Baloncesto

El jugador sin tatuajes que entierra el recuerdo de Mirotic

Jabari Parker se ha convertido en el nuevo héroe de la afición del Barça

Ajabari Parker, jugador del Barça de baloncesto Barcelona.
06/03/2024
3 min

BarcelonaJabari Parker no es Nikola Mirotic, pero su impacto en el juego sigue creciendo. Siete meses después de su fichaje por el Barça, el ala-pívot estadounidense ya está perfectamente adaptado al baloncesto europeo. Su metamorfosis carece de secretos. "Creo que la única diferencia es que el equipo está haciendo las cosas realmente bien. Puede que yo esté aportando más cosas, pero lo realmente importante es que el equipo está jugando de manera excepcional. Yo necesitaba más partidos y más experiencia para acelerar mi progreso y seguir creciendo. Lo único que tanto yo como el equipo necesitábamos era algo de tiempo", dice.

Su integración no era sencilla, pero se ha completado de forma exitosa. Cuando llegan los instantes decisivos de los partidos, ni se inmuta. Se le ve tan calmado que parece de hielo. "La clave es tener claro en tu cabeza que sólo se trata de un partido. Por muy importante que nos parezca, lo que ocurre sobre el parqué no es de vida o muerte. Hay soldados que están defendiendo nuestro país en zonas de conflicto y eso sí que es por estar nervioso. Eso sí que es trabajar con presión, porque su vida cuelga de un hilo. El baloncesto es mi pasión y siempre quiero ganar, pero hay que ver las cosas con perspectiva y compararlas con las cosas del mundo que realmente importan. Tener presión es tener problemas económicos y tener que buscar los recursos para que tus hijos coman, no jugar al baloncesto", explica Parker.

Jabari Parker, en acción en la Fonteta

Su media en la Liga Endesa es de 10,9 puntos y 2,7 ​​rebotes, cifras que confirma en la Euroliga, en la que acredita 10,3 puntos y 4,3 rebotes. "Una temporada no es un sprint, es más como un maratón. Si pierdes un partido, debes olvidarlo lo antes posible y centrarte en lo siguiente porque, si no, puedes perder el equilibrio. Aunque nos hagan daño, no podemos vivir las derrotas al igual que un aficionado", confiesa.

El ala-pívot defiende el trabajo de Roger Grimau en el banquillo culé. "La comunicación con el entrenador es muy fluida. Él nos ayuda muy preparando muy bien cada partido, pero las derrotas no son su responsabilidad sino de los jugadores que estamos en la pista. Los entrenadores siempre están en el ojo del huracán y eso no va a cambiar, pero la responsabilidad es de los jugadores", admite el jugador, que decidirá su futuro cuando acabe la temporada.

Parker se ha reencontrado en el Barça con Ricky Rubio, del que era admirador. "La mente lo es todo para un deportista. Si no puedes controlar tu mente, no puedes dirigir tu cuerpo. El 90% de todo es mental. La parte física se reduce a un 10%. El motivo por el que no jugué la pasada temporada es porque mi mente, después de años cambiando de equipo, no estaba preparada. Necesitaba una pausa, así que me identifico mucho con Ricky", asegura.

Su vida en Barcelona es muy tranquila. "Estoy viviendo una experiencia que nunca me hubiera imaginado. Nunca pensé estar viviendo en España. Aún conservo a muchos amigos en Chicago que nunca han salido del país. Si bien todavía me quedan muchas cosas por descubrir, me siento cómodo e integrado en Barcelona . He ido alguna vez a los cines que hay en la calle Balmes", avanza.

Su padre, un referente

Parker es uno de los pocos jugadores afroamericanos que no trae ningún tatuaje. "Cuando crecí, mi padre era un referente y él no tenía tatuajes. Uno de mis hermanos tiene un tatuaje, pero muy pequeño. No creo que haya nada tan importante como para ponértelo sobre el cuerpo. Mejor guardar las cosas importantes en tu mente", confiesa.

"Mi infancia fue buena. No teníamos mucho dinero, en casa, pero mis padres nunca me lo dijeron. De valores sí se hablaba. Si tienes buenos valores, puedes ser pobre, pero te puedes sentir rico de corazón. Esta es la educación que recibí de mi familia. Así fui creciendo. No teníamos mucho dinero, pero nunca estuve triste ni molesto. Siempre fui un niño feliz y siempre supe que tenía amor en casa", recuerda.

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