Fútbol - UEFA Women's Champions League

Las claves de la derrota entre lágrimas del Barça en Lisboa

La derrota en la final de la Champions ante el Arsenal abre un proceso de análisis y reflexión al conjunto dirigido por Pere Romeu

Aitana Bonmatí llorando después del partido
25/05/2025
4 min

Enviado especial a Lisboa"Estoy muy jodida. No me lo creo. Pienso que tenemos que volver a empezar el partido y hacer las cosas diferentes... pero el fútbol es así. En el fondo, pienso que esto nos servirá para volver más fuertes y hacer las cosas diferentes", lamentaba Aitana Bonmatí después de que el Barça cayera derrotado en la final de la Champions. "Estos 90 minutos no definen lo que ha sido nuestra temporada. No hemos hecho un gran partido, pero la gente sabe que en una final esto puede pasar. La próxima temporada, estas jugadoras y yo como entrenador, lo volveremos a intentar", añadió el barcelonés, saliendo al paso de los rumores que podrían poner en duda su continuidad. Romeu es uno de los principales señalados de la derrota ante el Arsenal, pero no el único. A continuación, tres claves para entender la decepción azulgrana en Lisboa.

El planteamiento inicial del Arsenal, mejor

El conjunto londinense nada hizo en la final que no hubiera enseñado a lo largo del curso, más allá de ser esforzadamente intenso en la presión y con las ayudas defensivas. Así consiguieron, sobre todo, desactivar la salida de balón del Barça y anular el centro del campo azulgrana. Una de las respuestas del conjunto catalán fue intentar dar la espalda de la avanzada línea defensiva de las inglesas con pases largos en el espacio, pero no funcionó. Además, la escogida de inicio para acompañar a Pajor y Graham Hansen en la delantera fue Pina, que se había ganado la titularidad por méritos propios –ha sido la máxima goleadora de la competición (10 goles)–, pero a la que el guión del partido durante los primeros 45 minutos no acompañó. Para pellizcar la espalda de las rivales, Salma es más efectiva. Pina lo es más contra defensas cerradas.

Anulando la salida de balón de Paredes y Mapi y apretando bien el centro del campo –Aitana fue de las pocas que entró en acción en el primer tiempo–, el Arsenal fue superior durante la primera mitad. De hecho, las inglesas se adelantaron con un gol anulado por fuera de juego y Cata desvió un remate potente de Maanum desde la frontal. "No hemos encontrado la superioridad que necesitábamos en el juego y no nos hemos podido instalar en el campo rival. El Arsenal nos ha tapado muy bien el pase el giro de izquierda a derecha [en relación a la salida de balón desde Paredes] y eso ha hecho que nos costara más encontrar a Alexia y Graham", analizó Romeu. Mariona, por su parte, se encargaba de vigilar a Patri. "El centro del campo del Barça es el motor. Así que queríamos detenerlo. Era un gran reto por su calidad, inteligencia y habilidad. Creo que la toma de decisiones fue muy buena. Me encantó nuestra gestión del juego. Las jugadoras han hecho una actuación excepcional", valoró Renée Slegers, la prometedora entrenadora del Arsenal.

Las individualidades no funcionan

El fútbol es un deporte colectivo, pero en Lisboa el Barça encontró a algunas futbolistas contrastadas. Especialmente, Graham Hansen o Pajor. El extremo, a menudo decisiva en uno contra uno, no estuvo fina ni en el regate, ni en los centros, ni en sus diagonales habituales hacia la portería. Pajor, el fichaje más caro de toda la historia del femenino y que ansiaba ganar su primera final de la Champions, tampoco fue la amenaza que el Barça esperaba. Catley y, especialmente Williamson, decisiva en el corte, amargaron el partido al ariete polaca.

"Queríamos más posesión, más control. Nos costó generar la superioridad que queríamos conseguir. Creo que no supimos convertir en ocasiones claras los espacios que generamos en las bandas. Creo que los centros podrían haber sido mejores. Es algo que no hicimos del todo bien", dijo Romeu. El centro del campo azulgrana, como ya se ha mencionado, tampoco rindió al nivel esperado, especialmente por méritos del Arsenal.

Falta de capacidad de reacción

Donde Slegers ganó claramente la partida fue en la gestión de los cambios. La neerlandesa dio entrada a Blackstenius y Mead en el minuto 67 y fueron decisivas. La sueca fue la autora del gol del triunfo y fue designada como MVP de la final, mientras que la inglesa sirvió la asistencia. Ambas revitalizaron el Arsenal cuando peor estaba. Las inglesas, además, se adelantaron en una acción a balón parado, uno de los puntos débiles de las azulgranas. "El gol vino de una jugada a balón parado que no defendimos bien y ellas supieron convertir su ocasión. En situaciones así, el fútbol a veces te castiga", expone Aitana.

En cambio, las sustituciones en el Barça fueron estériles y sin ningún tipo de capacidad de reacción. Romeu no agotó ni arriesgó con los cambios: solo Salma por Pina (62') y Brugts por Rolfö (78'), que básicamente eran las dos únicas dudas que había en el once inicial, y el relevo obligado de Engen por Mapi (78'), lesionada. Una vez digerida la derrota, servirá al Barça para levantarse de nuevo como este equipo que ya ha demostrado sobradamente que es capaz de hacerlo.

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