Gangas y saldos en Can Barça

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Aubameyang celebra el 2-0 definitivo del Arsenal contra el Manchester United

Pierre-Emerick Aubameyang como síntoma de lo que es el Barça actualmente. El club azulgrana sigue sobreviviendo a base de parches, chollos y segundas oportunidades. El nivel de devastación del Barça es tan grande que las operaciones inverosímiles se han convertido en un habitual. Y ya no por las horas intempestives y los giros inesperados de guion, sino por el tipo de futbolista al que se ha acostumbrado a fichar.

Antes de que Mateu Alemany agotara las opciones de mejorar la plantilla con los saldos que deja el mercado, la entidad catalana había fichado a 26 futbolistas en 4 años. La mitad parches, jugadores que vienen a intentar tapar las vergüenzas de la política deportiva errática y equivocada de la anterior junta y los problemas económicos derivados. El Barça se ha acostumbrado a intentar tapar agujeros y no construir proyecto. Y cada vez con menos dinero en la caja, optando por soluciones de emergencia si se mira desde el punto de vista del talento.

De entre los 26 jugadores incorporados en 4 años, solo cuatro podrían considerarse titulares. Este es el drama. En cuatro años el Barça solo ha podido sumar cuatro jugadores que podrían competir para formar parte del once inicial. En este mismo periodo, en cambio, el plantel no ha cesado de sumar futbolistas para el primer equipo. La Masia al rescate, a pesar de que muchas veces el jugador foráneo ha pasado por delante. Ahora mismo, Xavi cuenta con 7 o 8 jugadores que han pasado por el B y que son habituales de las convocatorias. Y tres o cuatro –si las lesiones lo permiten– se podrían considerar titulares. Datos para poner contexto y remarcar que, a pesar de que no todo lo que sale del plantel funciona –Mingueza como ejemplo–, demasiadas veces se busca fuera sin sentido.

Alemany y Laporta han hecho lo que han podido este mercado. El equipo ha mejorado, pero el sabor de boca es amargo. Aubameyang no era la primera opción, y el Barça se lo tendrá que tragar un año y medio para compensar el esfuerzo económico que el ex del Arsenal hará de ahora hasta junio. La suerte es que esta tendría que ser la última ventana de fichajes en la que el Barça muestre sus miserias y limitaciones. De cara a la temporada que viene las ratios del fair play cambiarán, dando aire a la dirección deportiva para poder intentar el fichaje de futbolistas titulares –como es el caso de Ferran Torres— y acompañar con un crac que marque las diferencias a la prometedora generación que se está cociendo a fuego rápido en el primer equipo. Esperamos que el CEO y la estructura ejecutiva hagan su trabajo para que el de ayer sea por fin el último día de parches y segundas oportunidades.

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