El Barça en Montjuïc

La cara y la cruz de la llegada del Barça a Montjuïc

La presencia del club azulgrana en el Estadi Olímpic Lluís Companys ha alterado el ecosistema habitual del barrio del Poble-sec

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El Bar Les Cascades es uno de los establecimientos que más se ven favorecidos por la presencia del Barça en Montjuïc.

BarcelonaLa sequía impide uno de los rituales de la Barcelona turística Las fuentes ornamentales de la ciudad han dejado de funcionar por mandato de la Generalitat, también las de la Fuente Mágica de Montjuïc, las cuales atraían cada noche a cientos de visitantes ilusionados por ver el espectáculo de luz y agua. "Suerte que el Barça ha venido a jugar aquí, eso nos ha salvado. Porque desde que no funcionan las fuentes este lugar estaba muerto a partir de media tarde y el alquiler es muy caro", explica a ARA Manel, el responsable del Bar Les Cascades, situado en el paseo Jean Forestier, justo antes del último tramo de escaleras que llevan al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). Manel asegura que la suspensión temporal de las fuentes –que empezó a finales de febrero– ha provocado "que sigan sin estar en funcionamiento" los bares que había un poco más abajo, en la plaza Carles Buïgas. Los cuatro tienen la persiana bajada.

Desde agosto, estas escalas forman parte de la ruta para llegar a los partidos del Barça en el Estadi Olímpic Lluís Companys, donde juega el primer equipo de fútbol culé mientras se remodela el Camp Nou. Miles de personas pasan antes y después de los partidos debido a que el público no tiene permitido el exceso en coche privado hasta el estadio. "Las ventas de un día de partido se incrementan entre un 20 y un 30% respecto a un día normal. Y si el partido coincide con un concierto -como ocurrió el 29 de septiembre con el de Joaquín Sabina y el Barça-Sevilla–, el aumento sube hasta el 35%", asegura Manel refiriéndose a los números de su establecimiento.

Todo ello, sumado a los conciertos multitudinarios que ha habido en el Estadi Olímpic esta primavera y verano –de Coldplay a Harry Styles, pasando por Bruce Springsteen–, actualmente le permite tener contratadas a 13 personas. "La terraza suele estar llena, pero la mayoría de la gente los días de partido pide para llevar: cervezas, bocadillos y patatas bravas, que es una de nuestras especialidades", explica, orgulloso, Manel.

La pastelería Gea The Healthy Bakery, en la calle Lleida, no ha notado un incremento de sus ventas.

En cambio, no han notado tanto la llegada del Barça a los establecimientos que están en una ruta hacia el estadio más paralela, la de la calle Lleida, en pleno Poble-sec. "Veo pasar a mucha gente de camino al estadio, pero eso no me ha comportado un incremento de las ventas", dice Gea, la responsable de Gea The Healthy Bakery. Su especialidad son los dulces, entre los que destacan los donuts rellenos. "No vendo cerveza", dice consciente de que esto le perjudica a la hora de ser un reclamo para los seguidores un día de partido. Pero no descarta hacer bocadillos cuando juegue el Barça.

El Barça - Real Madrid, la prueba de fuego

"Llevo 40 años con este negocio y sigo viviendo de las comidas que hago al mediodía para los trabajadores que vienen a las ferias, porque sólo con el consumo de los vecinos no nos da para vivir", informa Mercedes, la responsable de un restaurante que no podía haber escogido un mejor nombre para su historia: Ferial. De hecho, pese a la presencia del Barça, de momento ha decidido seguir cerrando a media tarde. Pero tiene depositadas esperanzas de cara al Barça - Real Madrid que se jugará el 28 de octubre a las 16.15 h –ante el Alavés, el 12 de noviembre, el equipo azulgrana también competirá a esa hora–. "Espero que entonces algunos aficionados vengan a comer aquí", desea.

El restaurante Ferial lleva 40 años abierto.

Otros establecimientos de restauración de la calle Lleida, como O Barco o El Manjar de las Brasas, sí incrementan su facturación gracias a la llegada masiva al Poble Sec de aficionados que se dirigen al estadio. También es un núcleo de concentración de seguidores la plaza de Santa Madrona, aunque los responsables del Carrefour Express de la esquina consideran que sus ventas se han incrementado muy poco –y se basan en cerveza y comida preparada– gracias al Barça. Cerca de allí, en la parada de taxis situada frente al Hotel Intercontinental, varios taxistas conversan entre ellos mientras esperan que se les gire trabajo. "Es más fácil trabajar en un partido del Barça en Montjuïc que en Les Corts", asegura uno de ellos. "Aquí, sin vehículos privados, puedes entrar y salir –los taxis sí tienen permiso para llegar hasta delante del estadio– rápidamente. En cambio, en el Camp Nou tardabas 20 minutos en entrar y 20 más en salir", añade.

Poca afectación en el conjunto del barrio

"En general, la llegada del Barça a Montjuïc no ha afectado al comercio del Poble-sec. Ni para bien ni para mal", informa Manel Tort, presidente de la Asociación de Comerciantes Poble-sec y Paral·lel. "Pero la restauración en concreto, en algunos casos y en algunas horas, sale ganando", matiza. Esta asociación, junto con otras del barrio, se queja de que, desde marzo, quieren una reunión con la vicepresidenta institucional del Barça, Maria Elena Fort, con la intención de trabajar conjuntamente con el club su presencia temporal en la zona, y siete meses después, todavía no han recibido respuesta.

Seguidores ensangrentados

El peor momento para los comerciantes del Poble-sec en los dos meses que llevan conviviendo con el Barça tuvo lugar durante la previa del partido de la primera jornada de la fase de grupos de la Champions League ante el Amberes del 19 de septiembre . Un millar de aficionados belgas pasaron por la calle Lleida y allí hubo lanzamiento de objetos y enfrentamientos con seguidores culés y Mossos d'Esquadra que acabaron con seis agentes heridos. "De repente, entraron en la farmacia unos siete u ocho aficionados belgas ensangrentados y ebrios pidiendo que los curamos", explica Antonio, uno de los responsables de la Farmacia Aranzana. "Les dijimos que llamaran a la policía, pero ellos nos respondieron que precisamente era la policía quien les había herido. Entonces, les recomendamos que llamaran a una ambulancia porque nosotros no podíamos hacer nada", sigue explicando.

Tras estos incidentes, las asociaciones del barrio pidieron al Ayuntamiento y al Barça implicación para evitar que hechos como éstos vuelvan a ocurrir. Según ha podido saber el ARA, se está trabajando para que durante las previas de los partidos europeos haya una fan zone en el Anillo Olímpico –una propuesta de los vecinos– que permita que los seguidores visitantes estén en una zona controlada y alejada de los núcleos urbanos. El próximo partido de Champions League del Barça como local será el 25 de octubre ante el Shakhtar Donetsk ucraniano.

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