Música y arte

El paisaje sonoro del alma de Yoko Ono, en el Sónar

'Yoko Ono's suite', del grupo Ekho de la UB, incluye elementos que conectan íntimamente con la identidad de la artista japonesa

Magda Polo Pujadas y, al fondo, una imagen de Yoko Ono
Magda Polo Pujadas
15/06/2024
3 min

BarcelonaEl nombre Yoko en japonés significa “hija del océano”. Si creemos que el nombre hace la cosa, en este caso entenderemos por qué Yoko Ono es inexplorable, inabordable e inagotable. Su padre, Isoko Ono, provenía de la familia financiera Yasuda, una de las más ricas de Japón y que tenía gran influencia tanto en el ámbito económico como cultural del país. Su madre, Eisuke Ono, era descendiente de una familia imperial y pianista. Con estas referencias podemos deducir ya que el entorno de Yoko Ono fue el de una familia culta y con un poder adquisitivo alto. Por eso, y no es de extrañar, aprendió música desde muy pequeña: tocaba el piano y cantaba; incluso había cantado algún lied de Schubert. De hecho, toda su vida estuvo rodeada de música y músicos; el primer marido, Toshi Ichiyanagi, era compositor; el segundo, Anthony Cox, músico de jazz y productor cinematográfico; y el tercero y último, John Lennon, uno de los cuatro componentes de los Beatles.

Aunque Ono tenía una formación superior en música, sus intervenciones en grupos musicales como cantante pueden hacernos dudar si no sabemos su biografía; incluso pueden molestarnos. Pero debemos tener presente que ella no quería exhibir sus conocimientos musicales, sino provocar y crear una nueva forma de entender la música. Pero nosotros, el grupo Ekho, en la prenda Yoko Ono's suite que estrenamos en el Sónar, sí hacemos referencia a obras que creemos que pueden afianzar sus conocimientos superiores y las utilizamos como citas, de forma intertextual. Hemos introducido melodías procedentes de dos canciones de Schubert: Ständchen, la súplica de un amante a la amada como si fuera un poema de anhelo, y Wer die Sehnsucht kennt, basada en un poema de Goethe sobre la nostalgia.

La vida de Ono transitó por diferentes países, especialmente por Japón, Estados Unidos y Reino Unido. Y dado que el contexto hace el artista, en la mayoría de los casos, hemos querido trasladar a Yoko Ono's suite distintos paisajes sonoros de las ciudades que han sido las más importantes para ella: Tokio, Londres y Nueva York. Tokio es la cuna, el lugar de nacimiento, una mezcla de sus raíces culturales, sus primeras experiencias de vida, sus influencias artísticas iniciales y un vínculo emocional profundo. La ciudad es tanto un punto de partida como una fuente continua de inspiración y conexión cultural. Londres connota un lugar de encuentro crucial con el arte más emergente de los años sesenta y su primer contacto con John Lennon, un centro de vanguardia artística, una plataforma para el activismo y la paz y una constante fuente de inspiración y creatividad . Y Nueva York representa un hogar creativo y acogedor, un lugar de encuentro y colaboración artística, un centro de activismo y lucha por la paz y una fuente constante de inspiración y reconocimiento artístico.

De Tokio hemos incrustado el ambiente exterior de un templo zen con los sonidos del mokugyo y el wodden hand (los palos), unos instrumentos percutidos de madera utilizados por los monjes budistas durante el ritual de recitación de sutras o mantras; y también el sonido del agua, un elemento recurrente en las pinturas de paisaje, los poemas haikus y los jardines japoneses que simbolizan la serenidad, la belleza natural y el constante flujo de la vida como símbolo de la pureza. De Londres, el característico sonido de la icónica campana del Big Ben del palacio de Westminster como símbolo patriótico, la voz del metro (“mind the gap between the train and the platform”, una frase icónica del tubo de Londres), los sonidos del ambiente de varias calles bulliciosas e, incluso, el del jaleo de un pub inglés y un pequeño riff de guitarra de los Beatles. De Nueva York, el sonido de las sirenas de los coches de policía que definen un sonido distintivo de la autoridad y la urgencia de la seguridad de la ciudad, de la ambulancia, de un músico callejero tocando la batería, el sonido de unos rasgos de pistola y el canto de los pájaros de Central Park, distrito donde Ono tenía su apartamento en el edificio Dakota, donde vivió hasta hace poco. Todos estos paisajes forman parte de Yoko Ono's suite, pero lo más importante es lo que hemos captado a última hora del atardecer, el del alma desnuda de Yoko Ono.

Magda Polo Subidas

Catedrática de la Universidad de Barcelona

https://www.ara.cat/cultura/musica/crit-feminista-yoko-ono-reivindicat-intel-ligencia-artificial-ub-sonar_1_5037898.html

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