Las encuestas electorales son intrínsecamente opinables, sobre todo por una cocina que quizás acabe admitiendo un nuevo significado (ahora, en el IEC ya tiene siete) como proceso de elaboración con sales y pimientas de la demoscopia, y por una hermenéutica que debe ser la más importante después de la bíblica. Sus responsables son el burro de los golpes de las críticas, verbigracia el incombustible director del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), José Félix Tezanos, todo un catedrático de la Universidad de Santiago con numerosas publicaciones, al que ponen a parir encuesta a encuesta. Pero de momento aguanta; no tuvo la misma suerte Jordi Muñoz, también con un currículum académico espectacular, que sólo duró tres años en el CEO (Centro de Estudios de Opinión).
El suscriptor Aniol Fusté me plantea la cuestión de las encuestas en la casa del ARA, poniendo el acento en que "cuando nos hablan de los resultados en Catalunya, ponen todos los «posibles» diputados y diputadas juntos (tanto si está en el Parlamento como en el Congreso). Es decir, no suelen separarse por circunscripciones".
"Entiendo –sigue– que es el mismo diario quien encarga estas encuestas a empresas que realizan los estudios y que, seguramente, un resultado detallado separando Barcelona, Girona, Lleida y Tarragona sale más caro. ¿No sería, pero, más justo? Vivimos en un país donde las mayorías absolutas hace años que ni se las ve ni se las espera y, por tanto, los resultados de los partidos medios y pequeños ganan. si lo ponemos todo en el mismo saco, perdemos la perspectiva de saber que el escaño que baila en Lleida se lo puede llevar tal partido o tal otro. partidos políticos sí tienen las encuestas detalladas por circunscripciones, provincias, comarcas y municipios (y así deciden dónde necesitan más actos o menos) Si ellos pueden hacerlo, no debe ser tan difícil".
Concluye que separar por demarcaciones "contribuiría a tener un mayor conocimiento de las listas en Girona, Lleida y Tarragona y ayudaría a que los candidatos y candidatas de estas tres zonas tuvieran que ganarse los votos con más foco y atención encima (por tanto, con más control periodístico y fiscalización). Si decimos que todo el territorio es importante, lo tenemos que practicar".
El subdirector David Miró, encargado de política, responde al suscriptor Fusté. "La cuestión de las encuestas y las circunscripciones –afirma– tiene un componente técnico que no sé si sabré explicar, pero como periodista entiendo perfectamente su petición. De hecho, cuando la empresa a la que encargamos una encuesta nos presenta los resultados, nosotros siempre preguntamos: ¿y podemos dar los resultados por circunscripciones? Lo hacemos porque tiene un indudable valor informativo. que para ofrecer los resultados por circunscripciones con un margen de error razonable habría que hacer cuatro encuestas diferentes a los cuatro territorios, con 800 respuestas en cada uno, y eso sí que está fuera de cualquier presupuesto. circunscripción.
Lo único que se puede hacer –concluye Miró– es afinar los modelos para extrapolar los resultados por Lleida aunque tengas pocas encuestas, ponemos un centenar de las 800 que se necesitan para hacer una encuesta fiable en toda Catalunya. Pero las encuestadoras son reacias a ofrecer resultados con márgenes de error elevados porque van en contra de su credibilidad. En cualquier caso, el lector puede estar seguro de que nosotros siempre insistimos y confiamos en que en el futuro sea más económico y fácil ofrecer estos resultados”.
Ante una evidencia tan palmaria como la conveniencia de dar los resultados por circunscripciones, el optimismo de la voluntad hace que este Defensor considere que esto deberá acabar siendo posible, sea optimizando prestaciones de proveedores, sea por vía del patrocinio.
Los algoritmos y la bandera española
Al lector Pol Rodoreda le aparece en la edición digital un anuncio de audífonos con una bandera española de fondo. Y naturalmente se queja, porque las banderas son símbolos tan potentes como muy personales: "Pienso que sería interesante como diario de ámbito catalán tener un control más exhaustivo de la publicidad que aparece en el diario en formato digital".
El director adjunto, Ignasi Aragay, lo explica: “Hay anuncios que no están contratados directamente por el diario. Se trata, como el caso que denuncia al lector, de publicidad digital programática, una compra automatizada de espacios que conecta una marca con un usuario supuestamente afín. por las razones que sean, el algoritmo ha establecido un vínculo inadecuado. Cuando recibimos quejas justificadas, como diario pedimos que estos anuncios sean retirados para nuestros lectores, como hemos hecho en este caso".
La publicidad digital está experimentando un gran crecimiento, lo vemos incluso en las plataformas que trituran las películas y series con anuncios y que incluso entaforan publicidad estática en las pausas. La novedad en cualquier ámbito implica descontrol y vacíos legislativos, y en caso de que nos ocupa ya iremos averiguando si la invasión de los algoritmos es susceptible en algunos supuestos de vulnerar el artículo 18 de la Constitución, que garantiza el derecho a la intimidad y el secreto de las comunicaciones y limita el uso de la informática en este hábitat tan delicado. Las políticas de privacidad y la regulación del uso de cookies son un primer paso, pero en tan fluido ecosistema y con unos hackers con conocimientos computacionales muy desarrollados, circundar las leyes es más fácil que en otros campos del derecho.
Finalmente, los algoritmos no captan intenciones, por lo que –a modo de ejemplo– al abrigo de una investigación reciente sobre el franquismo, el dictador no paraba de aparecérseme a cincuenta años de su muerte. No sería raro que, pongamos por caso, si estás interesado por Catalunya y su circunstancia, algoritmos inversos ondeen la bandera española.
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