Los debates emocionales de una mujer de los años 30
'Teresa o la vida amorosa de una mujer', de Carme Montoriol, comienza cuando la protagonista recibe una carta anónima perturbadora sobre su marido
- Carme Montoriol
- Adesiara
- 336 páginas / 20 euros
Teresa o la vida amorosa de una mujer, publicada en 1932 en Llibreria Catalònia –el mismo año que aparece ¿Soy una mujer honrada? de Mercè Rodoreda, donde uno de los tres narradores también se llama Teresa–, fue la única novela escrita por Carme Montoriol i Puig (1892-1966), una autora polifacética que en su tiempo tuvo un amplio reconocimiento pero que, hasta fecha muy reciente, ha sido casi olvidada por la historiografía más canónica. en la novela, y ahora Adesiara aporta otra con una luminosa y extensa introducción de Neus Real y cubierta de Francesc Vayreda. Fue una artista completa avanzada en la época, pianista y dramaturga de éxito, primera traductora de los Sonetos de Shakespeare en 1928, comprometida con la causa de la República y activista con la lucha feminista de los años 30 del siglo XX.
Teresa, una mujer joven, culta y sensible que lleva una vida tranquila junto a su marido, Lluís, recibe un anónimo perturbador procedente de Figueres que duda si leer o no, pero finalmente lo hace. En el papel le anuncian que el marido se entiende con otra mujer a la que todo el mundo conoce como Mulata (una prostituta llamada Lola), y que, además, tiene una hija: Montoriol, como afirma Neus Real en la introducción, diseña "dos modelos femeninos antitéticos de mujer joven, bien diferenciados a partir de lo que la funda". La nota es "una hoja de papel rosa, de letra apretada y pequeña que no conocía. La letra era de mujer". Este descalabro inesperado, en unos años todavía dominados por férreas convenciones sociales, obliga a Teresa a tomar una decisión y plantearse una nueva existencia con la ayuda del personaje de Marcela, el tercer personaje femenino imprescindible de la novela y que simboliza a la chica moderna e independiente.
Siguen las tensiones sentimentales que vive la protagonista, atrapada por las convenciones sociales de una época que limitaba las libertades de la mujer y sometida a las rígidas normas de una sociedad patriarcal. Teresa lucha por encontrar su espacio de felicidad mientras se debate entre la obediencia a unas normas ya una educación recibida y la necesidad de adquirir una independencia profesional y emocional en este entorno patriarcal: "Tenía una extraña sensación de ahogo". Cuando Teresa realiza el cambio, la prosa de Montoriol se acelera, pese a la presencia constante del sistema patriarcal (y de la figura del marido) que evita la vida absolutamente autónoma de la protagonista. El epílogo se encarga de remachar estas trabas propias de la época.
Un catalán sencillo, rico y coloquial
Escrita en una prosa viva de lenguaje sencillo, rico y coloquial propio del momento en que el libro fue escrito y que esta edición ha respetado, la autora —con muchas vinculaciones familiares con Figueres y el Alt Empordà— dibuja, a través de 19 capítulos y un epílogo, la grieta que a menudo estrangulaba la moralidad burguesa. sus estadios: desde la abnegación primera consintiendo la relación del marido con Mulata, hasta apasionarse por otro hombre y renunciar a la maternidad de la hija del adúltero ya muerto. Continuamente se remarca su ansiedad, incluso mientras pasea por Barcelona: de tanto como los tenía abiertos, y se oía las orejas llenas y zumceantes".
Como escribió Domènec Guansé en el diarioLa Publicidad, el personaje de Teresa se encuentra "entre las mejores figuras femeninas que hasta la fecha ha creado nuestra literatura de imaginación". Al nivel de la Colometa de la Rodoreda, para que nos entendamos. En Teresa o la vida amorosa de una mujer hay muchos elementos de la modernidad, como la ambientación urbana en Barcelona, París, Figueres o Roses, el sexo, una visión de la mujer burguesa y la siempre presente impronta freudiana en todo ello, unos planteamientos que también atraviesan la obra teatral de Montoriol. La novela de Carme Montoriol aborda temas como la identidad y la construcción del yo. Teresa se encuentra en un proceso de descubrimiento personal, donde intenta definirse más allá de los roles tradicionales de mujer y madre, lo que genera una tensión emocional que se refleja en su manera de relacionarse con los demás. Su búsqueda de sentido y autenticidad le lleva a cuestionarlo todo constantemente, lo que le genera angustia o confusión, pero también crecimiento personal.
Otro aspecto psicológico relevante es la forma en que la novela retrata sus relaciones amorosas, que son complejas ya menudo marcadas por la inseguridad y la búsqueda de validación. Estas relaciones reflejan su necesidad de amor y aceptación, pero también su miedo a la vulnerabilidad y al rechazo. La vida amorosa de Teresa se convierte en un espacio de conflicto interno, donde los deseos y los miedos se confrontan y solapan. Teresa o la vida amorosa de una mujeres una obra que ofrece un profundo análisis de la psicología femenina, con un personaje que lucha por encontrar su lugar en el mundo y, en particular, en el territorio pantanoso de lo que llamamos amor. Y llegará a la conclusión de que el amor sólo lo encontrará si se rodea de criaturas y se ampara "con su inocencia".