Estreno teatral

Tres mujeres de 60 años se confrontan con la "fractura generacional" del feminismo actual

Cristina Plazas, Francesca Piñón y María Pujalte protagonizan 'Les bàrbares', una comedia dirigida por David Selvas en el Teatre Borràs

Una escena de 'Las bárbaras' en el Teatre Borràs
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BarcelonaDurante el proceso creativo de Las bárbaras, las preguntas han volado por la sala de ensayo. ¿Cómo ha afectado al Me Too, personalmente, a las mujeres? ¿El movimiento feminista se ha pasado de frenada? ¿Qué hacer para que los hombres se sientan interpelados y se sumen? "Hemos hablado mucho y mucho. Entre nosotros tenemos opiniones diversas, pero el lugar de encuentro ha sido el espectáculo y la amistad que se ha creado a raíz de esto", explica el director del montaje, David Selvas. Escrito por la madrileña Lucía Carballal, Las bárbaras es una coproducción de La Brutal y Bitò quebusca reflexionar sobre el impacto del feminismo actual en las mujeres que en los años 70 hicieron (o no) su particular revolución. El espectáculo, que es bilingüe y se representa en catalán y castellano, lleva temporada desde este martes y hasta el 13 de abril en el Teatre Borràs.

Las encargadas de encarnar a las tres protagonistas son las actrices María Pujalte, Cristina Plazas y Francesca Piñón. Cada una de ellas interpreta a una mujer con una trayectoria y unas convicciones vitales diferentes. Plazas se pone en la piel de Carme, una arquitecta de éxito que se ha centrado en su vida profesional y que esconde un gran secreto. "Es una mujer empoderada, pero está muy perdida. Tiene la sensación de que se ha equivocado, de que lo ha dado todo por el trabajo y ha hecho demasiado poco para tener una pareja o una familia", destaca Plazas.

Pujalte es Susi, una madre de familia acomodada que de joven abandonó el piano y decidió dedicarse a los hijos. "Es una mujer inteligente y rápida, que se encuentra con una reflexión feminista que no le acaba de convencer", señala la actriz. El personaje de Francesca Piñón, Encarna, comparte con ella la vocación por cuidar a los hijos y los nietos y lo hace encantada. "Es una mujer cuidadora y moderna que tiene el encargo de cumplir una misión: satisfacer las últimas voluntades de Bárbara", dice Piñón.

Una generación que abrió camino

La chispa que desencadena la trama es, justamente, un legado inesperado. Bárbara, una chica de 30 años amiga de las protagonistas, ha muerto de cáncer y, como herencia, les ha dejado un encargo: encontrarse en un hotel y reflexionar sobre cómo el patriarcado ha influido en sus vidas y qué papel ha tenido a la hora de tomar decisiones. Con este punto de partida, Carballal quería explorar "la fractura generacional" entre su madre y ella a raíz del estallido del Me Too y de la actitud de rechazo que desató en algunas mujeres. "Son una generación que abrió camino en muchos sentidos para que las jóvenes de ahora puedan estar donde están. Pero también han tenido que asumir que las estructuras patriarcales han definido a las mujeres en ciertos roles", subraya Selvas, que pone énfasis en l amistad y la libertad como dos de los grandes temas del espectáculo: "No hay una buena amistad si no hay libertad".

La cuarta pieza interpretativa del espectáculo es la cantante e intérprete Berta Gratacós, que encarna al fantasma de Bárbara. Desde el fondo del escenario, Gratacós pone música en directo al montaje y acompaña a las protagonistas en este viaje de introspección y comedia. Lo hace con canciones como Por qué te vas de Jeanette, Yo no soy esa de Mari Trini y Me olvidé de vivir de Julio Iglesias, temas insignia de la generación de los 70 que ha versionado con un sonido más contemporáneo. "Hemos intentado establecer un diálogo entre las canciones y los personajes con la intención de que el público pueda compartir éste background musical y generacional", concluye Gratacós.

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