Flick revisita un problema de lujo de Xavi y Tata Martino
Sin Pedri, el juego del equipo azulgrana ante el Elche fue más bien reactivo
BarcelonaEl Barça-Elx de este domingo era el primer partido sin Pedri González López. Una lesión en el muslo obligará el canario a detenerse hasta diciembre y, en consecuencia, el conjunto de Hansi Flick a reinventarse. A diferencia de Ronald Koeman y Xavi Hernández, el entrenador alemán siempre había tenido a disposición al centrocampista más influyente de la Liga, el líder en intervenciones, en pases realizados, en pases exitosos y el segundo (sólo superado por Luis Milla, del Getafe) en recuperaciones de balón. En la primera prueba sin él, Flick ubicó a Marc Casadó en la base y Frenkie de Jong, que normalmente es quien ocupa esta posición más atrasada, adelantó unos metros su posición para tratar de llenar el agujero. El jugador neerlandés, según admitió el técnico visitante, Eder Sarabia, fue uno de los elementos más desequilibrantes. "Sabe perfectamente dónde hacer daño. Es lo que nos ha desestabilizado en la primera parte", manifestó. el exayudante de Quique Setién en el Barça.
Pese al paso adelante de De Jong, el barcelonismo volvió a comprobar que un partido sin Pedri no es lo mismo que un partido con él. Durante muchos tramos, el equipo se acostumbró a perseguir el balón en vez de controlarlo y, cuando lo tuvo, fue menos preciso a la hora de gestionarlo. Durante los 90 minutos contra el Elche, el Barça dio 203 pases menos y fue un 6% menos esmerado en las entregas con relación al clásico del 26 de octubre. Como resultado de esa puesta en escena más vertical –los tres goles de Lamine Yamal, Ferran Torres y Marcus Rashford llegaron en transición–, los azulgranas perdieron la posesión del balón en el cómputo global del encuentro, con un 49% sobre el 51% del Elche, que en algunos momentos se instaló en la campiña y se instaló en la campiña en el campo portería de Wojciech Szczesny, con la suerte de que sólo un intento besó la red y dos se estrellaron en el palo. Es la primera vez que el Barça de Flick pierde su posesión en un partido de Liga y la segunda en todas las competiciones. Sólo el Bayern de Múnic, hace un año en la Champions, dominó a los culés en este sentido (42-57%) en un duelo que Raphinha decidió con un hat-trick espectacular.
"Es un dato que no dice mucho, pero sí da la idea de que hemos sido proactivos", destacó Sarabia en la rueda de prensa pospartido de este domingo, que puede marcar un punto de partida en cuanto al Barça que se verá sin Pedri. La última vez que los azulgranas perdieron la posesión en un enfrentamiento liguero fue también durante una ausencia parcial del de Tegueste. Salía de una lesión y entró en el césped en el minuto 57 de un Real Sociedad - Barça en el que les txuri-urdin tuvieron el balón durante más rato (51-49%). El duelo, disputado hace exactamente dos años, se resolvió con un triunfo azulgrana agónico en el tiempo añadido (0-1) con gol de Araujo, que remató en posición de ariete un gran pase de İlkay Gündoğan. Con Xavi en el banquillo culé, el Barça también ganó un clásico de Copa en el Bernabéu con idéntico resultado y una posesión aún más desfavorable. Sin Pedri a la alineación de ese duelo, los catalanes se impusieron con un gol de Militao en propia portería y sólo el 35% del balón en su poder.
La "crisis semanal" de Gerardo Martino
En todos los precedentes citados hasta el momento, la pérdida de la posesión se compensó con el marcador, convirtiéndose así un síntoma de equipo sometido y descontrolado en un problema de lujo que el barcelonismo se ha acostumbrado a revisitar de vez en cuando y que ha aprendido a relativizar. Sin embargo, hace más de una década, con el recuerdo del juego de posición sublimado por Pep Guardiola y Tito Vilanova mucho más reciente, que el Barça tuviera menos posesión que el rival en un partido oficial rondaba mucho más el sacrilegio. Bien lo comprobó el relevo del ampurdanés en el banquillo, Gerardo Tata Martino, que tras una goleada a favor en Vallecas (0-4) se sorprendió con la voracidad de las críticas porque su equipo tuvo menos el balón que el Rayo de Paco Jémez. Era la primera vez que ocurría en cinco años y días después el técnico argentino lamentó la "necesidad" del entorno culé de crear "una crisis semanal" frente a cualquier contexto, fuera en la victoria o en la derrota. Martino plegaría al final de una temporada sin títulos.