El Erasmus obligado de Ona Batlle para triunfar en el Barça
La futbolista catalana conversa con el ARA después de ceder con el equipo azulgrana los primeros puntos del curso en la Liga F
BarcelonaDetrás de la figura de la futbolista Ona Batlle (10 de junio de 1999) hay una niña que cambió los patines por un balón de fútbol. Los inicios se remontan al patio de casa la abuela donde ella y su hermano pasaban el día dando toques con la pelota. De ahí, la ama por este deporte. Sin embargo, no fue hasta los seis años que les transmitió a sus padres el deseo de apuntarse a un club. Formada en las categorías inferiores del Vilassar de Mar, su ciudad natal, rodeada de chicos, en el Barça no tardaron en fijarse en ella y, posteriormente, la incorporaron a La Masia.
Sentados en la terraza del Hotel Pulitzer, Ona Batlle atiende al ARA un día después de que su equipo cediera los primeros puntos como local desde que juega en el Estadio Johan Cruyff. Hace poco más de seis meses que vuelve a vestir la camiseta del Barça después de un Erasmus de seis años que ha pasado por Madrid, Valencia y Manchester. El verano de Ona Batlle ha sido exquisito. Campeona del mundo con la selección española, la exdefensa del Manchester United regresó al club de su vida, donde se formó y tuvo que irse cuando tenía dieciocho años. Entonces, no tenía lugar en un primer equipo en el que ya destacaban futbolistas como Jennifer Hermoso y una joven Alexia Putellas, dos de las encargadas de relanzar el proyecto del Barça femenino.
Cuando llega la hora de hablar del Barça, le es imposible esconder la sonrisa en la cara. Su adaptación en el regreso a Barcelona ha sido inmediata e impoluta. En estos pocos meses ha vuelto a sentirse como en casa. Con un vestuario cercano y familiar todo es más fácil, asegura Ona. “Gran parte del vestuario ya le conocía. Es un equipo muy competitivo, todas queremos ganar cada acción, cada entrenamiento y cada partido. Este espíritu nos contagia unas a otras y nos hace mejores”, sentencia. En otra conversación con el ARA en 2020, justo cuando hizo las maletas hacia Manchester, ya elogiaba y entendía lo que significaba formar parte del Barça. Cuatro años después, ya vestida de azulgrana, el discurso sigue intacto.
Un tropiezo inesperado
Batlle aún tiene en mente el mal sabor de los dos puntos perdidos hace menos de 24 horas ante el Levante, uno de sus ex equipos. Pero dice que, con el paso de las horas, ha digerido el resultado y ya lo ve con unos ojos diferentes. “Al final a nadie le gusta dejarse puntos en casa. Sobre todo, después de tantos partidos consecutivos ganando. Tarde o temprano tenía que pasar y seguramente podemos extraer cosas positivas. Es necesario aprender de estas situaciones para evitarlas en un futuro”, analiza la futbolista catalana. De todas formas, el empate del Real Madrid en el derbi ante el Atlético de Madrid provoca que la distancia que el Barça tiene como líder de la Liga F siga siendo de nueve puntos.
Crítica y autoexigente consigo misma, de momento, sólo ha recibido elogios en su primera temporada en el primer equipo del Barça, en la que la relación con el entrenador es muy buena. “Jonatan [Giráldez] es un entrenador cercano. Me dice que defienda bien y que llegue a la línea de fondo y sea determinante en ataque", expone. Pero, en breve, tendrá que acostumbrarse a ser dirigida por otro técnico porque Giráldez hará las maletas este verano. "Su salida nos la comunicó a todas las jugadoras. Fue un momento muy emotivo y al final es su decisión y no queda más remedio que respetarla”, explica Batlle.
Antes de la llegada de otro entrenador, sin embargo, todavía tendrá que vivir otra situación nueva: el regreso a los terrenos de juego de Fridolina Rölfo, la propietaria del lateral izquierdo azulgrana la temporada anterior. "Me es indiferente jugar en la banda derecha o en la banda izquierda. Todavía no hemos hablado de dónde jugaré cuando vuelva Rolfö, igual ella pasa a una posición de ataque. No tengo ni idea. Es algo que Jona ya sabe cómo gestionar. Lo que tenga que pasar, va a pasar", dice.