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Delafé y las Flores Azules: "El amor te empuja a vivir, porque hay mil razones para suicidarse hoy mismo"

Grupo musical. Publica el disco 'Amor'

Oscar de Aniello y Helena Miquel, miembros del grupo Delafé y Las flores azules
02/04/2025
4 min
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BarcelonaOscar D'Aniello (Barcelona, ​​1977) y Helena Miquel (Barcelona, ​​1972) vuelven a ser Delafé y las Flores Azules por última vez. Después del disco De ti sin mí/De mí sin ti (2013) siguieron caminos separados hasta que se reencontraron en los escenarios en el 2022. Y ahora se despiden con Amor (2025), una carta de devoción y aprecio a los hijos, el arte y la vida. Junto con Ramir Kulyela, Dani Vega, Chris Carmichael y el propio hijo de D'Aniello —autor de la portada del disco—, el grupo emprende un viaje sonoro que fluye entre el pop, el lirismo y elspoken word, y que culmina en un álbum de una sola canción de 31 minutos de duración. La gira de Delafé y las Flores Azules pasará el 4 de abril por el Festival Strenes de Girona y la Sala Apolo de Barcelona el 24 de mayo.

Amor nace durante el confinamiento ya raíz del nacimiento del primer hijo de Oscar. ¿Fue éste el motor creativo?

Oscar de Aniello: El nacimiento de Luca me generó muchos sentimientos nuevos que desconocía y con la pandemia me di cuenta de que la vida era frágil. Amor no habría existido sin estos dos factores. Fue una época extraña, oscura y luminosa a la vez, que dudo de que volvamos a vivir nunca más.

Dices que ese disco es tu legado.

OA: Sí. Tomar conciencia de la fragilidad de todo esto me dio la idea de hacer un testamento musical. Un legado para Luca de las cosas que considero importantes en la vida y de mi biografía con Helena y el grupo. Hay padres que hacen un álbum de fotos y yo he decidido hacer una canción.

De hecho, Luca también participa, con la voz y el sonido de su corazón.

OA: Me di cuenta de que mi hijo siempre seguía un ciclo emocional y me hizo gracia musicalizarlo: empezaba sereno, después se ponía contento hasta llegar a la euforia y cuando aparecía el cortisol venía el llanto. También quería inmortalizar la primera ecografía del corazón, porque fue un momento muy mágico.

Ha hecho un álbum que consta de una sola canción de 31 minutos. ¿Por qué?

OA: En un principio era una canción que quería hacer para entrenar y que debía durar todo el trayecto de subir en bicicleta al Tibidabo. Después con Ramir sí que propusimos traspasar la barrera de los diez minutos como reto.

Helena Miquel: Sabemos que va en contra de la forma de hacer y escuchar música de ahora, pero no teníamos ninguna presión discográfica ni vivimos de la música; por tanto, nos lo podíamos permitir.

¿Y cómo fue reencontrarte para hacer un disco después de tanto tiempo?

HM: Yo dejé el grupo en el 2015, y en el 2018 paré por completo porque había sido madre de gemelas. Después de dos años, me vino una gran necesidad de volver a subir a los escenarios y llamé al Oscar. Así en 2020 empezó a gestarse la canción.

OA: Reencontrarnos siendo padres ha sido bonito y una buena forma de terminar la carrera discográfica del grupo.

Del pop juguetón y ecléctico del disco De ti sin mí/De mí sin ti habéis pasado a un pop más experimental, pero también más desnudo y profundo en Amor. ¿De qué referentes ha bebido?

OA: Estilísticamente, es bastante rico porque hay algo de todo. Conscientemente, hay influencias de The Beatles, Rolling Stones, Primal Scream, Flaming Lips, Fred Again, Blaze, Lou Reed, Yo La Tengo y otros. Al final ha quedado bastante bien empastado, pese a juntar géneros muy complicados.

La atmósfera musical onírica y épica del disco me ha recordado la música de Alexandre Desplat para la banda sonora de la película El árbol de la vida, de Terrence Malick.

OA: Gracias por la comparación, porque ese director me encanta. La canción habla de los ciclos de la vida, la muerte y el viaje. Es pura espiritualidad. Mucho Terrence Malick, sí. El disco nos cogió en una época muy introspectiva, aunque ahora sería imposible hacerlo así porque estamos en la fase de estar todo el día dando gritos a los niños.

En el último tramo de la canción, Oscar hace un repaso de los momentos más duros de su vida. Entre otros, la muerte del padre o la etapa en la que sufrió depresión. ¿Cómo te marcaron?

OA: Fue una época muy oscura porque estaba solo y el personaje de Delafé me superó; no sabía quién era y vivía para hacer bolos y después encerrarme en una cueva. Supongo que esto es estar deprimido y perdido en la vida. Después de tres años duros me fui saliendo, poco a poco. El amor te empuja a vivir, porque hay mil razones para suicidarse hoy mismo.

Ahora que se despide del grupo y mirando atrás, ¿qué piensa que ha sido lo más difícil de su profesión?

OA: La traición. Porque nos han engañado varias veces.

HM: Se supone que puedes confiar en la gente que está a tu lado trabajando, y cuando descubres que no es así es muy decepcionante.

¿Y lo más gratificante?

HM: El hecho de haber vivido de la música durante casi diez años es maravilloso, un hito muy difícil de conseguir para un músico en ese país.

OA: Lo bonito de la música es ser la banda sonora de la vida de la gente, y eso no tiene precio. No nos hemos hecho millonarios con lo de la música, pero recibimos mucho cariño de la gente y formamos parte de sus vidas. Para nosotros esto da sentido a la profesión.

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