Literatura

Paloma Sánchez-Garnica gana el premio Planeta con una historia de espías románticos

La periodista Beatriz Serrano queda finalista amb 'Fuego en la garganta', sobre una chica que descubre que tiene poderes sobrenaturales

La escritora Paloma Sánchez-Garnica con el premio Planeta 2024.
16/10/2024
6 min

BarcelonaEl jurado del 73 premio Planeta se ha decantado este año por recompensar a dos autoras madrileñas de trayectorias e intereses literarios muy diversos. La ganadora, Paloma Sánchez-Garnica, que ha recibido el galardón por Victoria en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) por parte de los reyes de España, es una de las autoras de novela histórica más rentables del panorama actual, junto a Luz Gabás, Eva García Sáenz de Urturi y Santiago Posteguillo, que también han recibido, en anteriores ocasiones, el premio literario mejor dotado del mundo, con un millón de euros para el ganador (el Nobel, que premia a una trayectoria entera, tiene una dotación de 950.000 euros). "Persistir vale la pena, yo soy un claro ejemplo", ha dicho la ganadora, aun sin aliento, por delante de los más de mil invitados en la gala.

Si Sánchez-Garnica tiene 62 años y casi una decena de novelas publicadas en la que invita a los lectores a viajar a episodios de la historia reciente y en la que, en paralelo a la narración de grandes acontecimientos, hay sitio para pasiones a menudo turbulentas e ilícitas, la finalista, que recibirá 200.000 euros, es la periodista Beatriz Serrano, de 35 años. Serrano se estrenó como narradora hace apenas un año con El descontento (Temas de Hoy, 2023), novela con un recorrido de ventas y crítica remarcable que diseccionaba el malestar de una trabajadora de una agencia de publicidad enganchada a los ansiolíticos y en los vídeos absurdos de YouTube, y ahora tratará de repetir el éxito con Fuego en la garganta.

"El amor nos dignifica", dice la ganadora

Ambas ganadoras son de Madrid, aunque la ciudad no sea protagonista de al menos una de las historias. Victoria, de Sánchez-Garnica, fue una de las 1.070 novelas presentadas al premio Planeta, y lo hizo con el título provisional de Buenas noches y buena suerte y con un seudónimo desorientador: Anna Akhmatova (la obra de la gran poeta rusa y la novelista madrileña tienen pocas cosas en común). La nueva historia de la autora de Mi recuerdo es más fuerte que tú olvido (2016) y Últimos días en Berlín (2021) –que fue finalista en el Planeta hace tres años– arranca en la capital alemana poco después del final de la Segunda Guerra Mundial. Desde esa ciudad aún devastada, la protagonista se verá obligada a marcharse a Estados Unidos, donde hará de espía de los rusos durante una temporada. "El derecho a la información veraz y contrastada se encuentra en el centro de esta historia", ha asegurado Sánchez-Garnica.

Al igual que ocurre en otras novelas de la autora, el espía acabará teniendo una aventura sentimental que le marcará la vida –"el amor nos dignifica", ha afirmado–, al tiempo que asistirá a la creciente discriminación racial ya las acciones de la xenófoba y temible sociedad secreta conocida como Ku Klux Klan. Cuando vuelva a Berlín, la protagonista de Victoria se convertirá en una locutora de radio muy conocida y, además de reencontrarse con su familia, vivirá en directo la construcción del muro que dividió la ciudad durante casi tres décadas, desde 1961 hasta 1989. Sánchez-Garnica ha querido dedicarle el premio a su marido: "A tu lado me he convertido en una mujer imparable".

A primera vista, la historia que ha querido contar Beatriz Serrano suena menos transitada que la de la ganadora. Fuego en la garganta es una novela iniciática con toques de fantasía en la que una adolescente se rebela contra el abandono que sufrió durante la infancia. Años después de que su madre fuera condenada por el hecho de sentirse diferente, la chica descubrirá gracias a un chat de internet que tiene poderes sobrenaturales, y a través de la comunidad de internautas que le apoyan conseguirá sobreponerse a la herida que arrastra desde pequeña.

"Que me hayan dado este premio parece un error de Matrix –ha admitido la autora–. Mi protagonista tiene la capacidad de hacer milagros, aunque lo primero sea matar a una compañera de escuela que se ha reído de ella". La Blanca de la novela se convierte en una chica gótica, "obsesionada con personajes como Charles Manson y grupos como Joy Division". "Es una chica solitaria que intenta conectar con los demás. Intenta sobrevivir, como todos nosotros", ha concluido Serrano.

Los reyes Felipe VI i Letizia; el presidents de la Generalitat, Salvador Illa, y el president del Grupo Planeta, José Creuheras, arribant al MNAC per al sopar del premi Planeta 2024.

Una velada sin tensiones políticas

Durante la velada de concesión del premio Planeta suelen coincidir en la Sala Oval del MNAC altos cargos políticos que en anteriores ocasiones han evidenciado las tensiones del momento. Tras las últimas elecciones, que acabaron con victoria socialista tanto en el Parlament de Catalunya como el Ayuntamiento de Barcelona y el Congreso de los Diputados, la mayoría de autoridades se saludaban con la sintonía de formar parte del mismo partido. Salvador Illa, presidente de la Generalitat, llegaba sonriendo poco después de Jaume Collboni, alcalde de Barcelona. Había también dos consejeras, Sònia Hernández, de Cultura, y Esther Niubó, de Educación; y tres ministros del gobierno de Pedro Sánchez: Óscar Puente, de Transporte y Movilidad Sostenible; Ernest Urtasun, de Cultura, y Jordi Hereu, de Industria y Turismo (y exalcalde de Barcelona). También estaban los reyes españoles Felipe VI y Letizia, a los que el presidente del Grupo Planeta, José Creuheras, ha dirigido un "deseo" cortesano: "Que caminemos juntos cogidos de la mano con el espíritu de sus Majestades para hacer un mundo mejor".

Los protocolos de seguridad debidos a la asistencia de los reyes, que han sido recibidos con un aplauso sostenido, han complicado el acceso al MNAC, aunque la cena ha comenzado puntual, a las nueve, con la asistencia de numerosos autores, entre ellos Víctor Amela, Carme Riera, Santi Balmes, Espido Freire y Manuel Loureiro. Si durante la rueda de prensa de presentación de los finalistas se recordó a dos miembros del jurado fallecido durante el último año, Rosa Regàs y Fernando Delgado, este martes mismo trascendía la noticia de la muerte del autor chileno Antonio Skármeta, que había ganado el Planeta en 2003 con El baile de la victoria. Dos décadas más tarde, Paloma Sánchez-Garnica ofrecía una versión sintética de ese mismo título, Victoria.

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Una velada sin tensiones políticas Durante la velada de concesión del premio Planeta suelen coincidir en la propia Sala Oval del MNAC altos cargos políticos que en anteriores ocasiones han evidenciado las tensiones del momento. Tras las últimas elecciones, que acabaron con victoria socialista tanto en el Parlament de Catalunya como el Ayuntamiento de Barcelona y el Congreso de los Diputados, la mayoría de autoridades se saludaban con la sintonía de formar parte del mismo partido. Salvador Illa, presidente de la Generalitat, llegaba sonriendo poco después de Jaume Collboni, alcalde de Barcelona. Había también dos consejeras, Sonia Hernández, de Cultura, y Esther Niubó, de Educación; y tres ministros del gobierno de Pedro Sánchez: Óscar Puente, de Transporte y Movilidad Sostenible; Ernest Urtasun, de Cultura, y Jordi Hereu, de Industria y Turismo (y ex alcalde de Barcelona). También estaban los reyes españoles Felipe VI y Letizia, a los que el presidente del Grupo Planeta, José Creuheras, ha dirigido un "deseo" cortesano: "Que caminemos juntos cogidos de la mano con el espíritu de sus Majestades para hacer un mundo mejor ". Los protocolos de seguridad debidos a la asistencia de los reyes, que han sido recibidos con un aplauso sostenido, han complicado el acceso al MNAC, aunque la cena ha comenzado puntual, a las nueve, con la asistencia de numerosos autores, entre ellos Víctor Amela, Carme Riera, Santi Balmes, Espido Freire y Manuel Loureiro. Si durante la rueda de prensa de presentación de los finalistas se recordó a dos miembros del jurado fallecido durante el último año, Rosa Regàs y Fernando Delgado, este martes mismo trascendía la noticia de la muerte del autor chileno Antonio Skármeta, que había ganado el Planeta en 2003 con El baile de la victoria. Dos décadas más tarde, Paloma Sánchez-Garnica ofrecía una versión sintética de ese mismo título, Victoria.

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Una velada sin tensiones políticas Durante la velada de concesión del premio Planeta suelen coincidir en la propia Sala Oval del MNAC altos cargos políticos que en anteriores ocasiones han evidenciado las tensiones del momento. Tras las últimas elecciones, que acabaron con victoria socialista tanto en el Parlament de Catalunya como el Ayuntamiento de Barcelona y el Congreso de los Diputados, la mayoría de autoridades se saludaban con la sintonía de formar parte del mismo partido. Salvador Illa, presidente de la Generalitat, llegaba sonriendo poco después de Jaume Collboni, alcalde de Barcelona. Había también dos consejeras, Sonia Hernández, de Cultura, y Esther Niubó, de Educación; y tres ministros del gobierno de Pedro Sánchez: Óscar Puente, de Transporte y Movilidad Sostenible; Ernest Urtasun, de Cultura, y Jordi Hereu, de Industria y Turismo (y ex alcalde de Barcelona). También estaban los reyes españoles Felipe VI y Letizia, a los que el presidente del Grupo Planeta, José Creuheras, ha dirigido un "deseo" cortesano: "Que caminemos juntos cogidos de la mano con el espíritu de sus Majestades para hacer un mundo mejor ". Los protocolos de seguridad debidos a la asistencia de los reyes, que han sido recibidos con un aplauso sostenido, han complicado el acceso al MNAC, aunque la cena ha comenzado puntual, a las nueve, con la asistencia de numerosos autores, entre ellos Víctor Amela, Carme Riera, Santi Balmes, Espido Freire y Manuel Loureiro. Si durante la rueda de prensa de presentación de los finalistas se recordó a dos miembros del jurado fallecido durante el último año, Rosa Regàs y Fernando Delgado, este martes mismo trascendía la noticia de la muerte del autor chileno Antonio Skármeta, que había ganado el Planeta en 2003 con El baile de la victoria. Dos décadas más tarde, Paloma Sánchez-Garnica ofrecía una versión sintética de ese mismo título, Victoria.

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