciudad en guerra".

Una de las imágenes del reportaje de Tyler Hicks "Bakhmut, una ciudad en guerra".

La 35ª edición de Visa pour l'Image incluye 25 exposiciones que estarán en cartel hasta el domingo. Algunas abordan otros temas de actualidad, como las elecciones en Turquía y Brasil, los estragos del cambio climático, los terremotos de Turquía y Siria y la revuelta de Perú. Otra de las exposiciones destacadas es la dedicada a las revueltas en Irán que se produjeron tras la muerte de la joven de 22 años Mahsa Amini a manos de la policía de la moral, fruto de una apuesta decidida del director del festival, Jean-François Leroy. Se trata de una exposición excepcional, porque las imágenes provienen de redes sociales como Twitter e Instagram, ya que el gobierno iraní detuvo a reporteros locales bajo la acusación de espionaje, denegó los visados a los fotoperiodistas extranjeros y envió a las agencias imágenes fabricadas de los hechos. “Pese a todo, en Twitter e Instagram es posible seguir el levantamiento que se desarrolla día tras día, hora tras hora. Las redes sociales muestran un testimonio directo, fotografiado, filmado por los propios iraníes, una verdad paralelo a la versión de los hechos del régimen", se puede leer en la presentación de la muestra. Por otra parte, también hay muestras impregnadas de lirismo como la de los retratos de hombres y animales amenazados, del fotógrafo Nick Brandt.

Durante el funeral de Mahsa Amini, las mujeres se quitaron el pañuelo en señal de protesta, gritando "Fuera el dictador" y corearon por primera vez "Mujer, vida, libertad", que se convirtió en el grito de concentración de los manifestantes . Saqqez, Kurdistán iraní, 17 de septiembre de 2022.

La IA, un mal menor

Otro tema inevitable de la edición de este año, aunque no es el centro de una exposición, es el impacto de la inteligencia artificial en el sector, uno de los debates de los últimos meses más encendidos en torno a la imagen. Jean-François Leroy le ha aprovechado para relativizar su amenaza y reivindicar la fuerza de la fotografía: “Parece que a la fotografía le ha salido un nuevo enterrador: las inteligencias artificiales generativas. Muchos han querido ver en las falsas imágenes superrealistas, que han inundado las redes sociales, la última estocada en nuestra profesión”, advierte Leroy. “La fotografía ha salido airosa de otras vicisitudes –añade–. Midjourney y otros no son los primeros que le han amenazado, la han trastornado y, sobre todo, manipulada”. Ante esta y otras amenazas del sector, Leroy encuentra una razón esencial para que el fotoperiodismo no desaparezca: “Lo que nos reúne en Perpiñán son las ganas de ver el mundo. El de verdad”.

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