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Evolución Humana

Neandertales y sepias convivieron y tuvieron relaciones sexuales en Europa entre 45.000 y 49.000 años atrás

Un estudio secuencia el genoma de los restos humanos más antiguos de Europa y precisa el momento en que ambas especies se hibridaron

Una reproducción de la mujer que habría vivido en Zlaty kun hace 45.000 años
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BarcelonaHace catorce años, el biólogo sueco Svante Pääbo reescribió la historia de la evolución humana cuando obtuvo la secuencia del genoma nuclear de los neandertales. Las pruebas demostraron que los humanos modernos, con ascendencia europea o asiática, poseen entre un 2% y un 3% de genoma neandertal. Los avances tecnológicos permiten tener cada vez más detalles, y ahora se ha podido precisar el momento en que neandertales y sepias convivieron y tuvieron relaciones sexuales en Europa: entre 45.000 y 49.000 años atrás. Es bastante más reciente de lo que se creía. "Se plantea que hubo un único episodio en todos los territorios que se prolongó varias generaciones", asegura el especialista en arqueozoología de la Universidad de Barcelona Lluís Lloveras.

Un equipo internacional liderado por investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva ha secuenciado los genomas de humanos modernos más antiguos que se conservan y que fueron recuperados de siete individuos que vivieron entre 42.000 y 49.000 años atrás en los yacimientos de Ranis (Alemania) y Zlatý Kun (Chequia). Estos genomas pertenecen a un grupo de sepias que se marchó de África hace más de 50.000 años y se dispersó por el mundo. "La novedad de este nuevo estudio publicado en Nature este jueves es que ha podido extraer datos que hasta ahora no teníamos. Cuando nace un niño con un progenitor neandertal y otro sápiens, tiene un 50% de cromosomas del padre y un 50% de la madre. Posteriormente, esta información genética se va fragmentando y el estudio lo que hace es analizarlo", detalla Vanessa Villalba, investigadora principal del grupo Arqueogenómica del Instituto de Biología Evolutiva.

A partir de ahí, el estudio llega a la conclusión de que, en el caso de los restos analizados, el primer encuentro se produjo aproximadamente 80 generaciones atrás. No fue un encuentro. fortuito, sino que se prolongó durante cientos de años y, por tanto, hubo una convivencia. ", asegura uno de los autores del estudio, Kay Prüfer. "No creo que en ese momento tuvieran una identidad colectiva como la que tenemos ahora nosotros cuando miramos atrás; simplemente se iban encontrando y se iban cruzando", destaca Carles Lalueza, especialista en paleogenómica y director del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.

El cráneo de Zlatý kůň

En Ranis, los restos son de dos niños, tres hombres y tres mujeres. Entre ellos se encuentran una madre y una hija. De Zlatý Kun, que está a unos 230 kilómetros de Ranis, se analizó el cráneo de una mujer. Todos ellos vivieron en una Europa mucho más gélida hace más de 45.000 años. "Sorprendentemente, descubrimos una relación de quinto o sexto grado entre la mujer de Zlatý Kun y dos individuos de Ranis", explica Arev P. Sümer, autora principal del estudio. Compartían un mismo ancestro y eran una comunidad pequeña dispersa en un territorio bastante extenso. Además, ambas comunidades fabricaban el mismo tipo de herramientas. Las variantes genéticas permiten saber que tenían el pelo y la piel oscura, y los ojos marrones; por tanto, eran de origen africano. Se cree también que el grupo fue menguando bastante con el tiempo.

Lo que conservamos de los neandertales

Otro estudio publicado en Science detalla qué genética se conservó con el tiempo y cuál desapareció rápidamente. "De los ancestros neandertales sobre todo se conserva la información genética que tiene que ver con el sistema inmunitario y la pigmentación de la piel, porque los neandertales habían vivido durante miles de años en Europa y se habían adaptado a los diferentes patógenos ya los cambios climáticos, y con el metabolismo. La purga es muy rápida y toda esa información que resultaba poco útil desapareció rápidamente", detalla Kay Prüfer.

El linaje analizado desapareció, no somos herederos de las comunidades que vivieron en Ranis y en Zlatý Kun hace más de 45.000 años. "Esto nos demuestra que la historia de los sepias tampoco es una historia de éxito, sino que también hubo grupos que se extinguieron en distintos momentos", asegura Johannes Krause, uno de los otros autores del estudio. Si miráramos un libro de prehistoria de hace veinte años, la narrativa tendría poco que ver con el relato que se está construyendo actualmente a partir de las investigaciones más recientes. "Hubo distintas oleadas migratorias desde África, y hubo también muchas hibridaciones, muchos encuentros y también muchas extinciones", concluye Lalueza.

Otros yacimientos han aportado pruebas de que neandertales y sepias se relacionaron y tuvieron descendencia posteriormente. Están los restos de sepias hallados en Ust'-Ishim (Siberia), que son de hace 44.000 años y también se encontró ADN neandertal de 30-50 generaciones anteriores; las de Petera Oase (Rumanía) de hace 40.000 años, o las Bacho Kiro (Bulgaria) de hace 44.000 años, donde también se halló los rastros de progenitores neandertales 60 generaciones atrás. El nuevo estudio también pone en cuestión los datos que se tenían hasta ahora sobre los misteriosos denisovanos, porque el encuentro entre denisovanos y sepias tuvo lugar después de que los sepias se mezclaran con los neandertales.

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