El Barça demuestra que quiere seguir reinando en la Champions desmoronando uno de los colosos de Europa
Las azulgranas ganan por primera vez en Wolfsburgo y encauzan los cuartos de final de la Champions con una prestigiosa goleada (1-4)


BarcelonaControl, posesión y hambre. Hambre de goles. Hambre de presionar bien arriba. Hambre de volver a ganarlo todo. El Barça demostró con solvente goleada ante el Wolfsburgo (1-4) que quieren volver a ser las reinas de Europa. Las alemanas, uno de los equipos destacados del continente pese a que en los últimos tiempos ha perdido pistonada, debía ser un hueso duro roer, pero el equipo catalán fue muy superior. Pese a que las locales acortaron distancias en las postrimerías, Sydney Schertenleib, un diamante de sólo 18 años, hizo el cuarto para rubricar un marcador contundente. El Barça de Pere Romeu vuelve feliz del Wolfsburg Arena, un estadio donde nunca había ganado. Triunfo contundente y la eliminatoria de cuartos de final de la Champions casi encauzada a la espera de la vuelta el jueves en el Johan Cruyff. Antes, las azulgranas recibirán en Montjuïc al Real Madrid en duelo de la Liga F este domingo. Puede ser una semana mágica.
En Alemania había que sacudirse el respeto que siempre impone el Wolfsburgo y ser fieles a los ideales que hacen que el Barça practique un fútbol delicioso y que le ha llevado a ser el mejor equipo de Europa en los últimos años. En lo que iba a ser el partido más complicado de la temporada hasta ahora, las vigentes campeonas saltaron al césped muy concentradas. Romeo no reservó nada. La ocasión lo merecía. El único cambio en el once era obligado: una Jana Fernández de notable ocupó el vacío de Ona Batlle, lesionada. En la sala de máquinas, Patri Guijarro resguardaba a Aleixa Putellas y Aitana Bonmatí, las encargadas, junto a una brillante Mapi León, de abastecer a la tripleta ofensiva. Enfrente el Barça salió con mucha pólvora: Caroline Graham Hansen, Ewa Pajor y Salma Paralluelo.
Conexión imparable Graham Hansen - Aitana
Durante los primeros compases, el Wolfsburgo supo mantener un duelo igualado, en el que no pasaba casi nada en las áreas, más allá de algunas aproximaciones tímidas de las azulgranas. Hasta que se activó una conexión casi imparable. A la media hora de partido, Graham Hansen envió un pase preciso, con toda la intención, a la espalda de Janina Minge, buscando la carrera de una indetectable e incansable Aitana. La de San Pedro de Ribes llegó hasta la línea de fondo y sirvió una pasada zanja tensa en el primer palo que Pajor, con la punta de la bota, provocaría el gol en propia portería de Caitlin Dijkstra. El Barça había hecho lo difícil: abrir la lata. Con el marcador a favor y el partido bajo control, se llegaría al descanso.
En la reanudación, las de Romeu castigaron a su rival en sólo tres minutos. Primero, Irene Prades envió al fondo de la red un córner servido por Mapi León. Con el Wolfsburgo obligado a atacar, las alemanas se hicieron un lío y el Barça lo aprovechó para hacer un gol contragolpe, culminado con fortuna por Salma Paralluello. Las catalanas olieron la sangre y no tenían suficiente. Tras el tercero buscó el cuarto. Lo tuvo a la vuelta de la esquina Salma, que pudo hacer el doblete tras una jugada preciosa, que acabó con Pajor asistiendo el extremo y esta definiendo por debajo de las piernas de Anneke Borbe. Sin embargo, la acción fue invalidada por fuera de juego. El conjunto de Pere Romeu se divertía ante un rival hecho añicos, que necesitaba atacar, pero si descuidaba a la defensa sabía que el Barça podría hacerle un destrozo ante su afición.
Las azulgranas, sin embargo, aflojaron un poco, también fruto del esfuerzo realizado durante todo el partido y de la relajación de sentirse tan superiores, y el Wolfsburg supo sacar algo de petróleo. En apenas la tercera aproximación en todo el partido de las locales y en el primer saque de esquina que tuvieron en casi 80 minutos, consiguieron acortar distancias. Janina Minge, demasiado sola en el segundo palo, dio un gran remate con la cabeza para acortar distancias. Hasta que entró un huracán: Sydney Schertenleib, que entró en los últimos minutos, metió el cuarto con una tuerca muy ajustada desde la frontal y, con otros dos disparos, debería incluso marcar un par de goles más. Era la primera vez que jugaba unos cuartos de la Champions. El Barça tiene presente y futuro.