Hoy hablamos de
Barça

El Barça se deja dos puntos en el Villamarín en una segunda mitad nefasta

Los paros de Iñaki Peña y la magia de Lamine Yamal son insuficientes contra un Betis hiperactivo

Lewandowski y Bartra, durante el Betis-Barça
07/12/2024
3 min
Regala este articulo

En líneas generales, los grandes equipos ganan porque tienen buenos jugadores y juegan mejor que el resto. A veces no hace falta jugar bien, las individualidades son suficientes para sumar tres puntos en jornadas comprometidas. Pero el Barça no forma parte de ese colectivo. O el juego es impecable o el partido no se gana. Ya hemos visto muchas muestras esta temporada. La última, en el campo del Betis, donde acabó sumando sólo un punto por culpa de un gol local en el descuento. Dos puntos más que escapan, y ya van 13 en la Liga. Por el momento es líder provisional, pero con esta tendencia la temporada se le hará muy larga.

De alguna manera, se puede decir que el Barça ha vuelto a tropezar con la misma piedra. Y esta vez no se pueden echar las culpas a las rotaciones exageradas de Hansi Flick. Porque contra el Betis rotaciones no hubo ninguna de entrada, precisamente. Pero al equipo le faltó pausa, precisión y control. Tuvo mayor posesión en la primera parte, aunque le faltó vocación ofensiva. Todo lo contrario en la reanudación, en la que fue a remolque, incapaz de tener el esférico ni de encadenar cuatro pases seguidas. Los cambios del entrenador, más pensados ​​desde Excel que desde la pizarra, tampoco ayudaron mucho.

Flick, expulsado por protestar el penalti sobre Vitor Roque

Flick vio la primera tarjeta como entrenador del Barça. Y de color rojo. El alemán se fue a la calle para protestar el penalti que el VAR pitó contra los azulgranas. Una cabalgata de Vitor Roque en la que De Jong, que había salido en el segundo tiempo, le pisa por detrás y el empuje. El árbitro no lo vio en primera instancia, pero sí lo vio el VAR. Parece claro, pese a la desaprobación de Flick. El Betis no perdonó y Lo Celso superó a Iñaki Peña, que pese a adivinar la trayectoria no logró desviar el tiro. Era el empate, en el minuto 68. Un gol que no hacía prever nada bueno desde la óptica culé.

El entrenador decía en la previa que debía tenerse el balón, que debía tenerse paciencia. Pero los primeros minutos de partido del Barça fueron bastante malos. Casadó sacó bajo la línea un remate de Llorente y porque Iñaki Peña salvó un contra uno con Abde. El guardameta, cuestionado, se ganó el salario con paros fantásticos. Algunas imposibles, como la mano que servía para evitar que un remate del Chimy Ávila terminara en el fondo de la red. Hizo un buen partido, pero no es todopoderoso, y no pudo hacer nada en la acción del gol ni en el remate. cruzada de Diao en el minuto 94.

Entre el arrebato inicial del Betis y la efervescencia local de la segunda parte se vieron los minutos más presentables del Barça. Efectivamente, del 10 al 45, los azulgranas hicieron un señor partido, jugando con la cabeza. éste centró desde la línea de fondo. Ahora bien, a pesar de estos buenos minutos, el Barça no era el Barça de octubre. cansados ​​físicamente o saturados mentalmente. El caso es que al equipo le falta ser más preciso en el pase y necesita un punto de velocidad en la combinación. reanudación sí.

El Barça se deshace en una segunda parte para olvidar

Betis salió con una marcha más. Es lógico: no tenía más remedio que intentar hacer en la segunda parte lo mismo que le funcionó en el inicio de la primera. Pero esta vez el Barça no respondió. Los locales atacaron y atacaron e hicieron méritos para marcar mucho antes del penalti. Al cabo de una hora de partido empezaron los cambios azulgranas. Se marcharon Lewandowski, Raphinha, Olmo y Pedri. De los atacantes, sólo resistió Lamine Yamal, que se cargó al equipo en la espalda y comandó el juego del equipo a partir del minuto 75. Suya fue la asistencia del 1-2, que fue hacer Ferran, invalidado primero por el asistente pero concedido finalmente por el VAR. Quedaban cinco minutos más el descuento y Lamine se dirigió a todos sus compañeros para pedirles ningún frío y bola a los pies. No le hicieron caso. El duelo se acabó decidiendo en la ruleta rusa y resultó que el Betis tenía una bala en la recámara.

stats