Obituario

Muere Onliyú, referente del cómic underground barcelonés

Fue redactor jefe de la revista 'El Víbora' en su etapa imperial

Onliyú en el Salón del Cómic de Barcelona en 2019.
ARA
14/11/2024
2 min

BarcelonaEl guionista de cómic José Miguel González Marcén (Madrid, 1952), conocido en el mundo del cómic como Onliyú, ha fallecido este martes. Fue uno de los grandes exponentes del underground barcelonés, con autores como Nazario, Mariscal, Montesol, Ceesepe, Pepichek o Max, entre otros, con los que empezó a colaborar a finales de los años 70, en publicaciones como Nasti de plasti y Los tebeos del Rollo, heredero espiritual del mítico fancín El Rrollo enmascarado.

Onliyú fue el guionista de referencia de aquella generación, sobre todo durante sus años en El Víbora. Entró en la redacción de la revista en el año de su fundación, a finales de 1979, y durante los años 80 fue redactor jefe. Fue la época imperial de la revista, en la que se tomaron una libertad radical: "Nunca se censuró nada en El Víbora –recordaba en una reciente entrevista–. Nos daba rabia lo que estaba pasando y tuvimos los cojones de contarlo". Escribió los guiones de algunas de las series: La edad contemporánea, de Martí; Las vidas imaginarias de Schwob, de Laura Pérez Vernetti; Un día, Nasrudín…, de Carratalá, y el álbum Venganza, de Juan Moreno. Con algunos de los autores siguió colaborando a lo largo de los años en revistas como Nosotros somos los muertos. Durante la pandemia participó en la edición del aniversario deEl Víbora para supervivientes y en la revista Lardín.

Fuera del cómic, con su nombre real, publicó la recopilación de relatos Me parece que nos atacan (1979) y colaboró ​​en la dramaturgia de Penultimátum, de Tossal Teatre, grupo procedente de Els Joglars. La experiencia quedaría recogida en el diario de trabajo Así hicimos Penultimátum (1981). Y en 2005 publicó en Glenat su autobiografía: Onliyú. Memorias del underground barcelonés. "Se produjo una explosión de creatividad y libertad... Nadie sabía muy bien lo que iba a ocurrir –explicaba hace unos meses en Tiempo de Canarias–. Un día salían a la calle los gays, el otro salían las feministas... Era todo muy rápido y muy divertido, y nos pilló muy jovencitos".

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