Lee Miller: una fotógrafa entre la moda, el surrealismo y los horrores de la guerra

PalafrugellLa fotógrafa y reportera estadounidense Lee Miller (1907-1977) vivió muchas vidas en una sola, como se puede ver en la exposición que le dedica la 13a Bienal de Fotografía Xavier Miserachs en el espacio La Bòbila de Palafrugell a partir de este domingo, y en el biopic protagonizado por Kate Winslet Lee, que se estrenará el 27 de septiembre. Su trayectoria empezó como modelo para la revista Vogue, pero para satisfacer sus inquietudes artísticas se marchó de Nueva York a París para trabajar con Man Ray, de quien fue amante y con quien desarrolló el proceso de solarización, con el que invertían total o parcialmente los tonos de una fotografía.

En París, Miller siguió trabajando como modelo y también tomó fotografía de moda. Más adelante, regresó a Nueva York, donde abrió su propio estudio, algo poco habitual para una mujer en los primeros años 30. Poco después se casó con el empresario egipcio Aziz Eloui Bey, cerró su estudio y marchó a vivir a El Cairo. Pero esa vida le ahogaba, así que Miller regresó a París en 1937, un viaje donde conoció a su futuro marido, el pintor, poeta y biógrafo de artistas Roland Penrose.

Más adelante, Miller hizo historia como corresponsal de guerra con las tropas aliadas en Francia, Alemania y Austria. Entre las imágenes más estremecedoras están las de la liberación del campo de concentración de Dachau. "Si se quiere entender a Lee Miller como fotógrafa de moda y como reportera de guerra, debe pensarse en el surrealismo, que la influenció en todo", afirma su hijo, el también fotógrafo Antony Penrose. "El surrealismo es más que un movimiento artístico, es una forma de vida basada en las ideas de paz, libertad y justicia, y ella también las reivindicaba, y en sus fotografías también están los significados ocultos y las metáforas propias de los surrealistas", subraya.

La exposición, que es la primera retrospectiva de Miller en Catalunya, lleva por título Lee Miller. El deseo de libertad e incluye unas sesenta fotografías. La directora de la Bienal y comisaria de la muestra, Maria Planas, ha querido centrarla en el papel a menudo poco reconocido de las mujeres durante la guerra. Lee Miller vivió con tanta intensidad que quizá por eso decidió ejercer de cocinera y anfitriona para los numerosos intelectuales y artistas que recibían ella y Penrose. Sus trabajos y documentos los guardó dentro de decenas de cajas en un desván, y su hijo y su mujer no los descubrieron hasta después de su muerte.

El carácter todoterreno de Colita y Toni Catany mediterráneo

La programación de la Bienal incluye una decena de exposiciones más, entre las que destaca Colita. Para un roto y un descosido, la primera exposición póstuma de Colita en Cataluña. Ella misma participó en el proyecto, ya que eligió el título, una referencia a su carácter todoterreno. Entre las obras expuestas se encuentran algunas de sus imágenes más icónicas, como las de Carmen Amaya, los retratos de Gabriel García Márquez, Jaime Gil de Biedma y Joan Manuel Serrat y los de las pioneras manifestaciones feministas y del movimiento gay durante la Transición. Otro plato fuerte de esta Bienal es Mi Mediterráneo, de Toni Catany, en la Fundación Josep Pla. Se trata de una revisión, 33 años después, de la mítica exposición de Catany con fotos tomadas durante sus viajes por Italia, Grecia, Turquía, Egipto, Israel y el Magreb. Ahora, el director del Centro Internacional de Fotografía y comisario de la muestra, Toni Garau, y el director de la Fundación Josep Pla, Francesc Montero, lo han puesto en diálogo con los textos de Josep Pla.

Otra de las exposiciones más destacadas es La Chanca en color (1962-1968), de Carlos Pérez Siquier, en Can Mario, el museo de escultura de la Fundación Vila Casas, con una serie de copiasvintagepropiedad de la Fundación Mapfre. Y en la línea de trabajo de la Bienal de descubrir archivos fotográficos desconocidos, esta edición presenta Álbum de veraneo (1942-1958), una muestra comisariada por el también director de la Bienal, Enric Bruguera, basada en los álbumes fotográficos de la familia Roig, empresarios textiles de Terrassa que veranearon en Llafranc en los años 40.