¿Por qué daba tanto miedo Jesús de Nazaret?
Los discípulos más cercanos huyeron a Galilea y renegaron de su relación con Cristo
BarcelonaNos han llegado muchas versiones sobre quién fue Jesús de Nazaret y qué le sucedió en los últimos días de su vida. Están las fuentes evangélicas, pero también historiadores más o menos contemporáneos de su tiempo, como Flavi Josep, Plini, Dió Cassi, Suetonio... Sin olvidar estudios mucho más recientes y toda la ficción, incluida la película La vida de Brian, que en realidad habla más de la Palestina convulsa de ese momento (entre los años 30 y 33 dC) a través de un hombre corriente al que las masas confunden con el mesías. "Los relatos de los evangelios sinópticos del Nuevo Testamento, los de Mateo, Marcos y Lucas, son como la narración de un evento proporcionada por diferentes periodistas que relatan los mismos hechos. Puede haber énfasis diferentes, pero de todos podemos sacar una información esencial: la entrada de Jesús en Jerusalén para celebrar la Pascua judía debió de ser triunfal y debía dar bastante miedo a quienes tenían el poder en ese momento", afirma Josep Maria Pascual, doctor en sociología e historia, autor de La transformación sociológica del cristianismo: del siglo I al IV (Editorial Hacer, 2023).
Jesús de Nazaret fue detenido pocos días después de que los peregrinos hubieran llegado a Jerusalén para celebrar la fiesta de la Pascua. "Si no hubiera sido un movimiento de masas, no habría preocupado al Sanedrín, la asamblea de representantes y jueces de la ley judía que le acusó de querer destruir el Templo y de presentarse como falso profeta", destaca Pascual. El gobernador romano, Ponç Pilato, también tuvo un papel: "No es que se lavara las manos. Para Pilato era un conflicto entre judíos y quiso aprovecharlo para profundizar en las divisiones. Sin embargo, un líder social con apoyo popular y que promovía no pagar impuestos era una persona a la que debía eliminarse de la escena política. Sencillamente, quiso distanciarse del Sanedrín", detalla Pascual. Jesús de Nazaret murió bastante solo en la cruz. Tan sólo le acompañan algunos conocidos y familiares. "No hubo revuelta alguna. Los discípulos más cercanos huyeron a Galilea y renegaron de su relación con Jesús", asegura.
La derrota de un movimiento insurgente
Con la muerte de Jesús de Nazaret, el movimiento insurgente fue políticamente derrotado. "Sus seguidores tenían la esperanza de que liberaría a Israel, pero quedaron decepcionados y pensaron que no sería el poderoso mesías, el enviado de Dios, cuando se dejó torturar y matar", explica Pascual. No hubo milagros desestabilizadores. Las élites económicas, religiosas y culturales judías quedaron tranquilas, incluso mofaron: "Consideraban que habían demostrado que Jesús de Nazaret y sus seguidores habían engañado al pueblo", dice Pascual. De hecho, ni siquiera persiguieron a los dirigentes y seguidores de Jesús de Nazaret que habían huido.
Pero, hasta su muerte, habían temido la revuelta que podía liderar Jesús de Nazaret. "Temían que se amotinaran sobre todo en los pueblos, porque es un movimiento que surgió en el campo. Tenían motivos para tener miedo, porque los más desfavorecidos ya se habían amotinado antes, en las celebraciones religiosas en Jerusalén, y lo volverían a hacer después , el 66 dC", afirma el historiador.
La revuelta de los campesinos más pobres
Hace 2.000 años, Palestina, entonces la provincia romana de Judea, vivía una situación socialmente bastante conflictiva. La finalidad económica de la dominación romana era recaudar impuestos y la de la aristocracia local, tanto la sacerdotal como la élite económica que residía en las ciudades, era también enriquecerse. El enfado no sólo venía por la recaudación de impuestos, sino también por cómo se gastaba el dinero. Servían sobre todo para "contentar a los romanos y para favorecer el patrimonio personal de la dinastía de los Herodes". Quienes más sufrían eran los campesinos de Galilea. Por esa razón, Galilea fue el núcleo de la rebelión encabezada por Judas el Galileo. "Esta región proporcionó a muchos bandoleros que lucharon contra los romanos", dice Pascual.
En la provincia romana de Judea los esclavos eran quienes no podían devolver las deudas, y el pago eran siete años de trabajar sin nada a cambio. "La alternativa era hacerse bandolero. Era una lucha armada y violenta, que se dio a conocer como la Cuarta Filosofía, y entonces la idea de la llegada del reino de Dios ya estaba muy presente. Se esperaba un milagro , un cambio. Jesús de Nazaret era más pacífico. Él fue creando embriones de este nuevo Reino de Dios. Eran comunidades igualitarias y no se excluía a nadie", añade el historiador. Quienes apoyaban a Jesús de Nazaret eran sobre todo personas procedentes de las clases sociales más bajas: jornaleros, esclavos, personas estigmatizadas por el oficio... Al principio había más mujeres que hombres. En parte, porque eran las más perjudicadas. Los hombres podían tener varias mujeres y podían rechazarlas. Si eran repudiadas, no podían ganarse la vida con ningún oficio y muchas veces terminaban viviendo en la calle.
Todo este movimiento social, que quería dar la vuelta a valores y derrocar el poder, fracasó y, sorprendentemente, resurgió más allá de las fronteras de la provincia de Judea. Cogió bastante la idea de que en un futuro próximo se instauraría definitivamente el reino de Dios en la Tierra. "Era esperanzador. En este nuevo reino, participarían por igual pobres y estigmatizados. Era un movimiento abierto e inclusivo que cuestionaba frontalmente el sistema social dominante. En el Imperio Romano tuvieron bastante éxito nuevas comunidades asamblearias de pobres y libertos y, sobre todo , mujeres. Acogían a los niños que eran rechazados", asegura Pascual. Cuando la promesa de que el reino de Dios llegaría a la Tierra ya fue más difícil de creer porque no acababa de llegar, se cambió: el reino de Dios sólo llegaría después de la muerte, en el cielo.