Barça

Las denuncias internas de los trabajadores: otro calvario para el Barça

El club azulgrana cuadruplica las que suele haber en una empresa de su magnitud

BarcelonaEl Barça ha registrado más de 100 denuncias internas en los últimos cinco años, bajo la presidencia de Josep Maria Bartomeu. Preguntada por el ARA, la World Compliance Association (WCA) informa de que la media de denuncias de este tipo en una empresa del tamaño del club azulgrana es de menos de cinco cada año. La cifra choca con la realidad del Barça, donde se registran unas 20 denuncias anuales.

“En el Barça hay más denuncias internas de las que hay en empresas del mismo tamaño [casi 1.500 trabajadores]”, apunta una persona que vivió de bien cerca algunas. “Cada año ha habido decenas”, añade. Tan solo Noelia Romero, que estuvo en el Barça de febrero del 2019 a julio del 2020 como compliance officer, reconoció haber analizado una veintena en su juicio contra el club azulgrana, que acabó con la sentencia de despido improcedente. A estas denuncias se tienen que sumar las recibidas por su predecesora en el cargo, Sabine Paquer (entró en 2016, cuando se creó esta plaza en el club), y por sus sucesores, primero Mireia Simona y ahora Xavi Mas. Entre todos han registrado el centenar de denuncias, según aseguran fuentes internas del Barça.

A través de una veintena de testimonios, la mayoría anónimos para evitar represalias –ex trabajadores y trabajadores actuales de la entidad–, el ARA se sumerge en una problemática que todavía hoy sacude el día a día de muchos departamentos del Barça. “En este club se han utilizado personas como cabezas de turco para tapar la porquería de los demás. Se ha tapado mucha y al final ha estallado. No es casualidad la realidad que atraviesa el club hoy en día”, introduce una de las fuentes con quienes ha conversado este diario para el reportaje. 

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Los relatos tejen una crónica de fugas y renuncias como consecuencia del corporativismo y de los "amiguismos" que ha habido en la institución. “El ambiente del club está lleno de gente que quiere marchar, de trabajadores deprimidos, de bajas laborales… Hay mucha presión, una moral de derrota, es una pendiente que cada vez es más inclinada”, explicaba poco antes de las elecciones del 7 de marzo un trabajador que continúa teniendo un cargo relevante al Barça. Más de medio año después, la misma fuente dice que “la situación no ha cambiado mucho” desde que Joan Laporta gobierna la junta. “Hay ciertas dinámicas y formas de liderazgo tóxicas entre los trabajadores que siguen”, remacha.

Estas "dinámicas" derivan en denuncias que se pueden activar por dos vías. La más habitual –y amparada legalmente– es el área de compliance, creada en el Barça en 2016, que implica poner en marcha un protocolo que obliga a esta figura a investigar y emitir un dictamen. La otra forma de denunciar es ir al departamento de recursos humanos, que, a diferencia de compliance, no tiene imperativo legal y puede dejar sin recorrido la denuncia si lo estima oportuno. Este área estuvo dirigida durante la última parte del mandato de Bartomeu por Gemma Biosca, que después de la victoria de Laporta fue sustituida por Carles Cendrós, precisamente quien había ocupado este cargo entre el 2016 y el 2019.

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“Hay muchas personas que cuando las despiden quieren dejar constancia en compliance que no las echan por remolonear, sino porque supuestamente se lo habían hecho pasar mal. Y así ya consta en acta. Por otro lado, solo se tiene que ver la cantidad de personas que entran y salen cuando hay un cambio de gobierno. En una empresa normal si denuncias y se demuestra que es falso te vas a la calle. En el Barça, en cambio, no pasa nada”, explica un ex trabajador que tuvo altos cargos. En compliance, sin embargo, afirman que no se ha detectado ninguna denuncia falsa. También dicen que muchas denuncias internas salieron después del Barçagate.

Las fuentes consultadas coinciden en que cuando un trabajador entra en el club, sobre todo si es aficionado del Barça, lo hace con la ilusión de estar cumpliendo el sueño de su vida, pero que poco a poco aquello que imaginaba como idílico se va convirtiendo en un campo de minas. “Llegan con mucha ilusión y por eso están dispuestos a dedicar muchas horas de trabajo, pero empiezan a encontrarse con negativas continuas respecto a las cosas que proponen, se inician los problemas con su jefe de departamento, se acomodan al corporativismo para salvar el culo, se desmotivan y se van”, relata un ex trabajador del departamento de desarrollo de negocio. “O peor todavía –añade–: se quedan en la entidad adaptados a esta actitud corporativista”. Otro ex trabajador del Barça, del departamento de comunicación, se expresa de manera parecida: “La cuestión es si entras en la rueda de corruptelas e intereses particulares. Si no lo haces, o bien te vas o bien te apartan a una esquina para que no molestes”.

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¿Cuáles son los departamentos más afectados?

Los departamentos que más procedimientos han afrontado en el último lustro han sido el comercial, el de marketing, el de presidencia, el legal, el de protocolo y el del Espai Barça –el mismo Laporta dijo que la due diligence había detectado que en este área se habían vulnerado los controles internos de una forma similar a la que se hizo en el caso Barçagate.

Además, el ARA ha podido saber que algunas de las personas denunciadas internamente han sido Román Gómez-Ponti, ex director del área jurídica, investigado por el Barçagate y que, entre otros, recibió una denuncia del ex jugador de la sección de baloncesto Ante Tomic; Xavier Asensi, ex director comercial; William T. Mannarelli, ex director de patrimonio y del Espai Barça; y Carles Folguera, ex director de La Masía, a quien el Barça echó hace pocos días. Por otro lado, Ricard Pruna, ex médico del primer equipo, que ahora está de actualidad porque Xavi Hernández lo quiere recuperar, también denunció por acoso laboral a su jefe, Ramon Canal. En aquel momento, sin embargo, el área de compliance, liderada por Noelia Romero, estaba suspendida por el Barçagate. Por eso el procedimiento no tuvo recorrido y Pruna, el septiembre del 2020, se marchó voluntariamente después de 25 años en el Barça.

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El Espai Barça

Una de las áreas más conflictivas del club durante los últimos años ha sido la de la Espai Barça, liderada por Mannarelli hasta la llegada de Joan Laporta. La situación entre los trabajadores de este departamento es "bastante estresante", según una persona que la vivió de bien cerca: “Hay mucha presión, un trabajador ha estado de baja por depresión, otro está con dolencias… Y es gente con prestigio, no novatos”. Otro de los trabajadores se marchó por una cuestión ética: “No me gustaba lo que pasaba allí, no comprendía por qué se hacían las cosas de una determinada manera. No callé y, debido a ello, tuve enfrentamientos directos con Mannarelli, que me hizo bullying y me faltó al respeto públicamente por haber mostrado desacuerdo con los números del proyecto”, dice. El ARA ha tenido constancia otros casos, como el de un trabajador que actualmente está de baja "a causa de las presiones recibidas" y el de otro que denunció falta de transparencia en los gastos.

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Motín en el área de presidencia

Por otro lado, Jaume Masferrer, mano derecha de Bartomeu e investigado por posible administración desleal y corrupción entre particulares en el caso Barçagate, tuvo un motín del 100% de los trabajadores de su departamento, el de presidencia, que se negaron a seguir trabajando con él. Al final consiguieron que no tuviera nadie a su cargo. Justo es decir que la primera decisión del presidente de la comisión gestora, Carles Tusquets, una vez dimitió Bartomeu, fue prescindir de Masferrer, una medida que fue recibida muy positivamente por el comité de empresa, que en aquel momento negociaba con la entidad un aplazamiento salarial para hacer frente a los efectos del covid.

En recursos humanos del Barça hay constancia de que Masferrer asedió laboralmente a varias personas de su departamento, un hecho que se reafirma desde compliance, pero nunca se le abrió un expediente disciplinario porque reaccionaba a los avisos que recibía.

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Mal ambiente en el área comercial

Del área comercial se fueron –y fueron despedidos– muchos empleados durante el mandato Bartomeu, cuando estuvo dirigida por Xavier Asensi (2018-2021), que dejó el Barça de manera voluntaria en enero de este 2021 y recientemente ha fichado por el Inter de Miami como director de negocios. Varias fuentes explican que durante su paso por el club, Asensi tenía "un liderazgo abusivo". En concreto hablan de un trato "prepotente" con los patrocinadores y de "faltas de respeto graves" a los trabajadores, que provocaron que el ambiente en el área comercial fuera "irrespirable". Todo ello le comportó dos denuncias por acoso laboral y una por despido improcedente. Las dos primeras acabaron archivándose a favor del diálogo entre las partes.

“Hizo la vida imposible a algunos trabajadores, a los cuales maltrató y despreció. En la oficina de Hong Kong, que también dirigió, los hongkoneses estaban acostumbrados a este tipo de trato, pero los extranjeros no”, dice un empleado con décadas en el club. “Hay un antes y un después en el departamento comercial con la llegada de Asensi. A partir de entonces disminuyó la calidad del trabajo de equipo. Es una persona que ha destrozado las relaciones y el ambiente dentro del club”, explica otro trabajador que lo tuvo como responsable.

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El ARA ha hablado con Asensi, y a pesar de que admite que exigió "mucho" a sus equipos porque considera que es “lo que se merece el Barça”, asegura que siempre lo hizo “con respeto”. Además, explica que él no ha visto nunca las denuncias, pero sospecha que en una de ellas “el objetivo que había detrás de la denuncia de la persona que había despedido por motivos procedentes era ganar más dinero”. 

Más tarde se celebró un juicio rápido por este caso, que ganó el Barça porque el afectado no presentó la documentación a tiempo. El denunciante lo justifica diciendo que nadie de recursos humanos le avisó de que tenía que llevar esa documentación en un caso como el suyo. Dentro del departamento comercial también hubo denuncias internas por parte de integrantes de la oficina del club en Nueva York.

Machismo en BLM

Un caso que llama la atención entre las denuncias internas de los últimos años es el de Rubén Benseny, mano derecha del entonces director de Barça Licensing & Merchandising (BLM, una sociedad independiente del club que se dedica a la venta al por menor), Joan Carles Raventós. Según las declaraciones al comité de empresa de una decena de trabajadores de BLM, que previamente ya lo habían denunciado por escrito, hubo acoso laboral y maltrato moral continuo a los empleados y comentarios despectivos y sexistas recurrentes.

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Cuando en BLM se dieron cuenta de la trascendencia del problema con Benseny buscaron ayuda en el comité de empresa del Barça, que lo puso en conocimiento de compliance al darse cuenta de la gravedad de los hechos. En 24 horas se hizo una investigación sobre el caso y al cabo de 48 horas, con la bendición de Raventós, se realizó un despido disciplinario por falta muy grave. 

Pero Benseny no estuvo de acuerdo con la medida y denunció laboralmente al club y penalmente a los trabajadores que lo habían acusado, además de pedir una gran cantidad de dinero como indemnización. Finalmente, antes del juicio laboral que se tenía que celebrar en septiembre del 2021 –en el cual una decena de trabajadores estaban dispuestos a declarar como testigo–, hubo un pacto. Benseny retiró las denuncias a cambio de que se le indemnizara simbólicamente. Según la entidad, esta fue la mejor solución “para liberar a las personas afectadas y al club". El acuerdo sirvió para ahorrarse dinero y evitar un procedimiento judicial muy largo. Consultado por el ARA, Benseny manifiesta que es falso que importunara a ningún trabajador o trabajadora. También niega haber recibido denuncias internas.