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Sergi Pàmies recupera sus novelas, menos la que escribió para ligar

Sergi Pàmies, este febrero en Barcelona
02/03/2025
2 min
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Barcelona"Ah, ¿pero tú has escrito novelas?" Esta pregunta es, probablemente, uno de los principales motivos que han llevado el escritor Sergi Pàmies a publicar Tres novelas analógicas (Cuadernos Crema), que recoge en un solo volumen La primera piedra, de 1990; El instinto, de 1992, y Sentimental, de 1995. En la presentación, el pasado martes, en la Biblioteca Jaume Fuster, el autor exclamaba con humor: "¡He hecho un libro grueso, finalmente!"

Pamies estaba contento, y fue muy generoso en sus intervenciones. Antes de su nueva publicación recuperó las tres novelas pero no quiso releerlas de forma rigurosa, sino casi robótica, porque no quería tener implicación emocional. No pudo evitarlo del todo, porque en un fragmento descubrió una confesión sentimental muy fuerte hacia su padre. Recordaba el origen de esas líneas, una situación real que se produjo a la salida de un after, El Quinto Piso. "Cuando salimos, ya era de día. Tienes que imaginarte una turba humana y masculina, y entonces pasaron mis padres por la acera. Él ya iba con bastón, y me vino una especie de "Qué degradación, los luchadores comunistas que han pasado el exilio y la guerra, y tú que eres un puto," explicó en tono de comedia, pero aquello fue importante: "Llegué a casa y empecé a obsesionarme con escribirlo". de tiempo. Primero, volvieron los artículos y los cuentos, que escribía en "pequeñas rendijas de clandestinidad": "El cuento cabía, pero la novela no. Me centré en el trabajo, en producir y en facturar, que decíamos antes". El tiempo fue pasando, los gemelos llegaron a los 18, Pàmies se separó y se encontró con tiempo libre y ganas de volver a la novela. Nos situamos doce años atrás: "Me visto para salir y digo «Se van a enterar, las novelas!» Con unas presunciones y unas ínfulas tremendas. ¡Imagínate, Imperator a las 22 h de la noche!". Más carcajadas en la sala. Lástima, dice, que la novela que escribió no valía nada. Iba sobre un hombre separado, un día de Navidad. "Era todo victimismo, muy autocomplaciente... ¡Era una novela pensada para ligar! Buscando a aquellas mujeres que quieren protegerte, y pensé: si no se puede hacer, eso. ¡Es ilegal!". Fue una decepción relativa, porque aquel libro fallido le llevó a escribir El arte de llevar gabardina. "En los oficios de cierta creatividad, cada cosa alimenta lo que vendrá. Haber quedado satisfecho con algo, pero saber que no es lo que te habías imaginado, es lo que te permite decir «No sé lo suficiente. Tengo que ser mejor». Es un estímulo para seguir haciendo lo que te gusta".

De esa novela no queda nada: Pàmies la destruyó. Si desea saber por qué se titulaba Nos estamos conociendo busque el vídeo de la conversación (lo colgarán pronto). Mientras tanto, y leídas las otras novelas (que le recomiendo mucho, especialmente La primera piedra), ya espero la próxima novedad del autor. Veremos qué será, porque también explicó que está "en una situación como bisexual": "Miro los cuentos con la misma vocación y pasión, y estoy abierto a la novela, pero no obsesivamente. A veces veo una, de lejos, y digo "Ya habrá la oportunidad"".

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