Joel Joan: “¿Cómo voy a ir, yo, a los premios Gaudí? Ni me nominan, ni esperan nada de mí”
Actor y director de teatro, televisión y cine
BarcelonaJoel Joan Juvé (Barcelona, 1970) ha vuelto a encontrar con Escape room la tecla para conectar con el público. El jueves celebraron 300 funciones deEscape Room 2, a finales de año rodarán la película y se pondrán a escribir, con Héctor Claramunt, la tercera parte de la obra de teatro. Creador y primer presidente de la Acadèmia de Cinema Català, en los últimos meses le han coincidido varios aniversarios de éxitos televisivos que él protagonizó: Poble Nou (30), Plats bruts (25), Porca Misèria (20) y El crac (10). En esta conversación, hablamos de por qué hace años que no lo vemos ni en TV3 ni en la gala de los premios Gaudí.
Escape room 2 fue en el último año la segunda obra más vista en la cartelera catalana. ¿Qué te dice este dato?
— ¿Qué me dice? De entrada, me orgasmeo un poco yo solo. Sabíamos que iría bien, porque la primera parte fue bién, y la apuesta era muy fuerte, le dedicamos mucho esfuerzo y mucho dinero. Pero no deja de ser una obra de cuatro personajes, no es un musical, no contamos con ningún gran personaje... Es que quizá sea la obra de texto más vista de los últimos quince años, ¡eh!
Por tanto, ¿primero orgasmo, y después...?
— Mucha energía y mucha gasolina para seguir adelante. Celebramos las 300 funciones, no sólo con mucho público, sino que seguimos siendo felices en el escenario.
Habrá Escape room 3?
— Yo creo que sí. Hace ilusión, una trilogía. Hablando en plata, hemos tocado una tecla que es un chollo. La combinación de cuatro personajes tirándose los platos por la cabeza y desenmascararlos dentro de un escape room porque hay un asesino que les rodea es un concepto muy simple; la idea no puede ser más idiota, pero es muy teatral.
Son 30 años de Poble Nou, 25 de Plats bruts, 20 de Porca Misèria y 10 de El crac. ¿Cuál de estos cumpleaños te hace más ilusión celebrar?
— Todos me hacen ilusión, porque todos son proyectos que me han marcado mucho. Sí puedo decirte el que más me duele, que es El crac. Que no hubiera una tercera temporada de El crac, como ha habido con Cites, por ejemplo. Entiendo que no era una comedia tan mainstream cómo Plats bruts o Porca Misèria, porque era un humor más ácido, más adulto. Tenemos una tele muy infantilizada en todos los sentidos pero en el de la ficción, claramente. Si miras el prime time de los últimos diez años: Polseres vermelles, Merlí, Bojos per Molière, Les de l'hoquei, muchas cosas giran alrededor de los niños, y yo entiendo que el prime time es la hora de los señores y las señoras de casa.
Cuando hablas de infantilización de la tele, aquí incluirías Plats bruts?
— Sin duda. Aunque en Plats bruts, aunque estemos haciendo payasos, también había una cierta mala leche, que los adultos también podían ver. Tenías un enorme abanico de público.
¿Cuál es la última vez que has hablado en serio con los directivos de TV3 para hacer algo?
— Quizás hace cuatro o cinco años. Les presenté un proyecto que a mí me gustaba mucho y en el que creía, y me dijeron que no. Pensé que habría propuestas mejores que la mía y me he llevado una decepción, al ver muchas cosas que dices: "Una noche en el karaoke, ¿eso qué es?" Ésta es una de las grandes lecciones, también: [Mirando a cámara] No esperéis, chavalada, cuando ya seáis alguien en la vida, que las cosas vayan a mejor. Van a peor, yo diría. Cuando hacía Plats bruts, con 28 o 29 años, que sólo había una televisión en Catalunya, que no había plataformas, que se rodaba muy poco, que era dificilísimo y sin experiencia alguna, lo conseguimos. Y ahora, con las plataformas y la capacidad de producción de TV3, tienes una idea y te dicen que no gusta.
¿Y crees que no gusta la idea o que no gusta Joel Joan?
— No, yo no creo que no guste Joel Joan. TV3 ha colaborado con las películas de Escape room, con las cinco obras de teatro que hemos hecho con Héctor Claramunt. No creo que sea un problema conmigo. Al menos a la hora de hacer cosas que no sean series.
Tú querrías hacer Plats bruts 2?
— No, porque es una etapa pasada. Quiero hacer otras cosas. Lo que ocurre es que a veces en la vida te encuentras que para trabajar te toca hacer Plats bruts. Pues también podríamos hacerlo y también podríamos pasarlo bien.
Que puta que eres, no cierras ninguna puerta.
— Es que se puede hacer todo, pero si me preguntas qué quiero hacer, yo quiero hacer la serie que presenté y que tarde o temprano haré aunque tenga que ir a Canadá a hacerla en quebecois. Después de todo el talento, las ganas, la energía, la fuerza que hemos puesto, para que todo lo que hemos hecho, desde Plats bruts hasta El crac, fuera un éxito, y así ha sido, que la respuesta sea esa desconfianza por parte de la televisión... ¿Pues para qué ha servido un poco todo? ¿Por qué no me tenéis confianza? ¿Por qué habéis dejado de quererme y queréis a gente que no tiene las credenciales que yo tengo ni de cachondeo? Y me parece muy bien, porque hay que apostar, y ahora hablo de ello porque me has sacado el tema, pero yo no voy diciendo: "A mí no me dan ninguna serie, ñe, ñe". Lo que ocurre es que, si me preguntan, respondo. Ahora mismo TV3 ha hecho un concurso para una sitcom. Muchos han presentado proyectos y se lo han dado a Dani de la Orden. ¡Cojones, qué casualidad!
Dani de la Orden es el director de moda, con Casa en flames.
— Pues dáseo directamente a Dani de la Orden. No hagas perder el tiempo a todos los demás que se han currado un proyecto. Ve a Dani y dile: "Quiero una serie tuya, que eres el hombre de moda". Chim pum. Y es que esto es lo que deben hacer los directivos de la televisión. Tienen que tomar decisiones. Es que a mí, incluso, se me pidió que presentara una sitcom. ¿De verdad? Si queréis os hago de jurado, ja ja ja!
O sea, TV3 te pidió que presentaras una sitcom...
— Que me presentara a un concurso para después dársela a Dani de la Orden. Imagínate si lo llego a hacer...
Pero quizás si te presentas te la dan a ti.
— No, hombre, no, que ahora el hombre de moda es Dani de la Orden, y que está bien que así sea. Le toca a él, hacerla, no a mí. La sitcom no es a lo que le doy vueltas ahora mismo. Está muy bien que Televisió de Catalunya vuelva a hacer una sitcom.
Puesto que has hablado de Dani de la Orden, ¿qué te pareció la última gala de los premios Gaudí?
— No la vi.
¿Ni fuiste?
— Estaba trabajando, tenía dos funciones el sábado.
¿Cómo no va el fundador de la Academia del Cine Catalán?
— Hace ya muchos años que no voy.
¿Y por qué no vas?
— Hombre, de entrada porque no me nominan, por ejemplo. Escape room, que es una película que está muy trabajada a nivel de fotografía, de dirección de arte y de música, por no decir los actores, no sólo no obtuvo ninguna nominación a los Gaudí, sino que por optar a los Premis Gaudí de l'Espectador los académicos previamente hacen una selección de trece películas: pues no estábamos ni en estas trece, tú. La segunda película más vista del año, después de Alcarràs. ¿No te explota la cabeza? ¿Cómo voy a ir a esta gala? No esperan nada de mí, nadie me invita. De hecho, ya no soy académico, desde hace varios años.
¿Por qué? ¿Cuándo dejaste de serlo?
— Con Isona Passola, hace ya varios años. Porque no estoy de acuerdo en cómo votan, en cómo lo llevan. Tú sabes exactamente quién ganará los Gaudí, son muy previsibles.
¿No es un poco si no gano yo, no juego?
— Sí jugué. Escape room la presenté y no estuvo ni entre las trece para que el público votara. Perdona, aquí sí que te puedo decir que quizá sea mi jeto o mi nombre o lo que sea, que crea alergia. Es que es inconcebible que la segunda película más vista del año no esté entre las putas trece, creo que hay incluso mala leche.
Este último año la cosa estaba entre Casa en flames y El 47. ¿A ti cuál te ha gustado más?
— No he visto ninguna de las dos. Intenté ver una, pero da igual, no tiene ninguna importancia cuál de las dos me haya gustado más o menos.
¿No has querido verlas?
— Casa en flames no la aguanté, no entendía esa familia qué era, qué les pasaba. Se me cayó, como cuando te cae un libro de las manos. Y El 47 tengo un amigo que la vio y me dijo que no secuestraban el autobús hasta el minuto 93 de la película. Y es una apuesta que, como todo, siempre que abrimos la boca, hagamos una obra de teatro o lo que sea, es descaradamente política. Cuando vi el tuit de Pedro Sánchez diciendo: "Qué maravillosa película", pensé: "Ya sé qué película no iré a ver este año".
¿No puede ser que una película que le guste a Pedro Sánchez le guste a Joel Joan?
— Pedro Sánchez no es un señor como Joel Joan. Es el presidente de España y no hace tuits de éstos con ninguna película. El discurso que hay detrás de El 47 es el discurso que va en sintonía con el pensamiento de Pedro Sánchez, que no es el mío, sin duda. Aquí todo es política.
¿Cuál es la última vez que has tenido la sensación de que no te daban un trabajo por tu ideología política?
— Nunca he tenido esa sensación. Lo que sí ves es que no te llaman. Me he hecho productor porque he fracasado en mi línea Javier Bardem, de tener muchos guiones en la mesilla de noche y poder decidir. Puesto que soy productor, haré cosas que a mí me gusten. Es un país, este nuestro, en el que hablar con cierta libertad da miedo. Mira que nervioso he tenido que ponerme ahora para decir que no me apetecía ver El 47 por cuestiones políticas. Esto no es normal. Yo tengo que poder decir lo que me dé la gana sin sufrir por si vendrá gente al teatro, sin sufrir por si me darán una subvención o me echarán del trabajo. Nos vamos mediocrizando todos mucho, porque nadie es libre. Todos vamos con pies de plomo, a quedar bien.
Últimamente mucha gente se va de Twitter. ¿Tú te has ido o te irás?
— No, no. No entiendo mucho por qué se marchan. ¿Porque el dueño es un fascista? ¿Qué dueño no es algo de derechas? A mí, que La Vanguardia diga que se ha ido de Twitter lo encuentro tierno, incluso, ja ja. Ahora toca esto. Siempre es lo mismo. Ser políticamente correcto. Mira, el políticocorrectismo nos ha llevado a la cárcel de la estupidez humana. La misma pregunta que acabas de hacerme ya es ir a buscar las cosquillas. No me he ido de Twitter ni me he ido de Instagram. A mí nadie me ha censurado nada de lo que digo. Si el dueño ahora no me cae bien, Twitter no deja de ser un medio de expresión que tenemos todas las personas, democrático, donde todo el mundo puede decir lo que piensa; hay muchas fakes, pero también aprendo muchas cosas.
¿Tú crees que es el mundo contra Joel Joan o Joel Joan contra el mundo?
— Ni lo uno ni lo otro. Joel Joan, en el mundo, por ahora, hasta que desaparezca. No hombre no, yo no estoy contra nada ni contra nadie. Lo que pasa es que me debo haber hecho mayor. Si TV3 ya no te quiere ni para hacer series, tú que les has dado estos éxitos...
Pero si te pidieron una sitcom.
— No, me pidieron que me presentara a un concurso.
Y tú no quieres presentarte a un concurso...
— No es que no me quiera presentar, pienso: quién sabe más, de sitcoms, en este país para que pueda valorar algo mío? Y dirán: "Uy, que chulo, que creído que se lo tiene". Sí me lo tengo creído, es que después de Plats bruts no ha habido ni una sola sitcom que haya sido tan graciosa como aquélla. Por tanto, quien hay con más autoridad que yo y Jordi [Sánchez] para decir qué es una buena sitcom? ¿Cómo debo entrar yo en una competición de éstas? Es como si le dijeras a Spielberg que si se quiere presentar a un concurso para hacer un Indiana... James. "¿Quieres presentarte?" ¿Cómo voy a presentarme yo?
¿Sabes a qué me ha sonado esto? A Aznar diciendo lo de: "¿Quién me tiene que decir a mí las copas que debo tomarme...?". Perdona, eh.
— No, no, me encanta el paralelismo, como puedes imaginar. Es uno de mis ídolos.
Acabamos, las dos últimas son iguales para todos. ¿Cuál es la última canción a la que te has enganchado?
— Escucho poca música, me pones en un aprieto. El dúo Dua Lipa - Elton John, Oques Grasses, los Tyets, Figa Flawas...
Las últimas palabras de la entrevista son las tuyas.
— ¡Gracias y adiós!
Llega en bicicleta un cuarto de hora tarde, la deja en el vestíbulo del teatro y entra contento en la platea, donde ya tenemos las cámaras listas para grabar la conversación. Le llama la atención que tengamos dos operadores de cámara –Gerard Esbrí y Guillem Seuba– y que, como ocurre tantas veces ahora, no tenga que hacerlo todo una misma persona, la entrevista escrita, las fotos y la grabación con la cámara del teléfono móvil.
Hace años que no entrevisto a Joel Joan. Reímos recordando la última vez que lo había intentado, cuando le propuse que fuera el protagonista de uno de los capítulos de El convidat , en TV3, y él, por teléfono, tuvo clarísimo en el acto que debía decir que no. "Era una etapa más oscura, esa. No estaba para que vinieras a casa".