Barcelona"Bajo esta tierra mojada hoy descansa la madre, la hija, el marido, el amante... Tantas voces ahogadas que nunca más podrán decir la palabra precisa. El pueblo valenciano seremos tu voz para siempre. Y cantaremos por vosotros y ¡clamaremos justicia! Hoy, mientras los estorninos migran y crecen rabanillos en el bancal, el pueblo se alza empuñando las palas y las escobas de calle", así comienza el manifiesto de la iniciativa Somos Valencia escrito por la artista valenciana Sandra Monfort. Lo ha leído una de sus compañeras en el trío Marala, la santcugatense Selma Bruna este lunes en La [2] del Apolo durante uno de los muchos conciertos organizados por todas partes para ayudar a los afectados por la DANA. Ha sido el momento más emocionante de la noche, sobre todo cuando la indignación ha empapado las palabras de Monfort recitadas por Bruna: "Seremos la voz de cada uno de nuestros ángeles ahogados. ¡Y llamaremos fuerte justicia! Porque habrá un día que no podremos más , y entonces lo podremos todo... Y ese día ha llegado". Monfort no estaba en Barcelona. "Necesita descansar", ha dicho Bruna, y todo el mundo en la sala ha entendido la extenuación de la gente que está tomando la catástrofe natural y política en l'Horta Sud. Como había dicho un rato antes la mallorquina Júlia Colom, siempre impecable: "Queremos dimisiones, no sólo una".
El público ha respondido a la llamada de Som València llenando La [2] del Apolo para contribuir a la causa solidaria (entradas a 20 euros) y para compartir la noche con Marta Knight, Julia Colón, Selma Bruna, Angeladorrrm, Remedio de Ca la Fresca, Alérgicas al Polen, Guillem Gisbert y La Ludwig Band. Cada uno ha actuado entre 15 y 20 minutos, eligiendo lo mejor de cada repertorio e implicándose intensamente desde el principio. Además, han sido generosos y agradecidos, sobre todo con todo el mundo que ha hecho posible que esta semana más de 350 artistas participen en los diferentes conciertos de Som València programados en todo el estado. La organización ha sido impecable y todo el mundo se ha puesto de cara, como debía ser.
Sentimientos confrontados a menudo como el dolor, la rabia, el amor y la celebración han convivido en armonía durante dos horas y media. Por ejemplo, tras la encomiable electricidad guitarrera del pop de Angeladorrrm, Remei de Ca la Fresca han recordado que lo ocurrido en l'Horta Sud no es un hecho aislado, sino consecuencia de "políticas que se hacen de espaldas" a lo que la naturaleza nos está diciendo", tal y como ha expresado Xantal Rodríguez, la cantante del grupo arbuciense, que a continuación ha interpretado Dolor de montaña, una canción en la que señalan precisamente "culpables con ánimo de lucro" que niegan la emergencia climática. Como es habitual, Remei de la Fresca han hecho una actuación incendiaria, y la respuesta del público ha estado a la altura de la intensidad del grupo.
La indignación ha cedido protagonismo a la alegría con el pop de Alérgicas al Polen, que han culminado su participación con la versión acelerada de Palabras de amor de Serrat. Y sin apenas pausa, Guillem Gisbert ha aparecido entre el público, en el centro de la sala, para cantar Estudiantina. Cuando ha subido al escenario, estaba rodeado de músicos de La Ludwig Band y Alérgicas en el Polen con los que ha hecho la dylaniana Las aventuras del general Luna, exultante y con la magia de las noches improvisadas.
Para acabar la noche, La Ludwig Band han subido la intensidad de todo ello desplegando oficio y pasión y transmitiendo esa energía tan estimulante que ya es marca de la casa. Primero, tocando Has vuelto a venir, Judas. Luego, haciendo Contrabando. Y, finalmente, invitando a músicos de otros grupos para interpretar Manela, no quiero currar por usted.
Como ha dicho Quim Carandell, el cantante de La Ludwig Band, para cerrar una noche muy emocionante: "¡Viva el País Valencià!"
El manifiesto 'Somos Valencia' de Sandra Monfort
El pueblo valenciano seremos su voz para siempre. ¡Y cantaremos por vosotros y clamaremos justicia!
Hoy, mientras los estorninos migran y crecen rabanillos en el bancal, el pueblo se levanta empuñando las palas y las escobas callejeras.
De ahora en adelante, nuestras mejillas estarán para siempre manchadas de barro, serán nuestro emblema. Y vosotros las besaréis. Algunos con nobleza, otros con vergüenza... Una vergüenza muda y silenciosa, como una serpiente…
Somos hijas de agricultores y barcheras, somos hijas de gente con los dedos deshechos de coser y la piel quemada de las horas al sol. Tenemos la fuerza y el coraje en el pecho para mover pilas de coches y salvar a nuestra gente de la mayor de las catástrofes que haya podido pasar por nuestra amada terreta, y tenemos la alegría del sol brillante de Valencia en nuestros corazones para levantar y afrontarlo con comunidad y hermandad.
Pero también tendremos la dignidad y la palabra para combatir la injusticia y el abandono al que hemos sido sometidas. Para combatir la negligencia política y la falta de recursos y ayuda que hemos sufrido nosotros y nuestras almas caídas.
Nuestra historia quedará tatuada en sus mesas de oficina para siempre, en sus banderas, en sus insignias.
No existen suficientes ríos que puedan sostener el peso de nuestras lágrimas, no hay suficientes márgenes que puedan sostener el impacto de nuestra rabia. Seremos la voz de cada uno de nuestros ángeles ahogados. ¡Y llamaremos muy fuerte justicia!
Porque habrá un día que no podremos más, y entonces podremos todo... Y ese día ha llegado.