Sale a la luz el primer ensayo político de Pedrolo: "Hay una Catalunya que estorba"
Comanegra publica 'Cartes de Catalunya', que fue tumbado tres veces por la censura franquista, dentro de una antología con artículos inéditos
BarcelonaHasta tres veces Manuel de Pedrolo (l'Aranyó, 1918 – Barcelona, 1990) intentó hacer pasar por la censura su primer y único ensayo político, titulado Cartas de Cataluña. Las tres veces, los censores le tumbaron. El escritor mostraba, en palabras de los jueces, un "carácter definitivamente separatista" y presentaba un texto que consideraron "propaganda política con especial violencia". Era el verano de 1966, un momento en el que la dictadura franquista vivía cierta apertura, pero ni así la maquinaria del Estado cedió a las demandas de Pedrolo. Cartas de Cataluña quedó olvidado en un cajón hasta que, seis décadas después, la editorial Comanegra le ha desenterrado del archivo del escritor. El ensayo ve ahora la luz dentro de una antología titulada Prosa de combate, que forma parte de la colección Autorías y que incluye, además, una cuarentena de artículos de Pedrolo publicados entre 1964 y 1988, algunos de los cuales también son inéditos.
Qué tiene Cartas de Cataluña ¿que hiciera fruncer la nariz a los censores de Franco? "El libro nace ante un franquismo que había dado alguna muestra de relajación hacia la cuestión catalana", explica el director editorial de Comanegra, Jordi Puig. Era la época en la que entraron en funcionamiento editoriales catalanas como Edicions 62, y que grandes nombres de las letras catalanas como Mercè Rodoreda, Joan Sales y Aurora Bertrana ya habían regresado del exilio. Ante ese panorama, Pedrolo repasa el conflicto entre Catalunya y España y pone agua al vino a la esperanza. "Hay una Catalunya que molesta, no nos asuste de decirlo; que la ha hecho durante siglos, y por eso se la ha halagado o se la ha amenazado, según las circunstancias –escribe Pedrolo–. Los halagos han podido conquistar unas cuantas voluntades [...]; las amenazas han llevado a un repliegue endurecido, sabemos que lo necesario es otra cosa, que hay un tercer camino: el de la justicia".
La mirada del escritor sobre la situación de Catalunya no fue sólo flor de ese verano. Durante décadas, Pedrolo se afianzó en un catalanismo tenaz y combativo, que se tradujo en cientos de artículos a cabeceras como elHoy, Canigó y Sierra de Oro. En uno de ellos, también inédito y tumbado por la censura, el autor del Mecanoscrito del segundo origen (1974) rebatía la idea de los otros catalanes forjada por Paco Candel dos años después de la aparición del libro. "Pedrolo hace una enmienda a la totalidad a la lectura que imperaba, a esa idea de que había una sociedad que debía considerarse catalana igualmente, independientemente de su proceso de integración", señala Puig.
La lengua, el gran caballo de batalla
"Él defendía que Catalunya es una sociedad abierta y que no hay límite al ser considerado catalán siempre que establezcamos unos mínimos comunes denominadores en lo que se refiere a la lengua ya la integración cultural", afirma el editor. De hecho, Pedrolo hizo del catalán uno de sus grandes caballos de batalla. En 1980, el escritor publicó una crítica contundente contra el entonces decano de la facultad de ciencias de la información en la Universidad Autónoma de Barcelona, Nazario González, por no querer hablar en catalán en público. "Una nación lo es del todo o no lo es en modo alguno, y, si lo es, tiene unos derechos que no puede poner en peligro ni consentir que sean amenazados por quienes, en su tierra, tenían y siguen teniendo la comunidad sobrevenida, la cual ahora no se encuentra en su territorio, aunque no necesite presentar el pasaporte a ninguna aduana, y debe respetar las leyes, escribía. "Desde su punto de vista, si alguien vive en Catalunya pero no tiene ningún contacto con la lengua, de ninguna manera puede ser considerado catalán", dice Puig.
Uno de los objetivos de esta nueva antología es volver a poner en circulación el pensamiento político de Pedrolo, ya que los volúmenes recogidos en los artículos están descatalogados. La doctorada en literatura catalana y profesora de la Universidad de las Islas Baleares, Júlia Ojeda, se ha encargado de realizar la selección y el prólogo. "Hemos elegido aquellos artículos que están absolutamente conectados con los debates contemporáneos del país. Pedrolo tenía tres ejes fundamentales: la lengua, la demografía y el discurso de país", señala Ojeda, quien también le reivindica como un referente en poscolonialismo. "Si fuéramos una universidad americana, ya la habríamos incorporado como tal", añade.
Un pensador arrinconado
Pedrolo escribió Cartas de Cataluña en uno de sus mejores momentos profesionales. Acababa de publicar Juego sucio (1965), que se convirtió en uno de sus libros más leídos, y ya se había consolidado como uno de los más conocidos autores del país. "Era alguien profundamente popular, con muchos lectores que no solo le leían, sino que también le escribían cartas. Él les respondía a todos", destaca la historiadora Teresa Ibars, que desde enero pasado tiene la tarea de ordenar y categorizar el archivo del escritor, situado en el Espai Pedrolo del Castell de Concabella. Sin embargo, la fama de Pedrolo no se correspondió con el reconocimiento institucional ni con el de la élite intelectual de la época. "Hubo todo un interés político por esconderlo. Era un personaje que tiraba por el derecho con el tema de la independencia y que se decepcionó profundamente con las políticas de los primeros años de la democracia", señala Ibars, que firma el epílogo de Prosa de combate.
Este destierro fue empujando al escritor hacia artículos de opinión cada vez más amargos. "En 25 años no bajó del burro y precisamente ésta es una de las críticas que se le hacen: se le dice que está enrocado, que el país está cambiando –apunta Puig–. Leído con los ojos de hoy, todo duele, porque sus artículos tienen muchos elementos premonitorios. Eran una alerta, pero no le hicieron caso". En este sentido, Ojeda recuerda que sus adversarios "le criticaban porque siempre hacía el mismo artículo, pero es que era verdad: siempre escribía sobre lengua, los Països Catalans y la mirada política en relación a España". Ojeda explica que Pedrolo fue arrinconado "porque el pujolismo no podía absorber su discurso", por lo que ahora la prologuista hace un llamamiento a rescatarle: "Más allá de tenerle en el Olimpo de los autores más populares de todos los tiempos, era un ensayista político que necesitamos para mantener la conversación pública actual." Siempre pensaba y escribía.