El Barça hará un último intento por renovar a Dembélé

BarcelonaQue sea difícil no quiere decir que sea imposible. Y, por extraño que parezca, todavía hay opciones de que Ousmane Dembélé continúe en el Barça más allá del 30 de junio. El extremo acaba contrato y casi todo el mundo da por hecho que hará las maletas. Es más, según ha insinuado su agente al club, ya tiene un preacuerdo con otro equipo, supuestamente de la Premier League. Pero aquí nadie ha visto ningún papel firmado ni ha salido ninguna entidad anunciando que contará con el futbolista a partir del próximo curso. Por eso todavía hay una brizna de esperanza y en los despachos del Camp Nou esperarán hasta final de temporada para hacer un último intento para quedarse con el futbolista. "Conoce nuestra propuesta y siempre hemos querido que se quede. Esperamos que al final de temporada recapacite", decía el presidente Joan Laporta este lunes en el MWC.

El paso de Dembélé por el Barça ha sido, y continúa siendo, como una montaña rusa. Acusado reiteradamente de indisciplinado, apenas ha podido jugar el 50% de los partidos durante estos casi cinco años, básicamente por las lesiones. Fue un fichaje a precio de oro (en 2017 se pagaron 105 millones más variables al Borussia Dortmund, y se convirtió en la contratación más cara hasta entonces del club) y con una ficha altísima, que ronda los 20 millones. Un futbolista que no se había acabado de adaptar en el Camp Nou y a quien se le buscaba una salida, tanto el verano pasado como en este mercado de invierno. Apartado temporalmente del equipo durante enero, Dembélé se negó a marcharse, a pesar de que el Barça le ofreció la posibilidad de jugar cedido los últimos seis meses de contrato. Al final, a pesar de que la cúpula deportiva –sobre todo el director de fútbol, Mateu Alemany– se oponía, el entrenador le levantó el castigo. Y el domingo, contra el Athletic Club, hizo una de las actuaciones más determinantes que se le recuerdan: un gol vital y dos asistencias en los 25 minutos escasos que disputó.

Dembélé viaja a París

Ousmane Dembélé ha aprovechado los tres días de fiesta que ha dado Xavi a la plantilla para irse a París. Es habitual que el extremo se vaya a su país de origen cuando tiene jornadas de descanso, pero su presencia en la ciudad del PSG ha alimentado todo tipo de rumores, teniendo en cuenta el contexto actual. "No ha habido más contactos, ni con él ni con su agente, desde enero. La situación está parada", explican desde el palco. Laporta, que dijo públicamente que Dembélé lo había "decepcionado" como futbolista, era partidario hasta hace unos días de romper la baraja. Pero Xavi Hernández, que llegó al Barça a principios de noviembre, se deshizo en elogios hacia el extremo . Un discurso que continúa manteniendo. "Ya dije que, bien trabajado, podía ser el mejor del mundo en su posición", decía el domingo después del triunfo contra el conjunto vasco.

Xavi ha reiterado, en varias comparecencias de prensa, que la actitud de Dembélé en los entrenamientos es "muy buena". En el vestuario corroboran su versión, y también aseguran que, si dependiera del técnico, el extremo jugaría más temporadas en el Camp Nou. "Todo lo que rodea a Dembélé es imprevisible. Es evidente que está mal asesorado", dice una de las fuentes consultadas, cercana a Xavi. Han cambiado las rutinas de entrenamiento, los ejercicios y los roles. El Barça está empezando a coger la forma que quiere el nuevo inquilino del banquillo y Dembélé ha demostrado, con partidos como este último, que podría tener un papel destacado en el Barça del futuro. Incluso el Camp Nou, inicialmente hostil con el jugador, cambió los silbatos por aplausos.

Ahora bien, desde los despachos nobles se vive la situación con un punto más de frialdad. La cúpula deportiva reconoce el "cambio" de Dembélé en el juego, pero también recuerdan que es un jugador "intermitente" y que sus buenas actuaciones "no han tenido continuidad". Dicho de otro modo, que temen que después del buen partido de domingo tengan que pasar cuatro o cinco para que vuelva a marcar las diferencias. Por eso el Barça ha optado por ser lo máximo de prudente posible. "El fútbol da muchas vueltas. Ya veremos qué pasa. Si la evolución es buena, ya nos sentaremos a hablar. A pesar de que, seguramente, ya es tarde", explican fuentes conocedoras del caso.

Las peticiones de Dembélé son inabarcables para el Barça

El club retiró la oferta de renovación el 20 de diciembre y desde entonces se había negociado, en vano, con una salida del futbolista. Pero desde enero que no ha habido ningún encuentro entre el Barça y Moussa Sissoko, el agente de Dembélé. El representante pedía 40 millones brutos anuales y una prima de renovación de 40 millones adicionales. Unas cifras que en el Camp Nou son desproporcionadas. "Ni el club está en disposición de pagar esto ni consideramos que merezca este salario", apuntan desde los despachos. Si Dembélé acepta negociar para renovar, las cantidades que le propondría el Barça serían claramente a la baja. No parece, por lo tanto, que el jugador lo acepte. Salvo que aquel preacuerdo que Sissoko ha asegurado que tiene sea en realidad papel mojado. Como insisten en el Camp Nou: "En el fútbol, hasta el último minuto, todo es posible".