Belén Rueda: "'Salomé' es un clásico demasiado actual, por desgracia"
La actriz madrileña protagoniza una revisión actual del clásico bíblico que puede verse en el Teatro Goya hasta el 24 de marzo
Barcelona"La historia de la princesa Salomé es un clásico que atraviesa como una flecha los más de 2.000 años que nos separan", dice la dramaturga y directora valenciana Magüi Mira. Desde hacía tiempo le rondaba por la cabeza una posible revisión teatral de esta historia "tan brutal y fascinante, que forma parte del imaginario colectivo de todos", pero se autoimpuso una condición: la tenía que protagonizar actriz madrileña Belén Rueda, que entre el cine y la televisión tiene una agenda muy apretada. "Estuve esperándola durante dos años, siempre creí que era ella quien tenía que hacer ese papel", dice Mira. Finalmente, el pasado verano pudieron presentar Salomé, coproducida por Pentación Espectáculos y el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, y con un reparto que incluye a Luisa Martín, Juan Fernández, Pablo Puyol y Sergio Mur, entre otros. Tras el estreno en Mérida, se han embarcado en una gira que desde este martes y hasta el domingo 24 de marzo hace parada en el Teatre Goya de Barcelona.
Aunque Salomé es un personaje bíblico especialmente popular, con el paso de los años ha ido acumulando una serie de tópicos que la convierten en una figura controvertida. "Los pintores, escritores y dramaturgos han añadido sus propias ideas sobre Salomé –dice Rueda–. La danza de los siete velos, por ejemplo, no está descrita así en la Biblia". Y añade: "A menudo se ha definido como una mujer caprichosa que pidió la cabeza de Juan Bautista, pero es una lectura que no tiene en cuenta el momento histórico en el que vivió, en el que las mujeres no tenían ningún tipo de libertad". Mira comenta: "Salomé quiere romper la jaula de barrotes en la que estaban encarceladas las mujeres de su época, que tenían prohibido el conocimiento y a menudo veían la seducción como su única arma". Según la directora, su versión de Salomé "nada tiene que ver con la de Oscar Wilde, que vivió en otra época y entendía la figura femenina de otra manera".
La sensualidad de Salomé choca con el sistema rígido de Herodes, marcado por la racionalidad. "A veces los deseos entran en conflicto con la razón; cuando hablamos de la civilización, nos referimos al control de los instintos salvajes –dice Mira–. Pero el sexo, que es el que mueve el mundo y nos da la vida, no tiene por qué ser violento, puede producir placer y fruición, que son los antídotos que deben permitirnos levantarnos de la cama y soportar el horror del mundo en el que vivimos". En este sentido, Rueda añade: "Es un clásico demasiado actual, por desgracia. Hay alguna escena que recuerda el caso de la Manada. Y hace poco leí que en 2014, en Sudán, un hombre mandó que lapidaran a su hija porque después de separarse del marido había tenido relaciones sexuales con otro hombre". "Nuestra Salomé es un grito de paz y libertad", concluye Mira.