Cómic

El mundo del cómic reivindica a dos mujeres pioneras, George Sand y Alice Guy

Dos extensas biografías repasan las vidas y las luchas de la escritora y la cineasta

Kim Consigny, una de las autoras de la biografía de George Sand
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Barcelona"La primera vez que escuché hablar de George Sand fue en la clase de francés en el instituto. La profesora nos dijo que era escritora, pero no nos dijo nada de su obra, solo que había sido la amante de Musset y que llevaba pantalones", dice la francesa Kim Consigny (1991), dibujante de George Sand. Hija del siglo (Garbuix Books), una biografía de la controvertida escritora francesa en viñetas con guion de Séverine Vidal (y traducción al castellano de Montserrat Terrones). "Han tenido que pasar unos cuantos años, pero ahora George Sand forma parte de los programas de literatura y de historia de los institutos", afirma Consigny.

George Sand nació en el seno de una familia aristócrata en 1804 con el nombre de Aurora Dupin. Se convirtió en George Sand en 1832. Fue con este nuevo nombre que firmó novelas, cuentos, relatos, novelas cortas, piezas de teatro y numerosos artículos. Todo sin olvidar una correspondencia de más de 1.200 cartas con los grandes nombres de su tiempo: Musset, Flaubert, Balzac, Chateaubriand, Bakunin... Hizo muchas cosas revolucionarias en un tiempo en el que las mujeres distaban mucho de tener los mismos derechos que los hombres: quiso ganarse la vida escribiendo, se divorció, se puso pantalones para pasear con la misma libertad con la que lo hacían los hombres, fue activista y se involucró en los movimientos sociales de su tiempo. Tuvo una vida amorosa intensa y consiguió una cosa tan increíble como vivir como quería sin renunciar prácticamente a nada: obtuvo la custodia de sus hijos, transmitió su pseudónimo a sus descendentes y escribió una obra prolífica.

Una de las viñetas del cómic de George Sand

No representa, sin embargo, a las mujeres de su tiempo. Ella era de una familia aristócrata y, por lo tanto, con más recursos y libertad. "No dejó que nada la parara y creo que esta es la gran lección que podemos extraer y por eso sigue siendo un modelo –reflexiona Consigny–. Tenemos que intentar hacer lo que queremos aunque sea complicado o que no sea lo que se espera de nosotros", dice Consigny, que dejó la arquitectura para dedicarse al cómic y a la ilustración.

Las dos autoras del cómic dedicado a Geroge Sand se han documentado a fondo y repasan todos los aspectos de su vida, también la parte política a menudo menospreciada. "En su tiempo era muy conocida por su activismo, pero esta faceta suya a menudo no se ha tenido en cuenta después", afirma Consigny. En algunos aspectos de su vida poco claros, las dos autoras han hecho su propia interpretación, como la relación que tuvo con Marie Dorval, que en el cómic es su amante y no tan solo su amiga. Consigny dice que se ha acabado enamorando de la escritora francesa y que le ha costado dejarla ir: "Vidal y yo la llamábamos Juju", explica la joven dibujante, que ahora trabaja en una serie de cómics sobre la historia de Francia. A ella le ha tocado ilustrar el volumen que empieza con la Comuna de París de 1871.

Alice Guy, una cineasta pionera en la sombra

No es la única biografía en cómic que ha llegado últimamente a las librerías. La editorial Ventanas ha publicado Alice Guy, con dibujo de Catel Muller y guion de José-Louis Bocquet (con traducción al catalán de Marta Marfany). Hace tiempo que se publican biografías en formato cómic que llegan a un tipo de público que seguramente no las leería si fueran más canónicas. "Me cuesta imaginar alguien de veinte años leyendo una biografía convencional", dice la editora Montserrat Terrones. La otra diferencia es la mirada, los perfiles de los que escriben biografías canónicas y los que lo hacen en formato cómic. "Los primeros tienen un perfil académico, muchos son profesores universitarios y esto se nota en el texto; en cambio, quienes hacen cómics son narradores, artistas", detalla Terrones. A menudo también hay una diferencia generacional.

Interior del cómic de Alice Guy

"Alice Guy es una pionera de la cual el público en general no sabe nada, se la ha menospreciado y se tuvo que reivindicar ella misma", dice Terrones. Guy filmó la primera película cuando tan solo tenía 23 años, en 1896, un año después de que los hermanos Lumière hicieran la primera proyección con el cinematógrafo. Muller y Bocquet, los autores del cómic, ya han desenterrado a otras grandes mujeres en anteriores obras como Olympe de Gouges, Kiki de Montparnasse y Joséphine Baker. En el caso de Guy, tenían el legado de Francis Lacassin, que desde los años sesenta luchó por el reconocimiento del cómic con el Club des Bandas Dessinées y también por difundir la cinematografía, sobre todo la historia de los pioneros. Lacassin conoció a Guy y le dio todo el material que tenía a Bocquet. A lo largo de 300 páginas, el cómic recorre la vida de esta extraordinaria cineasta, que en 1901 se fue a Estados Unidos, creó su propia empresa y construyó sus estudios desde donde dirigió centenares de películas. Durante un tiempo, incluso, sus películas se atribuían a hombres. Guy, el 5 de enero de 1954, escribió una carta a Louis Gaumont. "Creo que los Lumière con El regador regado son los primeros directores. Yo solo reclamo el título de primera directora".

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