Ópera

El romanticismo de Tchaikovsky inaugura la temporada del Liceu

Llega a Barcelona la producción de la ópera 'Eugene Onegin' con dirección escénica de Christof Loy

Una escena de la ópera 'Eugene Onegin' que llega al Liceu
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BarcelonaRomanticismo ruso de primera para inaugurar la temporada 2023-2024 del Gran Teatre del Liceu, con el regreso de la ópera Eugene Onegin, de Piotr Ílich Tchaikovsky, estrenada en Moscú en 1879 y convertida después en un clásico del repertorio operístico. Hacía veinticinco años que este prodigio lírico concebido originariamente como ópera de cámara no se representaba en el teatro de la Rambla. Ahora llega en una coproducción del Liceu con Den Norske Opera de Oslo (donde se estrenó en el 2020) y el Teatro Real de Madrid, con dirección escénica del alemán Christof Loy, recordado en Barcelona por sus interesantes montajes de Arabella (2014) y Macbeth (2016), por ejemplo. De Eugene Onegin se realizarán nueve funciones del 27 de septiembre al 9 de octubre.

Esta vez, Loy aborda desde el minimalismo la historia de Tatiana Larin y Eugene Onegin, las fantasías románticas no culminadas de ella y la arrogancia que se convierte en frustración de él, tal y como lo había inmortalizado Alexander Pushkin en la novela en verso Eugeni Oneguin (muy recomendable la edición en catalán que publicó Club Editor en 2019, con una traducción de Arnau Barios que fue reconocida con el Premio Ciutat de Barcelona a la mejor traducción).

La historia comienza con Tatiana deslumbrada por Eugene, un dandi al que dedica una inflamada declaración de amor epistolar. Él la rechaza y no será hasta muchos años después de que se percatará del error, cuando ya es demasiado tarde. Todo ello está empapado de un romanticismo amplificado por la sensación de soledad íntima que sufren los dos personajes. Por eso la puesta en escena reproduce “una sala enorme con dos ventanas y una entrada en la primera parte, y sin las ventanas en la segunda, cuyo objetivo es explicar de forma simbólica cómo el mundo se va cerrando y reduciendo a la mínima expresión para Onegin, un hombre que se queda sin nada”, explica el escenógrafo Raimund Orfeo Voigt.

En ambas partes, la danza será un elemento “interactivo” dentro del escenario. "No queríamos que la coreografía fuera forzada, por eso la hemos intentado incorporar a través de cada situación y emoción, sobre todo a partir de la expresión corporal", dice el coreógrafo Andreas Helse. "Las danzas están muy ajustadas a la historia", añade Josep Pons, director musical del Liceu y encargado de dirigir la orquesta en las nueve funciones.

Como en Arabella, aquí Christof Loy también hace “una disección emocional de los personajes”, ahora en “una obra íntima, un manual del pensamiento romántico”, tal y como dice el director artístico del Liceo, Víctor Garcia de Gomar, que incluso hace una analogía entre la historia de la novela de Pushkin y la biografía de Tchaikovsky: "¿Acaso no hay un parecido entre lo que Tatiana escribe en Onegin y las cartas que Antonina Miliukova dirigía al compositor?" Para saber más, en Filmin se puede ver la película La mujer de Tchaikovsky (2022), de Kirill Serebrennikov.

El regreso de la gran Svetlana Aksenova

El reparto de Eugene Onegin la encabeza la soprano rusa Svetlana Aksenova, que regresa al Liceu nueve años después del espectacular La leyenda de la ciudad invisible de Kitej y la doncella Fevronia, de Rimski-Kórsakov (entonces se presentaba como Svetlana Ignatovich). Compartirá el papel con la también rusa Kristina Mkhitarian. Onegin lo interpretarán el barítono noruego Audun Iversen y el ucraniano Yurii Samoilov, ambos debutantes en el Liceu. El reparto también incluye a Aleksei Nekliudov y Josep Bros (como Lenski), Sam Carl y Adam Palka (Príncipe Gremin), Victoria Karkacheva y Cristina Faus (Olga) y Josep Ramon Olivé (Capitán).

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