La historia familiar tras el regreso de Laia Aleixandri al Barça

BarcelonaEl Barça ya trabaja para recuperar el trono de la Champions la próxima temporada y los primeros movimientos no han tardado en llegar. El primer fichaje era un secreto de dominio público: ocho años después, Laia Aleixandri vuelve a vestir de azulgrana. La defensora de 24 años de Santa Coloma de Gramanet, internacional con la selección española, llega como una central de garantías. Lo hace después de jugar cinco temporadas en el Atlético de Madrid –con el que ganó dos ligas– y tres en el Manchester City. Pese a haberse hecho suya la posición de central en el cuarto clasificado de la competición femenina más competitiva de Europa, Aleixandri ha esperado a agotar su contrato con las citizens para poder volver a casa.

La defensora, que también puede jugar de pívot o lateral, dejó en el 2017 el fútbol formativo azulgrana para buscar en el Atlético los minutos que, entonces, no tenía garantizados con el primer equipo del Barça. Un caso similar al de Ona Batlle, buena amiga suya, con la que compartieron piso durante un tiempo en Manchester, cuando una jugaba en el City y la otra en el United. Ahora vuelve para relevar a Ingrid Engen y para competir por un puesto en el once inicial, en el que la pareja de centrales titulares del curso lo han formado Irene Paredes y Mapi León. Convocada para jugar la Eurocopa, se casó el pasado fin de semana con Moisés Trillo, graduado en ciencias de la actividad física y del deporte por la Universidad Europea de Madrid y fundador de BePlayer (Team YouFirst), una de las agencias de cabecera del fútbol femenino.

El regreso de Laia Aleixandri al Barça es "la consecución de un sueño". Así lo valoran en el ARA Xavi, su padre, y Gemma, su hermana. En Manchester, el club les facilitaba los billetes para ir a verla una vez al mes y, cuando se marchó con 16 años al Atlético de Madrid, era más difícil ir a verla, especialmente el primer año, aunque la familia también intentaba ir a menudo. "Ahora ya sabemos que cada 15 días, como mínimo, podremos ir a verla a 30 minutos de casa. Además, vivirá cerca de nosotros", dice Xavi desde el domicilio familiar en Santa Coloma de Gramenet. Aleixandri dejó Barcelona cuando aún no era ni mayor de edad, atendiendo a la oferta de un Atlético donde pasó un primer año "muy complicado".

El camino de Laia Aleixandri lejos del Barça

Aquella primera temporada lejos de casa jugó poco y, además, sufrió una lesión en el radio de la mano derecha. "¡Tuvo que hacer la selectividad con la mano izquierda! –recuerda su padre–. Siempre le hemos dicho que los estudios son innegociables". Laia estudia marketing a distancia –para compaginarlo con la práctica del fútbol profesional– y Gemma, marketing, publicidad y relaciones públicas presencialmente en Barcelona. De pequeñas era habitual que ambas discutieran, pero Gemma, que tiene cuatro años menos, la echó mucho de menos cuando se marchó de casa y ella tenía 12 años. Ahora mantienen una excelente relación y hay un plan innegociable que a ambas les encanta compartir: ir a Port Aventura.

Toda la familia celebra su regreso al Barça. "En casa somos culés y siempre se ha seguido al Barça", explica Xavi. Tanto Laia como Gemma son socias del Barça casi desde el mismo día que nacieron porque su tía Mireia les hizo el carnet del club que aman. El deporte también es habitual en casa: Gemma, como hizo su padre, juega a baloncesto –en el CB Prat– y Laia empezó a jugar a fútbol desde pequeña. Mientras Gemma prefería jugar a otras cosas, Laia siempre quería tener un balón cerca. De hecho, con tres años fue con su padre al Camp Nou por primera vez: "¡Se enamoró pronto y pasamos a ir más a menudo al estadio. También recuerdo que me dijo que en el fútbol se llamaban muchas palabrotas!"

Los primeros pasos en Santa Coloma

De chutar el balón a la plaza pasaría, con seis años, a jugar en su primer equipo, el Arrabal-Calaf de Santa Coloma. El entrenador, Toni Carmona, era uno de los padres de la escuela a la que iba Laia. Era la única niña del equipo. Dos temporadas después llegaría la llamada del Sant Gabriel, cuando un vistaire acudió para ver a un compañero de equipo y pidió a Xavi, casualidades del destino, quien era aquella chica que llevaba el número seis. "Es mi hija", respondió.

En el Sant Gabriel, donde alternó la posición de central con la de mediocentro, jugó en las máximas categorías. También fue llamada en breve por las categorías inferiores de la selección catalana. "Aquí es cuando vi que la cosa empezaba a ir en serio", recuerda Gemma. Estuvo de los 8 a los 12 años, hasta que un entrenador decidió que no veía a una chica jugando en su equipo. "No le guardamos ningún rencor. Nosotros estábamos bien en el Sant Gabriel, pero también existía la opción de ir al Barça y al Espanyol", explica Xavi.

En la cantera azulgrana estuvo cuatro años (de los 12 a los 16), hasta que dio el salto al Atlético para buscar minutos al máximo nivel. Después llegaría el interés del City, donde fue referente de la defensa y lució en bastantes ocasiones el brazalete de capitana, especialmente esta temporada, tras la lesión de la experimentada Alex Greenwood. También es titular con la selección española.

"No puedo ser imparcial, pero creo que con Laia el Barça ficha una central muy técnica, con muy buena salida con los dos pies y con gran capacidad para filtrar pases interiores; que anticipa y se posiciona muy bien y con un gran juego aéreo. Si en algo creo que puede mejorar es en el desplazamiento cruzado en largo", explica un padre orgulloso. El sueño de esa niña que en una ficha del colegio escribió que de mayor quería ser futbolista o dibujante continuará en casa, en el Barça, en su Barça.