Luis Alonso: “No puede ser que el principal gasto que una familia hace a lo largo de la vida sea la vivienda”

El arquitecto vuelve a establecerse en la ciudad y advierte que "el espacio público de Barcelona ha perdido fuerza"

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L'arquitecte Luis Alonso

BarcelonaEl arquitecto Luis Alonso (Madrid, 1955) ha pasado el 60% de los últimos nueve años en Chile trabajando en la expansión internacional de su estudio (Alonso | Balaguer, Arquitectes Associats) y ahora ha decidido volver a pasar más tiempo en Barcelona porque echaba de menos, como dice él mismo, “la familia, los amigos, el clima, la gastronomía y el Barça”. Luis Alonso es conocido por obras como el hotel Hesperia Tower, el centro comercial Arenas y el Campus Iberdrola en San Agustín del Guadalix (Madrid). Tiene en curso proyectos en España, Andorra (donde acaba de ganar el concurso del nuevo Estadi Comunal Joan Samarra, con el arquitecto andorrano Pere Cervós), Chile, Estados Unidos y Qatar.

Ahí donde va Alonso reivindica el valor de la arquitectura catalana, pero también lamenta que aquí no se potencia lo suficiente ni localmente ni cómo puede convertirse en un “abrelatas económico”. Del urbanismo táctico que se ha aplicado este año y el año pasado cree que ha sido perjudicial para la calidad de la ciudad: “Barcelona está igual de bien, pero el espacio público ha perdido fuerza. El espacio público es un problema de ética, no de estética”, subraya. “Cada isla del Eixample es una microciudad –añade–, y esto es lo que tenemos que salvar”. También reivindica la tarea que hizo Pasqual Maragall cuando era alcalde de Barcelona: “Fue un gran cohesionador social a través de la arquitectura, el espacio público y el urbanismo”.

Estadi Comunal Joan Samarra del estudio Alonso | Balaguer y el andorrano Pere Cervós
Illa del Cel en Diagonal Mar, de Alonso | Balaguer

El impacto del covid

Luis Alonso pasó el confinamiento en Chile y cree que el covid sí que dejará huella en el mundo de la arquitectura. La pandemia es y será un “acelerador de tendencias”, asegura. En cuanto a los espacios domésticos, hará que la gente reclame viviendas más “flexibles”, como dice el arquitecto, en las que se pueda hacer y deshacer habitaciones fácilmente según las necesidades de cada momento, y que estas viviendas estén en edificios dotados de numerosos servicios como “huertos urbanos, áreas de coworking, hobby rooms y pet spas para poder irte de fin de semana y tener tu mascota bien cuidada”. Todo esto lo está llevando a cabo en un complejo de viviendas en Chile y los pisos de entre 60 y 105 metros cuadrados que están haciendo solo tienen tabiques en los dos servicios y la cocina. El resto son prefabricados y los usuarios los pueden poner y sacar para construir nuevas habitaciones en unos veinte minutos. “No puede ser que el principal gasto que una familia hace a lo largo de la vida sea la vivienda”, advierte.  

De los diferentes usos que un edificio puede tener simultáneamente Alonso lo llama “promiscuidad funcional” y es la clave de su visión de la arquitectura sostenible: “La auténtica sostenibilidad es que los edificios estén el máximo número de horas al día y el máximo número de días al año en funcionamiento”, asegura. Para conseguirlo, Alonso tiene el lema que los arquitectos tienen que dar al cliente “liebre por gato”, es decir, proponer más funciones de las que les piden los clientes. Luis Alonso es corredor de maratones y tiene una mirada de fondo de su oficio, así que le gusta volver a visitar sus edificios años después de haberlos acabado: “No hay nada más higiénico”, concluye.

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