Justicia recorrerá ante el TSJC la suspensión de las obras para retirar el monumento franquista de Tortosa
El proceso judicial podría atrasar la retirada de la pirámide hasta verano de 2022
El monumento franquista del Ebro, que se tenía que retirar el 18 de julio, podría quedarse un año más en Tortosa. Las medidas cautelares del enjuiciado contencioso administrativo número 2 de Tarragona afectan, por ahora, la licencia de obras que otorgó el Ayuntamiento de Tortosa al departamento de Justicia y supondrá la paralización total del proceso de retirada hasta que no se resuelvan los dos recursos contenciosos presentados por el Colectivo por la Reinterpretación del Monumento a la Batalla del Ebro (Corembe). Una decisión que la conselleria de Justicia ha recorrido ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya para evitar más retrasos. El departamento de Justicia no quiere alargar el proceso porque las tareas para retirar el monumento se tienen que hacer ahora, en verano, cuando el caudal es bajo: "Si la juez retrasa la decisión sobre la retirada del monumento franquista, podría obligarnos a retrasarla un año. Ahora es el momento de hacerlo, con el caudal del río bajo", ha asegurado la consellera Lourdes Ciuró.
De momento los que defienden mantener el monumento y los que quieren que desaparezca del paisaje han convocado manifestaciones. Corembe ha organizado una manifestación el 15 de julio para defender el monumento y el referéndum de 2016, en que los tortosinos votaron mantenerlo. La plataforma para la retirada del monumento ha convocado a la ciudadanía el mismo 18 de julio a un "evento reivindicativo, antifascista y artístico".
Retirar la pirámide de hierro forjado de 45 metros agujereada por orificios de metralla que se van transformando progresivamente en cirios y cruces que se construyó en 1966 para conmemorar el 25 aniversario de la victoria franquista en la Batalla del Ebro está siendo un proceso muy largo. La intención es retirar el monumento del río Ebro, a su paso por Tortosa, para poderlo conservar de manera íntegra y transportarlo y almacenarlo con facilidad. La grúa que tendría que retirarlo, con un brazo que puede levantar hasta 6,7 toneladas de peso, tiene que bajar por una rampa hasta el cauce del río porque sus dimensiones hacen imposible hacer la operación desde las calles adyacentes. Por eso se tiene que hacer en verano, cuando el Ebro es menos caudaloso.