Ajedrez

El ajedrez en Cataluña: una federación centenaria y una tradición milenaria

La Federación Catalana de Ajedrez celebra los 100 años de una historia que ha permitido ver en acción a algunos de los grandes maestros mundiales

La Federación catalana de ajedrez ha celebrado sus 100 años de vida
14/08/2025
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BarcelonaCorría el año 1008. Ermengol, conde de Urgell, iba poniendo orden en su vida haciendo el testamento. Y una de las pertenencias que decidió dar a un convento eran unas piezas de ajedrez. Durante mucho tiempo se consideró que éste era el texto más antiguo donde se citaba el ajedrez en Europa, aunque años más tarde se encontrarían unos textos en latín sobre ajedrez en la abadía benedictina de Einsiedeln, en Suiza, que podrían ser unos 50 años más antiguos. Sea como fuere, el testamento demuestra que en los territorios de la actual Catalunya el ajedrez ya había llegado proveniente de tierras árabes. Una tradición milenaria. Y una federación centenaria.

Este agosto, la Federación Catalana de Ajedrez ha celebrado su centenario. Organizó un acto con partidas, premios y una tarta con forma de pieza de ajedrez. Después de años en los que parecía que la práctica del ajedrez iba a la baja, muchos jóvenes se han enganchado de nuevo, algunos gracias al éxito de series televisivas como la estadounidense Gambito de dama. De hecho, en los últimos cinco años la cifra de mujeres que juegan al ajedrez ha crecido mucho en parte gracias a esta serie. En la federación catalana, del total de mujeres federadas, más del 70 por ciento son menores de 18 años. Una revolución, puesto que hace 100 años todos eran hombres con corbata. Otras épocas.

Cataluña puede parecer un territorio periférico al ajedrez actual, pero su historia es muy gloriosa. El ajedrez primero llegó gracias a los árabes hace mil años, cuando se jugaban en la corte y en los monasterios. Y volverían a llegar a finales del XIX provenientes de los cafés de París y Viena, época en la que algunos empresarios extranjeros y catalanes con curiosidad organizaron partidas en el restaurante Set Portes y en el Liceu. El primer club de ajedrez estatal fue el Club de Ajedrez Barcelona, fundado en 1921. Sus socios serían los impulsores de la federación catalana, creada en 1925 por trece clubs. Su primer presidente fue el dr. Esteve Puig i Puig, y en 1927 ya se hacía el primer torneo catalán, ganado por la Penya Gracienca.

La federación catalana sería admitida en la federación internacional en 1927, a petición del presidente Joan Bertran i Casals, ya que entonces no existía la federación española. Por este motivo, más de uno considera que este caso, similar al del rugby, debería permitir pedir que el ajedrez catalán pudiera competir en el ámbito internacional oficialmente, porque la federación catalana había sido reconocida. Hará ahora una década, la federación catalana llegó a pedir a la internacional si podía ser admitida, pero se le respondió que Catalunya no es un estado independiente. Y la puerta siguió cerrada, como había quedado en 1928, cuando nació la federación española. Ese año, de hecho, buena parte de los directivos de la catalana ayudaron a crear la federación estatal en Barcelona, sin protestar demasiado, ya que entonces en España estaba la dictadura de Primo de Rivera.

El juego de ajedrez catalán de 1929.
El juego de ajedrez catalán de 1929.

En 1929 marcó un antes y un después del ajedrez en Cataluña, con el torneo organizado para la Exposición Universal. Algunos de los mejores jugadores de la época estuvieron presentes en Barcelona, donde saldría triunfando el cubano José Raúl Capablanca, considerado todavía hoy como uno de los mejores de todos los tiempos. Un hombre que tenía antepasados catalanes, por cierto, y según una leyenda no comprobada, en casa hablaba catalán con su madre. Ese torneo sería clave por diferentes razones, no sólo para hacer escuela. Fue gracias a la Exposición Universa que nació la obertura catalana. Hoy en día no es raro ver a Magnus Carlsen practicando esta apertura, nacida en 1929 cuando el gran maestro polaco Savielly Tartakower la creó en el torneo. Un movimiento que ya existía, pero era poco habitual cuando Tartakower así lo bautizó en honor de sus anfitriones. Ese año el ajedrez catalan ya estaba bien organizado e intentaba que por Barcelona pasaran los grandes maestros mundiales, como sería especialmente durante los años 30.

Casablanca se impondría a Tartakower en unas partidas, por cierto, jugadas con las preciosas piezas del juego de ajedrez catalán, que se presentó con ocasión del diseño Gaudí, algo que parece improbable. Ahora, las piezas eran bonitas y se fabricarían en la ciudad durante unos años en los que también pasó por Barcelona el ruso Aleksandr Alekhine, un genio errante, con problemas de alcoholismo y un periplo vital que le llevaría a huir de los bolcheviques y convertirse en un peón de los nazis en los años 40. Alekhine vendría más de cinco por cinco años catalanes que soñaban con poder decir que le comieron un peón a aquel genio maldito.

El gran maestro de ajedrez Alekhine jugando en Barcelona en 1935

Tras la Guerra Civil, el ajedrez renació. En 1946 se organizó el I Torneo Internacional de Barcelona, con triunfo del argentino Miguel Najdorf. Aquel torneo tendría continuidad, con la presencia muchos años del joven mallorquín Arturito Pomar, un niño que fue instrumentalizado por el franquismo por su talento. Barcelona se haría un hueco en el circuito mundial y el ajedrez no dejarían de estar de moda. Cataluña ha tenido grandes nombres, como el de Miquel Illescas, que obtuvo el título de Maestro Internacional en 1986 y el de Gran Maestro en 1988. Con ocho campeonatos de España individuales, superaría el récord de siete de Arturo Pomar y se confirmaría como el nombre más destacado junto con otros grandes maestros como Hipólito Asís Gargatagli Rodríguez Vargas, Alfonso Romero Holmes, Jordi Magem y Badals o Lluís Comas i Fabregó.

De la plaza Catalunya de Barcelona a muchas ramblas catalanas, durante muchos años era normal ver a gente jugando en la calle. Una moda que parecía ir a menos, algo que ha cambiado en los últimos años. Actualmente, la Federación Catalana de Ajedrez tiene su sede en la antigua fábrica Fabra i Coats, con más de 7.000 jugadores con licencia y 230 entidades, así como torneos internacionales estables como el Open Internacional de Sant Martí y el Open Internacional de Sants. El ajedrez, que primero se jugaba en salas elegantes con pajarita, ahora tienen sede en una antigua fábrica. Más abiertos, más populares y vivos.

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